viernes, 17 de agosto de 2012

TODA UNA VIDA (ANOTHER YEAR)


Por Fabián Quezada León

Una joya del cine inglés que nos hace entrar a la vida de “gente como uno”  y profundizar en las diversas situaciones en las que van transcurriendo a lo largo de todo un año de sus vidas.
Tom (Broadbent) y Gerri (Sheen) son una pareja de adultos mayores, que aún están muy activos (ambos tienen un empleo y lo realizan muy bien) y que a la vez contemplan la vida con esa serenidad que solo la edad va dando. Alrededor de ellos están sus amigos de toda la vida y  su hijo Joe (Maltman), un abogado que ya anda en los medianos treintas. Mary, (Manville),  amiga y compañera de trabajo de Gerry es una mujer que no se resigna ni a la soledad, ni a su edad y que intenta por todas formas ponerle una careta a su verdadera situación y Ken (Wight), amigo de Tom, que es simpático... pero desaliñado  y con el que Gerry querría que Mary terminara saliendo, lejos está Gerry de saber lo que Mary desea y por ello se sorprende muchísimo cuando descubre quién es el “objeto del afecto” de su amiga.

La vida normal de las personas que ya pasaron los sesenta años es todo un universo que pocas veces se toca como tema único  en el cine y cuando se hace puede uno contemplar obras verdaderamente interesantes. 
Mike Leigh, que ya nos ha dado obras como Vera Drake regresó en el 2010 con esta cinta que se filtra hasta ahora en la cartelera de nuestro país, antecedida por los magníficos comentarios que ha suscitado desde que inaugurara Cannes en 2010.   

La trama nos enlaza en la vida de este grupo de amigos ingleses, con el día a día de su vida, en la que si bien no suceden acontecimientos llenos de tensión, acción y/o sexo, si transcurre la vida, la amistad, las reuniones, el cariño y las abundantes copas de vino.
Y Leigh nos lleva hasta el corazón de la situación con una casi "demasiado cercana" visión, estamos en medio, somos parte de este grupo; ya estamos en su mesa, en su sala y somos testigos de ese sabor agridulce que pueden contener las vidas de estos “adultos mayores” Desde una insomne Staunton, en un cameo especial, hasta la alocada y terriblemente querible Mary con su locura y su desesperanzada actitud de necesidad de afecto.

Sin embargo, esta cuasi patética situación se lleva de una manera tan conmovedora que Mary acaba por, efectivamente, hacer que el espectador sienta el amargo desamparo de quien ya es “suficientemente mayor” como para fantasear en que el tiempo no ha hecho estragos (más allá de lo físico) en lo espiritual, porque la soledad y la inadecuación para encajar en un mundo donde las relaciones ya están cerradas, se ha colado hasta los huesos, por ello su descocada búsqueda de afecto sobrecoge y golpea a todos, empezando por Tom y Gerry y terminando en el espectador. La dirección de Leigh hace eso, logra sentarla como alguien a quien se conoce, cuya cara puede ser muy familiar,  aunque no se identifique.

La vida de los personajes sucede, como sucede la de muchísimas personas alrededor del mundo: trabajo, llegadas a casa, cuidado del jardín, copas de vino, la visita esporádica del hijo, el querer solucionar problemas de pareja con los amigos, más vino, el recuerdo de la familia, más reuniones, (algunas incómodas), cariño, y el valor insondable del no decir las cosas y saber lo que el otro no dijo, con absoluta certeza.

Y al estar sentado en esa mesa, al brindarle el hombro a los personajes, se deja de ser un simple espectador y se  transforma en otro actor, gracias a la magia de una buena dirección y un excelente guión. 
Entonces enjugar las lágrimas de Mary y tratar de que reflexione sobre su actitud (y su manía por el vino y los hombres más jóvenes) se vuelve un acto natural.

¿Qué decir de Tom y Gerry? (sí yo también pensé en el binomio de los otros Tom y Jerry) 
Es evidente que simbolizan la pareja ideal, de esas que cada día en la actualidad son una especie en extinción, parejas que tienen… toda una vida juntos y que aún quieren seguir juntos, Sheen y Broadbent conjugan más química y complicidad en pantalla de lo que muchísimas parejas “jóvenes” jamás han podido. 
No es que sean empalagosos, no lo son en lo más mínimo. Pero proyectan esa fuerte sensación de compañía que hace sentir a todos sus amigos que son una especie de "lugar seguro" para ir. 
 
Charlan, hacen su huerto juntos, y cocinan; los amigos vienen a ellos, a lo mejor a cargarse de un poco de esa “relación” para poder seguir cada uno con sus vidas. 
Y además Tom y Gerry tienen la gracia de siempre hacer sentir a los demás que “están para ellos” sin importar que tan enfadosa o incómoda pueda ser su presencia.  Una extraña cualidad que cada vez más se diluye con la agitación de la vida moderna (o cuándo fue la última vez que tranquilamente compartiste momentos de  verdadera intimidad con tus amigos sólo porque sí?)
  
Sin embargo, esta tranquilidad existencial no significa de ninguna manera que las vidas representadas sean planas. 
La vida, los pequeños momentos, van transcurriendo sin que se sienta pero están llenos de significados, de situaciones que deben sortearse, de palabras ahogadas, de fingir entusiasmo, de prestar el hombro, de necesidades profundas y hasta de situaciones embarazosas y todo sucede y llega al fondo sin aspavientos, sin explosiones  ni efectos especiales, cuando hay que ser devastador, el silencio y la soledad  pueden hacer más destrozos que una bomba.


La otra circunstancia es que no importa cuán mal puedan estar las situaciones en torno a esta sólida pareja, los personajes no juzgan, ni menosprecian a sus compañeros, no los demeritan, ni les hacen ver artificialmente soluciones a sus conflictos (en todo caso les recomiendan cariñosamente ver a un especialista) los escuchan y a lo más, los interrogan para entender su situación y ayudarlos, pero no los compadecen y anulan esolviendo a fuerza sus vidas.
Entonces, sentados en medio de Tom, Gerry, Mary y los demás amigos, por rigor nos deberíamos de contener y aprender a brindar el hombro a nuestros amigos cercanos; no importa si están demasiado tomados, o demasiado errados o demasiado mayores. Simplemente estar ahí cuando nos necesitan, sin juzgar, sin compadecer, y sólo escuchar y dar un abrazo real, será suficiente.

Director: Mike Leigh
Reparto: Jim Broadbent, Ruth Sheen, Lesley Manville, Oliver Maltman, Peter Wight, David Bradley, Martin Savage, Karina Fernandez
País: Reino Unido
Año: 2010
Género: Drama, Comedia
Duración: 2 hr. 9 min.
Clasificación: Mayores de 18
Fecha de estreno: 17 de Agosto

No hay comentarios: