Por Julia Elena Melche.
Recordado por sus destacados documentales, el oscareado Una
verdad incómoda (2006), un urgente llamado de alerta sobre el
calentamiento global, y Esperando a Superman (2010), sobre la
preocupante situación de la educación básica en Norteamérica, el realizador y
productor estadunidense Davis Guggenheim, escribe y dirige Él me llamó Malala, un
documental en torno a la figura de la activista adolescente pakistaní Malala
Yousafzai, la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz, víctima de un
atentado en 2012 cuando tenía 15 años en manos de los talibanes, cuando
regresaba a su casa en el Valle de Swat en Pakistán, a bordo de un camión
escolar junto con otras tres compañeras, como venganza por defender los
derechos de las mujeres y de las niñas a asistir a la escuela. Malala sobrevivió
milagrosamente y es ahora una destacada defensora de la educación de las
jóvenes en todo el mundo, como cofundadora del Fondo Malala.
En un atractivo ejercicio de estilo que recuerda la factura
de la cinta Persépolis, de la franco-iraní Marjane Satrapi, el director
recurre a la animación para narrar la génesis del nombre de Malala, tomado de
una niña llamada Malalai, la más grande heroína de Afganistán, quien animó al ejército
de su país que estaba luchando contra la ocupación británica en 1880.
Desafortunadamente Malalai murió bajo el fuego, pero sus palabras y su valentía
incitaron a los hombres a dar un vuelco a la batalla. Como aquella mártir y
guerrera legendaria, Malala es un símbolo contra la tiranía y el régimen
talibán en su lucha valiente contra la represión musulmana.
Inspirada en su libro autobiográfico “Yo soy Malala”, la
cinta retrata la vida familiar y personal de la jovencita, su activismo y su estrecha
relación con su padre, un culto profesor, el otro protagonista importante de la
cinta y el gran inspirador e impulsor de las ideas de justicia de la chica. Así,
se recrea su infancia, cuando a los 11 años escribía en un blog con seudónimo para la BBC en defensa
de la educación de las féminas, también su convivencia con sus dos hermanos
varones, los horrores que vivió con la ocupación talibán en el Valle de Swat y
los dramáticos momentos cuando se debatía entre la vida y la muerte en una
clínica británica, luego de ser herida.
Aparece junto a Barack Obama, Hillary Clinton, Madonna, Bono,
entre otras celebridades, y durante su discurso ante las Naciones Unidas, donde
hace un llamado contra la opresión
femenina en su país y en favor de la educación para las mujeres con las
palabras: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”.
El resultado es una mirada dulce y amable de la protagonista
que se acerca a ella con gran admiración y respeto, pero también con una enorme
fascinación y en momentos se excede al elevarla a niveles de santa. Malala huye
del sensacionalismo pero el peso de la fama la ha rebasado; según la revista
Times, es considerada como una de las cien personas más influyentes del mundo.
No obstante, la lucha y mensajes de una niña que solo quería estudiar, son
incuestionables y dignos de admiración.
Dirección y guión: Davis Guggenheim.
Reparto: Malala Yousafzai, Ziauddin Yousafzai, Toor Pekai
Yousafzai, Khushal Yousafzai, Atal Yousafzai.
País: Emiratos Árabes-Estados Unidos.
Año: 2015.
Género: Documental.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 13 de noviembre de 2015.
ÉL ME LLAMÓ MALALA (HE NAMED ME MALALA) SE EXHIBE EN
CINÉPOLIS.
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR:
www.cinepolis.com.mx
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