jueves, 13 de abril de 2017

RÁPIDOS Y FURIOSOS 8 (THE FATE OF THE FURIOUS)







Por Fabián Quezada León

Hay algo determinante en la vida de una franquicia cinematográfica, su capacidad para seguir sorprendiendo a la audiencia. A partir de ese punto la permanencia en el gusto del público (aunada a la afectividad y lealtad de los fans) asegurará seguir colectando buena taquilla.

 Sagas han venido, sagas han ido y Rápidos y Furiosos se ha mantenido flotando en el éxito  hasta llegar rebosante a esta su 8° parte. 
Mucho se pensó que tras la infortunada muerte de Paul Walker la franquicia había visto sus mejores días, pero ajustándose al título en inglés,  la suerte de este clan toma velocidad y se vuelve , increíblemente, más explosiva/aparatosa/estrepitosa y aprende a burlarse descaradamente de la hipertestosterona metálica, alcanzando un nivel de diversión extravagante.

Obvio está lejos de pretender poseer diálogos inteligentes o situaciones verosímiles, no hay pensamientos intrincados, ni agendas ocultas, todo es absolutamente simple. Vuelan las patadas y los golpes, los diálogos con nivel de ofensa adolescente, y cientos de autos de todos los tamaños marcas y precios, tal y como si se abriera la juguetería más cara para los niños más ávidos de estrenar y divertirse hasta el delirio. 
Se adivina que  la saga está firmemente apuntalada con ese recuerdo de infancia de poseer un arcón repleto de cochecitos a los que se puede hacer correr, derrapar y estrellarse mil millones de veces. (Y en esta presentación, todos los sueños infantiles, aun los más producidos, de  acrobacias automovilísticas… parecen una simple broma)

Es evidente que La suerte de estos Rápidos y Furiosos  va a llevar sumas estratosféricas a la pantalla en un pre-pre-verano y no importa si se es fan de la saga o no, las expectativas de acción, carreras, efectos especiales y poderosos autos luciéndose, son ampliamente superadas, eso es lo importante, no calcular si físicamente es posible o no efectuar esas suertes; lo básico es divertir… al extremo de olvidar todo lo demás, es ponerse el cinturón y dejar que la más salvaje y violenta montaña rusa lo agite en todas las direcciones posibles, por el puro y simple gusto de sentir como se salen las vísceras por los ojos.

Si nos remontamos a 2001 cuando brincó a la pantalla la primera Rápidos y Furiosos podemos ver como la saga fue creciendo y ganando más y más millones en cada cinta, y haciéndose a la par más ambiciosa en sus planteamientos, las carreras de autos clandestinas quedaron un poquito (no mucho)  atrás para dar paso ahora al nuevo set de disputa/competencia, nada menos que el control del mundo, (sí, así ha crecido esto…)

Es claro que conforme se concientiza de que “ Toto, Ya no estamos en Kansas…” se van aprendiendo trucos y se van diversificando los presupuestos, se incorporan líneas, se “tunea” con aires de cinta de espionaje internacional con locaciones alrededor del mundo, se añaden actores reconocidos y se juega sin límites con los recursos de los efectos especiales, llegan Johnson, Statham, Cañadas, Russell y hasta Theron y Mirren… 
Y por qué no? submarinos tamaño ballena, ojos de Dios,  escapes de prisiones de alta seguridad  que superan el nivel “El Chapo” y autos que caen como moscas fulminadas… mientras se trata de cometer un crimen que pondrá a la humanidad en vilo… quién puede pensar en un mejor/más espectacular montaje?

La columna vertebral de este episodio es el descubrir la oscura razón por la cual Dom… bueno, digamos que decide actuar “extrañamente”, tan extrañamente que después de su luna de miel acaba marchándose con una malvada y conspicua mega villana hacker: Cipher (Theron) que hasta donde sabemos es mala, porque le gusta ser mala, y ya está.  

Esta errática conducta de Dom solamente causa  la natural desconfianza y extrañeza de sus compañeros pero, conforme avanza la trama, a base de detonaciones, de acción y efectos especiales cada vez más gigantescos, nos iremos enterando por qué las reglas cambian y los ex enemigos se hacen amigos y  al contrario… 
 Obviamente ante este planteamiento hay que colocarse en el asiento del copiloto y dejarse llevar a velocidad hiperturbo cargada sin preguntar , dispuestos a salir volando por los aires, dar de marometas y competir contra la velocidad de un avión… recibir varias golpizas y burlas de los “compadres”… pero todo eso está resuelto, estamos en manos de los más rápidos y furiosos , no es cierto? 

En medio de todas las acciones automotrices habidas y por haber, y todos los diálogos de macho alfa que se puedan meter entre patada y patada,  el concepto predominante dentro de la mente de los personajes es la unidad familiar, y sin importar qué tan rudos sean, siguen las reglas familiares… y si no que le pregunten a Statham y Mirren….

Es remarcable el hecho de que Gray regresa a la dirección después de “Straight Outta Compton,” y provee a la saga de un aire renovado y alucinante, porque la trama sigue sorprendiendo, sobre todo visualmente: la película luce cada centavo invertido (e invirtieron millones) y cada centímetro de lámina automotriz  disponible en cualquier medio (real o en efecto) y lo hace con actitud, con humor, con la seguridad que le da a la franquicia pararse de nuevo a ejecutar todas las fantasías automovilísticas de acción y golpes que la audiencia haya soñado en sus más salvajes fantasías.  

Director: F. Gary Gray

Reparto:Vin Diesel, Dwayne Johnson, Jason Statham, Michelle Rodriguez, Lucas Black. Charlize Theron, Helen Mirren, Elsa Pataki

País: Estados Unidos

Año: 2017

Género: Acción, Aventura,

Duración: 2 hr. 16 min.

Clasificación: Mayores de 13 Violencia y acción

Fecha de estreno en México: 13 de abril de 2017

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