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Cuando su esposo repentinamente la abandona, Deanna, (Melissa
McCarthy) un ama de casa modelo, decide retomar su vida escolar en la
universidad matriculándose en la misma universidad en la que está su hija a fin
de terminar sus estudios en arqueología. En un principio su hija Maddie no está completamente convencida de la idea.
Sumida en la experiencia del campus, Deanna, logra ser cada vez más abierta,
ahora la apodan “Dee Rock”, Inspirada en
su vida universitaria Deanna abraza la libertad, la diversión y… a los chicos
de la fraternidad, según sus propias reglas. Así Dee se encuentra de repente viviendo en su último año de universidad el
mejor año de su vida.
El tema de adultos
regresando “a la vida juvenil” (debido a “x” número de causas, desde reencarnaciones,
hasta cambios de personalidad) no es algo desconocido en Hollywood. De esta
manera, “El alma de la fiesta” deja
ver bastante de su temática con los simples avances. Un ama de casa sojuzgada y
abandonada decide “finalizar” sus estudios universitarios en la misma Institución
en la que su hija cursa su último año de carrera.
Inevitablemente la
vida universitaria las reúne y la “sugerente temática” madre de familia empoderada se une a relaciones madre e hija en un ambiente “extra hogar” con los plots que de ello se puedan desprender.
McCarthy, una actriz
que sabemos que puede ser una gran protagónica, (aunque algo encasillada y con
más malas decisiones que buenas…) toma este papel, (escrito por ella misma
además), y no logra levantar la temática a más allá de ser una cinta
medianamente simpática donde no se ve
nada nuevo. Y que falla en la construcción de sus personajes.
Vamos a ver, en una
comedia se puede usar cualquier recurso, gastado a no, increíble o no, absurdo
o no. Ese no es el punto, la gracia consiste en hacer que la audiencia se
enganche y se ría de los viejos chistes o de situaciones que sabiendo que son
absurdas provoquen la risa.
Cuando el escritor
hace el guión se enfrenta a la dinámica de si el actor va a dar la fuerza a ese
personaje o si va a entenderlo; pero,
cuando el escritor es el actor, de entrada sabe quién es el personaje y lo que
puede exigirse a sí mismo para poder comunicar a la audiencia con efectividad.
McCarthy sabe que
puede encarnar a la norteamericana promedio, de una clase media, y que se le da
el giro de “humor rudo”. Eso es lo que
ha venido trabajando y lo ha logrado con mayor o menor efectividad, pero
siempre sabemos que puede dar más.
Qué sucede con “El
alma de la fiesta” específicamente en la arena “de regreso a la escuela”? que la situación no se sostiene por sí misma.
Desde muchos puntos en los que se le mire, mucho de la gracia y la atracción de
regresar a “los locos años estudiantiles” es que deben ser exactamente eso desenfrenados. McCarthy escribe algo “atrevido”
pero no tanto “fiestero” pero sin excesos visibles y con algunas notas
picantes.
Centra su tema en enfocarse
en las relaciones materno/filiales más que en los avatares de sacar adelante
una carrera universitaria.
Cuando se han pasado
los 40’s y en medio del campus a fuerzas se busca encontrar a personajes
idénticos a los que se veían en “aquellos
años en los que se tenían 19 años” hay un problema de entrada.
La realidad es que
como si no fuera suficientemente notoria su presencia, se crea el personaje
haciéndolo un estandarte explosivo de la exageración con atuendos estrambóticos innecesarios. La
simple y rotunda presencia de una mujer cuarentona como compañera de clase hubiera
llamado la atención al más tolerante de los jovencitos universitarios
El desarrollo de toda
la estadía de Deanna en la universidad se enfoca en eso, en hacer que su figura
materna prevalezca, que se integre a la fraternidad de su hija y que además
tenga ligue con Jack (Benward) un estudiante bastante estereotipado como el “guapo
descerebrado”. Uno tras otro, los clishés
transcurren en el guión. Más como situaciones que como “momentos de explosión
de humor”
Si el esfuerzo de
Deanna por acabar la universidad era para sacudirse el yugo de la vida
hogareña, pues el guión es absolutamente ineficaz para mostrar eso; al
contrario, lo refuerza (independientemente del resultado final) . El problema
con Deanna es que no parece creerse el propósito de toda la historia; se ve a
sí misma como un alien universitario
y busca el soporte de su hija y las amigas, quienes pasan a ser sus hijas.
