jueves, 28 de abril de 2016

SALVE CÉSAR! (HAIL CAESAR!)



Por Fabián Quezada León


Si en el complicado mundo de las estrellas de Hollywood el estudio necesita de arreglar algo o resolver la vida de alguien dentro del star system, nadie como Eddie Mannix (Brolin). Un brazo autorizado para entrar en acción y hacer “lo que sea necesario”, arreglar problemas; ese es su trabajo. 
Así que debe entrar en acción cuando una de sus estrellas: Baird Whitlock (Clooney) es secuestrado en pleno rodaje de “Salve César!” una de las superpreoducciones del estudio Capitol Pictures.


Los secuestradores son un misterioso grupo de “elementos subversivos” liderados por un insospechado personaje. 
Pero bueno, ese no es el único problema que Eddie va a enfrentar este día… Debe lidiar con las gemelas Thessaly y Thora Thacker (Swinton) periodistas de chismes, vigilar que las estrellas “favorecidas” sean “aceptadas” y que los directores no pierdan la cabeza cuando los astros no hilan ni tres palabras de un parlamento. Y el día apenas ha comenzado



Joel y Ethan Coen se dedican a uno de sus temas favoritos para dar su particular homenaje a la época de oro del cine, en la más pura esencia Hollywoodense. “Salve César” es el telón de fondo de una película dentro de una película.


Llena de todos los estereotipos de la industria fílmica en la manera más vintage que se pueda imaginar, los hilos de la historia se mueven de forma limpiamente irónica para estructurar la farsa, sin perder ningún elemento del ambiente de ese Hollywood tan pagado de sí mismo y que formó la visión de la fastuosidad clásica.



Para llevar a cabo esto, los Coen llaman a un gran elenco; desde Brolin, Clooney, Johansson, Ehrenreich, hasta Tatum y Swinton.

La historia posee elementos que la hacen deliciosa para cualquier fan del cine que sepa identificar a los personajes y los ambientes plenamente Hollywoodenses: el Western, el musical/romántico, y desde luego el épico; cada uno incluyendo esas extravagancias de las producciones clásicas, cuando aún no había computadoras que hicieran todo: extras, coreografías, magníficos escenarios tipo gran cañón…



Y desde luego se arman una galería con ecos de las figuras icónicas: Wayne, Brando, Crawford, Williams, Grant, Bogart, Heston, Ball, Rogers, Astaire, Hayworth, Davis… Huston, De Mille, Cukor, Ford, Wilder, Parsons… McLean, Booth …  



La cuestión es que el pleno disfrute de esto requiere de conocer ese código, si no la efectividad se va disminuyendo en razón proporcional al desconocimiento, hasta dejar de tener significado.


Ese es el conflicto que tiene este Salve César!  la película falla al acercarse al gran público, que en un alto porcentaje puede no comprender y apreciar las sutilezas de varios momentos de la trama, dado que probablemente no identificará a los personajes y tendrá lagunas sobre que define a cada género de ese cine cincuentero.  

Por eso y por la diversificación de tramas en el guión, el impacto final se diluye y algunos personajes como Swinton y Johansson pasan tan fugazmente que quedan desdibujados, sin historia.  



Cabe hacer mención de la presencia de Brolin, con ese aire entre mafioso arrepentido y agente secreto, que hace referencia directa a una de las figuras ocultas más relevantes de esa época en la meca del cine: Mannix, una especie de publirrelacionista/negociador/y oficina de quejas ambulante.



Ubicando ese Hollywood que manejaba con diferentes manos los conflictos entre el escándalo y la moral, la censura y la espectacularidad, la feroz búsqueda de arrasar con las taquillas mundiales contra la mentalidad conservadora y anti comunista, proveyendo historias de cowboys inocentes, bailarines sofisticados y románticos, aderezándola de sagas religiosas/históricas portentosas… todas bajo la óptica del “American Way of Life”.



Pero aún en ese mundo de apariencia perfecta y pantallas de plata, bajo la superficie se trababan toda clase de bajas pasiones, escándalos sexuales silenciados, excesos por abuso de sustancias… y la caza de brujas por “ideas radicales contra el sistema”



La misión primordial de Hollywood era el construir un star system eficiente, poderoso, en el que directores como Laurence Laurentz (Fiennes), tenían que tragarse el respeto cuando les imponían a “favoritos” a los cuales prácticamente acababan de bajar del caballo, para convertirlos en galanes sofisticados como a  Hobie Doyle (Ehrenreich).  
 
El encuentro de estos dos es una de las mejores secuencias de la película, junto con la de Frances McDorman (una de las actrices favoritas de los Coen) en la sala de edición.



Otras dos figuras que capturan la esencia del musical clásico son la de Johansson y la de Tatum, sin embargo y a pesar de todo esto: de su sincero homenaje, su buena factura y la dedicada pintura de esa época dentro de la vida de los grandes estudios cinematográficos, la cinta no logra ser lo suficientemente cómica para la mayoría. No es un producto para un “gran público” y eso puede afectar directamente en su resultado en taquilla, porque la mitad de la diversión está en entender el chiste, el ambiente, los personajes icónicos…

Si se tiene que explicar, sencillamente pierde la gracia. Sin embargo, si eres un fan irredento del cine de la época de oro Estadounidense vas a disfrutarla ampliamente.

 


Dirigida y escrita por  Joel Coen, Ethan Coen


Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Alden Ehrenreich, Ralph Fiennes, Jonah Hill, Scarlett Johansson, Frances McDormand, Tilda Swinton, Channing Tatum, Veronica Osorio, Heather Goldenhersh, Alison Pill
País: Estados Unidos


Año: 2016


Género: Comedia, Drama, Musical


Duración: 106 MIN.

Clasificación: Mayores de 13


Fecha de estreno en México 22 de Abril

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