jueves, 12 de noviembre de 2015

59 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE: EL CLUB.

Por Julia Elena Melche.

El club, ejemplo de un cine chileno de gran vitalidad e interesado en retratar la realidad política y social del país, representa el quinto largometraje del realizador Pablo Larrain, nacido en Santiago, con magníficos filmes sobre la dictadura de Augusto Pinochet; Tony Manero, Post mortem y No, quien ahora indaga en temas delicados y complejos como son los crímenes perpetrados por sacerdotes católicos y el encubrimiento de la Iglesia.


En una apasionante mezcla de drama y thriller, El club describe la vida de un grupo de curas católicos que han cometido distintos crímenes y a quienes la iglesia ha aislado y protegido en una casa de un remoto pueblo en la costa de Chile. Son atendidos por una mujer, en realidad una monja, y sus rutinas diarias consisten en rezar, celebrar la misa a mediodía, cantar y tomar sus alimentos. 

También se entretienen en el entrenamiento de un galgo al que llevan a competir en carreras, en las que apuestan dinero. Sus pacíficas existencias se verán alteradas con el arribo de un nuevo sacerdote quien atormentado,  luego se suicida, y con otro religioso que llega para investigar los hechos y con la intención de cerrar la casa.

El club, sin duda el trabajo más radical y audaz en todos los sentidos del director, muestra a unos siervos de Dios, convertidos en monstruos que abusaron de su poder para perpetrar pederastia y robo y tráfico de niños recién nacidos, quienes permanecen impunes bajo el manto santo de la jerarquía católica. Personajes  deleznables y arrogantes que  dejan ver su personalidad atormentada, sus demonios internos, pero que no asumen la gravedad y las consecuencias de sus actos, ni mucho menos albergan sentimientos de culpa.

Gracias a la inmejorable labor del fotógrafo Sergio Armstrong, habitual colaborador del cineasta, el filme adquiere atmósferas claustrofóbicas y asfixiantes, con base en penumbrosos tonos azulados y grisáceos para contribuir al discurso inquietante y de podredumbre de la cinta. A todo esto hay que agregar la acertada utilización de planos frontales de los curas hablando de su pasado, como si fuese un interrogatorio policial o una confesión directa al espectador.

Larrain comenta que la película está inspirada en su propia crianza católica. En los colegios donde realizó sus estudios, conoció a varios colectivos de sacerdotes: unos santos, otros delincuentes en mitad de procesos judiciales y unos terceros que nadie sabe dónde están porque la Iglesia Católica se ha encargado de esconder.

La génesis de su filme se remonta hace cinco años, cuando observó la foto de una casa idílica en Alemania con un impecable jardín, vistas armoniosas y un ambiente de paz y de felicidad. Con gran sorpresa descubrió que el propietario era un antiguo cura chileno con un pasado de inculpaciones pedófilas, pero a pesar de todo, disfrutaba en la mayor tranquilidad y sin recibir castigo alguno. El hecho lo motivó para llevar a cabo una puesta teatral, un monólogo de una hora titulado “Exceso”, sobre los diferentes tipos de abusos sexuales de sacerdotes católicos, y lo adaptó para el guión de su cinta en tres semanas.  

Emparentada con La mala educación de Pedro Almodóvar, La duda de John Patrick, Obediencia Perfecta de Luis Urquiza y con los reveladores documentales Agnus Dei, Cordero de Dios de la realizadora mexicana Alejandra Sánchez, Líbranos del mal de Amy Berg, y Mea Máxima culpa: silencio en la casa de Dios de Alex Gibney, se trata de una película punzante, con toques de humor irónico, notables interpretaciones y moralmente perturbadora, que incomodará sin duda a las conciencias por su abierto discurso anticlerical, que revela sin piedad las contradicciones de la Iglesia Católica, retratada como una institución putrefacta  que acoge a sus miembros para luego destruirlos y abandonarlos.

Premios y festivales

En 2015 mereció el Oso de Plata-Gran Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania. El Premio a Mejor Película en el festival Austin Fantastic de Estados Unidos. Se exhibió en la Selección oficial del Festival Internacional de Cine de Chicago, Estados Unidos. Y recibió 9 nominaciones, incluyendo Mejor Película y Director, en los Premios Fénix.

EL DIRECTOR.
Dirección: Pablo Larraín.
Guión: Guillermo Calderón, Daniel Villalobos y Pablo Larraín.
Reparto: Marcelo Alonso (padre García), Antonia Zegers (hermana Mónica), Alfredo Castro (padre Vidal), Jaime Vadell (padre Silva), Alejandro Goic (padre Ortega), Alejandro Sieveking (padre Ramírez), Roberto Farías (Sandokán).
País: Chile.
Año: 2015.
Género: Drama/thriller.
Duración: 98 minutos.

EL CLUB SE EXHIBE EN EL MARCO DE LA 59 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL JUEVES 12 AL MARTES 17 DE NOVIEMBRE DE 2015 EN CINETECA NACIONAL Y DEL VIERNES 20 AL MARTES 24 DE NOVIEMBRE EN EL CIRCUITO CINÉPOLIS.

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