No
cree en sí misma cuando debe exponer ante la clase, no cree en sí misma cuando
debe lidiar con su atracción por Jack, falla en saberse defender de dos muchachitas
que no la quieren y no cree que su matrimonio y su marido pertenecen al pasado.
Es
como si una insistente voz en su interior le dijera “Acéptalo Deanna eres
mujer, eres cuarentona, eres madre… no importa si logras un título
universitario y tienes algunas noches de sexo con un jovencito que refresca tus
aptitudes amorosas, al final sigues siendo una madre con birrete y toga”; no
importa lo sentimental y gracioso que eso se quiera plantear.
Otra de las cosas es
que Deanna no hace nada por sí misma para lograr su cambio, todo lo ejecuta
alguien más por ella: su hija, las amigas de su hija, su compañera de cuarto, Jack
su joven amante, sus papás y su amiga.
Dentro del equipo que
participa en la cinta también está la extraordinaria Maya Rudolph suficientemente
desperdiciada y que cada vez que entra a escena da lo mejor como la amiga coach
de Deanna.
Los demás personajes tienen una presencia poco profunda; inclusive
presencias como “la chica del coma” (Jacobs) cuyo personaje podría haber
funcionado para provocar situaciones de comedia o como el de la roomie
agorafóbica de Deanna (Gardner) cuya presencia dark también hubiera funcionado
como un disparador cómico.
El director, Falcone,
quién es esposo de McCarthy también
realiza un cameo y nada más y nada menos que Christina Aguilera aparece por
minutos (el tiempo en que tarda en cantar una canción) en una especie de “hada
madrina prefiesta de graduación”.
El tema de “mamá
invade mi espacio personal”que podría haber sido un planteamiento que generara
tensión, rápidamente cede cuando su hija
Maddie (Gordon) reacciona favorablemente a la visible y natural incomodidad de
la situación, porque Deanna gana puntos, no por ser cómica, sino porque da
compasión.
Centrar la historia en
Deanna basándose únicamente en la atracción de taquilla que pueda tener
McCarthy es un asunto de doble filo, porque no deja ampliar las expectativas de
la audiencia sobre el contenido de la historia y de sus personajes los giros
que podrían innovar y disparar la comedia; no.
El guión no da nada nuevo, nada de desarrollo a los personajes, y expone
a su protagónica a la que ni siquiera da un carácter uniforme. No puede
sucumbir ante el bullying escolar a los 40 años, ni puede quejarse de timidez después
de que domina la pista abrumadoramente en un “duelo de baile”
Pero lo que llama la
atención es que todo lo que hay en la cinta salió, al menos en parte, de las
propias expectativas de McCarthy. “El alma de la fiesta” se queda en una
simpática tardeada casi aséptica, donde los excesos de la vida universitaria
son superados con creces por comedias estudiantiles de los 80’s.
Director:
Ben Falcone
Reparto: Melissa McCarthy, Gillian Jacobs, Maya Rudolph, Julie Bowen, Matt Walsh, Molly Gordon, Heidi Gardner, Christina Aguilera, Jacki Weaver, Stephen Root, Chris Parnell
Escritores: Ben Falcone, Melissa McCarthy
País Estados Unidos
Reparto: Melissa McCarthy, Gillian Jacobs, Maya Rudolph, Julie Bowen, Matt Walsh, Molly Gordon, Heidi Gardner, Christina Aguilera, Jacki Weaver, Stephen Root, Chris Parnell
Escritores: Ben Falcone, Melissa McCarthy
País Estados Unidos
Año: 2018
Género: Comedia,
Duración: 105 min
Clasificación: Mayores
de 13
Fecha de estreno en
México: 28 de Junio 2018
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