jueves, 27 de abril de 2017

LA ODISEA (L'ODYSSÉE): UN CONTROVERTIDO COUSTEAU.

Por Julia Elena Melche.

Jacques-Yves Cousteau, el legendario oceanógrafo francés, “fue alguien que pasó por querer dominar la naturaleza, por intentar explotarla y, poco a poco, se fue dando cuenta de la importancia de protegerla para el futuro del mundo”, comenta el realizador galo Jérôme Salle, encargado de dirigir La Odisea, una biografía que busca exponer de manera positiva la figura de Cousteau, pero también de desmitificarla.

Para conseguir este equilibrio, realizó una exhaustiva investigación en torno al personaje, con los documentales que realizó Cousteau y su segundo hijo Philippe, con entrevistas a los miembros de su familia, a quienes lo siguen admirando, pero también a aquéllos que lo han rechazado.

Pero el principal soporte de su trabajo fueron los libros Capitaine de la Calypso, de Albert Falco (experto buzo y capitán del buque Calypso) e Yves Paccalet, (filósofo y ecologista que participo en las expediciones), y Mi padre, el capitán Jacques-Yves Cousteau, de Jean-Michel Cousteau, ambientalista, explorador, productor fílmico y el hijo mayor de Cousteau, aunque no el favorito.

La cinta lleva al espectador por un fascinante viaje de casi tres décadas para conocer al hombre, padre, esposo y famoso explorador submarino, en un interesante recorrido por sus pasiones, sueños, virtudes, defectos y debilidades, desde los cuarentas cuando vivía en un paraíso idílico a orillas del Mediterráneo con su joven esposa Simone (Audrey Tautou de Ámelie) y sus pequeños hijos Jean-Michel y Philippe, hasta la trágica muerte de este último a finales de los setentas.

El bien estructurado guión, co-escrito por el propio realizador, permite que la historia avance con fluidez en un conjunto de momentos importantes en la vida personal y profesional de Cousteau (Lambert Wilson de De dioses y hombres), como su gran aportación, el Aqualung o pulmón acuático, un dispositivo que permite respirar bajo el agua sin la necesidad de un tubo de aire en la superficie, que inventó junto con el ingeniero Émile Gagnan, o la compra y reparación de un dragaminas que convirtió en el barco Calypso, en el que recorrió todos los océanos del planeta para explorarlos y documentar la vida marina.

Si bien, La odisea retrata al carismático y apasionado marino, acreedor de distinciones y prestigiosos galardones internacionales, autor de más cincuenta libros y setenta documentales, entre ellos el controvertido y sobrecogedor por su extrema violencia El mundo del silencio, ganador del Oscar y de la Palma de Oro en Cannes en 1956, también muestra al Cousteau ególatra, vuelto un hombre de negocios, interesado por el dinero, marido infiel, padre distanciado de sus hijos, que se dejó deslumbrar por la celebridad, perdiendo el interés por la ecología y solo buscaba el protagonismo.

Un hombre de contradicciones porque igual fue un apasionado de la flora y fauna marina, que un insensible ante la fragilidad y el dolor de los animales del mar, actitudes que provocaron tensas discusiones con su hijo Philippe (Pierre Niney de Yves Saint Laurent), quien lo acompañó en las expediciones, pero que decide alejarse tras su disgusto por la captura de una pareja de leones marinos en Ciudad del Cabo. 

Será hasta 1972 que padre e hijo se reconcilien, cuando emprenden un viaje a la Antártida y el momento en que el explorador toma conciencia de sus acciones y decide orientarlas hacia la protección del medio ambiente. Al llegar a Ushuaia, Tierra del Fuego, observan los restos de ballenas masacradas y Cousteau reflexiona sobre ese mundo marino que ha estudiado y explorado, pero que nunca se ha preocupado por defender.

Lugar especial ocupa Simone, la esposa entusiasta que estuvo al lado del oceanógrafo en las buenas y en las malas, quien lo apoyó en todos sus proyectos y aventuras y querida por toda la tripulación del Calypso al que hizo su hogar permanente y ayudó para pagar su restauración con la venta de sus joyas familiares.

Con interpretaciones notables, locaciones en Sudáfrica, el Mediterráneo, la Antártica, La Odisea  reúne un excelente equipo técnico. La fotografía a cargo de Matias Boucard, imprime al filme una apabullante grandeza visual, capturando maravillas submarinas, como mantarrayas, tiburones, tortugas o una majestuosa ballena que Philippe observa extasiado. 

Por su parte, la música del experimentado Alexandre Desplat, gran creador de atmósferas y ganador del Oscar 2014 a la Mejor Banda Sonora por El gran hotel Budapest, acentúa con energía los momentos dramáticos y puede llegar a ser sutil y dulcificada en las situaciones desoladoras.

Filme emotivo, de contundente mensaje ecológico que aporta en muy buena el personaje de Philippe, cuando de niño maravillado que descubre por primera vez  en compañía de su padre el fascinante mundo marino lleno de color y fauna abundante, pasa a ser el adulto desencantado que regresa para sumergirse en aquéllas aguas cristalinas, ahora oscuras, sin vida alguna, devastadas por la contaminación.

Dirección: Jérôme Salle.
Guión: Jérôme Salle, Laurent Turner, basado en los libros Capitaine de la Calypso, de Albert Falco e Yves Paccalet, y Mi padre, el capitán Jacques-Yves Cousteau, de Jean-Michel Cousteau.
Reparto: Lambert Wilson, Pierre Niney, Audrey Tautou,  Michael Bundred, Chloe Hirschman, Jenna Saras, Dylan Edy, Sabine Palfi, Richard Lothian, Kevin Otto, Irina Miccoli, Wilson Carpenter, Ryan Kruger, Adam Neill, Brett Williams y  Alberto Nicolo.
País: Francia.
Año: 2016.
Duración: 123 minutos.
Género: Drama Biográfico.
Clasificación: Todo público.
Fecha de estreno en México: 28 de abril de 2017.

LA ODISEA (L'ODYSSÉE) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.

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