Por Julia Elena Melche.
Luego de su controvertida denuncia sobre los terribles efectos en la salud por comer en la cadena de comida rápida Mc Donald´s, mediante el magnífico documental Súper engórdame, el realizador independiente norteamericano Morgan Spurlock vuelve a despertar polémica con su nuevo filme ¿En dónde diablos está Osama? en el que emprende una arriesgada cruzada por encontrar al terrorista más buscado del planeta.
Misión absurda sin duda, pero con grandes dosis del humor característico del cineasta, quien recorre Egipto, Israel, Palestina, Marruecos, Arabia Saudita, Afganistán y Pakistán para localizar a Bin Laden, luego de aprender árabe y tomar varios cursos de técnicas de autodefensa y de supervivencia para evitar a los francotiradores de esos lugares.
La idea del documental surge cuando se entera que va a ser padre y de ahí su deseo porque su hijo venga a un mundo seguro y trata de eliminar las amenazas, localizando al hombre que ni la CIA ni el FBI han logrado capturar.
Desde el principio, el director subraya, a manera de simpáticas parodias, los métodos y acciones del gobierno estadunidense por encontrar al líder de Al Qaeda; Morgan se asoma al interior de una cueva y grita: ¡yuhuu, Osama! En adelante seguirá de país en país, preguntando a cualquiera en su camino por Bin Laden; unos se ríen al escuchar la pregunta, otros le señalan lugares, otros dejan ver su repudio a Osama, alguno que otro ni lo conoce y su propio tío, visitado en su casa por el cineasta, desconoce su paradero.
Sin embargo, el tono liviano del inicio se va transformando en una crónica reflexiva a medida que los entrevistados dan su opinión sobre los talibanes, sobre el gobierno de Estados Unidos y acerca de la presencia del ejército norteamericano en Medio Oriente. Lo que consigue Morgan es una visión objetiva y alejada de la manipulación de los medios masivos sobre el pensar y sentir de la población musulmana, observada desde occidente como un puñado de fanáticos religiosos y acusada de estar a favor de Al Qaeda. Así, deja claro que en Egipto no hay libertad y que el pueblo vive bajo el yugo de sus propios líderes políticos, que el clima constante de tensión que están viviendo se debe a las amenazas del terrorismo, que consideran a Estados Unidos una nación prepotente que se impone al mundo y que los atentados del 11 de septiembre sólo sirvieron de excusa para que invadiera Irak.
Al igual que el también polémico Michael Moore, Morgan encuentra en el documental el mejor camino para denunciar los vicios y defectos de su sociedad y de su gobierno. Realizó una serie de documentales para la televisión, en los que los protagonistas sobreviven 30 días a un estilo de vida determinado, como lo hizo él en Súper engórdame. Así, aborda la obsesión del ser humano por la juventud, donde la gente se somete a rigurosos tratamientos anti edad, en otro, viven en un entorno natural, alejados del urbanismo industrial, o bien, desnuda los sistemas penitenciarios, profundiza en la contratación de las empresas e indaga en el tema del aborto y del ateísmo frente al cristianismo.
¿En dónde diablos está Osama? aporta datos interesantes como la ayuda al Sha de Irán en 1953 por parte de Estados Unidos o la revolución religiosa del Ayatola Jomeini. Desarrolla el asunto del terrorismo de manera comprensible, dejando claro que lo importante no es capturar o no a Bin Laden, sino combatir el legado que ha dejado en la gran parte de la población musulmana que siguen practicando sus creencias e ideologías basadas en la violencia extrema; ejemplo de esto es su reciente amenaza, donde advierte al gobierno de Estados Unidos que matará a todo norteamericano que capture Al Qaeda, si el cerebro de los ataques del 11 de septiembre, Khalid Sheikh Mohammed, es ejecutado.
Se trata de un filme en muchos momentos divertido, pero altamente comprometido que pone al desnudo los prejuicios norteamericanos.
Dirección: Morgan Spurlock.
País: Estados Unidos-Francia.
Año: 2008.
Género: Documental.
Duración: 93 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 26 de marzo de 2010.
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