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Por Fabián Quezada León
Antoine (Arnaud Ducret), eterno
soltero y mujeriego empedernido, no puede esperar para conocer a su nuevo
compañero de departamento. Pero en lugar de que llegue el director de una agencia de modelos (su
sueño), se encuentra que Jeanne (Louise
Bourgoin), una guapa divorciada y madre de dos pequeños monstruos... será su
roomie. El mundo y la rutina de Antoine se paran de cabeza; no más fiestas, no
más chicas, No más sexo y sustancias prohibidas. Jeanne no quiere ni puede mudarse, por lo que tendrán que aprender
a vivir “Felices los cuatro”.
Desde
luego que desde los cortos sabes que no esperas ninguna sorpresa de esta simpática
comedia francesa. Los elementos están claramente marcados, es una lucha de dos
que se odian que se amarán después; salpimentado por el asunto de poseer dos
niños de por medio.
Como
siempre, los franceses tienen ese no se qué para sacar de algo tan trivial y
visto, una buena dosis de diversión.

Tenemos personajes prototípicos muy clásicos Antoine (Arnaud Ducret) soltero cuarentón y viviendo en una “adolescencia prolongada” (fiestas sexo, drogas, y juegos de video) que trabaja (en dónde más?) en una agencia de publicidad.
Sus amigos también viven la vida loca y parecen el clan perfecto: hombres divirtiéndose a sus anchas en el juvenil y liberal mundo de hoy en día.
Pero esa especie de Nirvana del soltero se ve fragmentada sorpresivamente cuando Thomas, el amigo que comparte el departamento con Antoine (y verdadero dueño del mismo) es transferido a Los Angeles.

Como podemos imaginar, la sorpresa de Antoine al conocer a Jeanne (Louise Bourgoin) no es nada cuando se entera de que se muda con sus dos hijos a su paraíso solteril. Obvio sería decir hacia dónde va a ir la trama… Pero lo que hace a esta película divertida es la manera en la que traza su ruta para contarnos la historia y como va presentando la evolución de los protagonistas para de una manera simpática ir también venciendo nuestras defensas ante la cuasi imposible relación de Jeanne sus hijos y Antoine.
La
invasión, que comienza como una guerra declarada, irá metiendo de cabeza a
Antoine en la “otra parte de la moneda” (Es difícil de creer pero... hay una vida mucho más allá de "esas noches de copas, esas noches locas"...)

Antoine, conjuga en sí mismo el espíritu del soltero empedernido en su acepción más clásica, adjuntándolo con otras características “modernas” es machista, egocéntrico y tiene horror a los niños... porque, finalmente, él es un niño.

Jeanne es la prototípica ama de casa joven/madre/trabajadora/recién divorciada pero desesperada. Y quien tras su divorcio se encuentra forzada a reiniciar su vida, misma que ha olvidado por enfocarse a todas las tareas antes mencionadas.


Y en este predicamento en el que los opuestos se atraen, irónicamente la confrontación de la vida loca de Antoine y su desmesurado adolescente interno encuentra una realidad ante los verdaderos niños y esa confrontación hace crecer a Antoine , claro, aunado a su involucramiento con Jeanne.


Lo más divertido es que todo este embrollo, por más descabellado que parezca, está inspirado en una experiencia real del director Gillibert (no sabemos si el final fue el mismo)
De esta
forma, dentro de la trama y la historia subyace ese sabor especial de que en algún
momento, esta locura podría ser posible y lo fue, con todo y el clásico “happy end”.
Director: Charles
Gillibert
Reparto: Louise
Bourgoin, Arnaud Ducret, Roby Schinasi
País: Francia
Año: 2018
Género: Comedia Romántica
Duración: 107 min
Clasificación: B
Fecha de estreno en México: 19 de Octubre 2018
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