Por Jorge Cirerol.
El director Marc Lawrence, regresa a la pantalla grande con una nueva comedia romántica en la que una pareja, infelizmente casada que viven entre la decepción y la desconfianza, acepta sin proponérselo, que el destino les de un nuevo chance de arreglar sus problemas para seguir juntos.
Paul Morgan (Hugh Grant) es un importante e inseguro abogado de Nueva York que está en proceso de separación de su esposa Meryl (Sarah Jessica Parker) una prominente aunque neurótica empresaria de Bienes y Raíces. Paul, hace lo imposible por salvar el matrimonio, incluso propone visitar a la mejor consejera matrimonial de la ciudad, pero Meryl está demasiado dolida para perdonar a su infiel marido.
La fatalidad los pone en el camino de un matón a sueldo que acaba de asesinar a un distribuidor internacional de armas, y ellos presencian el homicidio. Ayudados por la policía la pareja debe ingresar a un programa de protección de testigos del FBI para lo cual deben alejarse y cambiar de identidad.
Es así como se transforman en Paul y Meryl Foster y llegan a Ray, en Wyoming, un pueblecito con pintorescos personajes, con un sólo restaurante, en el que permanecerán hasta que las cosas se arreglen, siempre bajo el cuidado y la protección de Clay Wheeler (Sam Elliot) y su esposa Emma (Mary Steenburgen).
Entre estrictas reglas para evitar ataques de osos, películas de John Wayne, practicas de tiro al blanco y otros cliches de cintas del oeste entre los que cuentan también como aprender a montar a caballo y a ordeñar vacas, la pareja aprenderá a mucho de lo que es vivir en el campo, así como escuchar y a perdonar. Todo este tiempo la película transcurre lenta, con algo de humor –como cuando Meryl pregunta cual de las vacas tiene leche sin grasa para poderla ordeñar-, que no llega a cuajar mientras la pareja trata de solucionar sus problemas y de llegar a una reconciliación.
Tal vez lo más creíble sea los momentos en que Grant se muestra arrepentido por haber sido infiel a su mujer –pero… ¿ y quien no lo sería con una esposa así?-. Sin embargo, cuando parece que la acción va a dar inicio -en el momento que el asesino los encuentra y quiere liquidarlos- y el filme va a dar un giro muy favorable, ésta dura muy poco y todo acaba en un happy end muy predecible hasta con familia numerosa.
Lawrence quien ha hecho mancuerna con Grant, su actor fetiche, en otras dos ocasiones -Amor a Segunda Vista (02) y Letra y Música (07)-, parece que en esta ocasión no hizo una buena elección ni con el guión que es demasiado flojo, ni con los actores. Al menos no entre Hugh y Sarah. Hay algo que no acaba de cristalizar en ellos, algo que no permita que los protagonistas muestren en pantalla esa química que la mayoría de las parejas románticas transpiran desde el momento en que inician los créditos de un filme que destila litros y litros de amor.
La crisis de pareja, la infidelidad, las segundas oportunidades, la fuerza que se crea cuando la gente se une o la deshumanización urbana, aunada a otros asuntos como la protección de testigos, la infertilidad y la adopción, pueden ser algunos mensajes que lleva implícita esta cinta, pero estos puntos no son lo importante ya que se ven de pasadita.
Es como si la ficción los hubiese rebasado y cada uno estuviera viviendo capítulos difíciles de su propia vida. Grant con Elizabeth Hurley, cuando este vivió su escándalo con una prostituta y Sara pasando un momento difícil como lo pudo ser su separación de Matthew Broderick. Los admiradores de cada uno, serán quienes tengan la última palabra.
Dirección: Marc Lawrence.
Reparto: Hugh Grant, Sarah Jessica Parker, Sam Elliott, Mary Steenburgen, Elisabeth Moss, Michael Kelly, Wilford Brimley.
País: USA.
Año: 2009.
Género: Comedia Romántica.
Duración: 103 minutos.
Clasificación: Adolescentes y Adultos.
Estreno en México: 15 de enero de 2010.
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