Este nuevo sencillo, con su guitarra acústica arpegiada, empieza como una especie de balada dulce y suave, sentimiento que es acentuado por el tono de la voz de José, que esta vez se presenta reflexiva y a punto de quiebre, acción totalmente intencional para darle mayor poder emocional a la letra, que versa sobre las preocupaciones de un hombre en medio de la incertidumbre.
El tema avanza y entonces entran los arreglos de cuerdas, acompañados por unos bellos detalles en sintetizadores, que otorgan mayor poder a lo que en un inicio sólo era guitarra acústica. A la par que la base instrumental, el canto de José aumenta su intensidad, mientras nos lleva de la mano por un sinfín de preguntas y respuestas que no hacen más que servir como un espejo en el cual podemos desahogarnos.
Así, José Madero demuestra una vez más que cuando la música se pone al servicio honesto de las emociones, sirve como una luz, aún en los momentos más oscuros.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario