Por unanimidad, el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, revocó la suspensión provisional de exhibir el documental Presunto culpable, dictada por la jueza Blanca Lobo Domínguez. Los magistrados consideraron que la decisión de la jueza iba en perjuicio del interés social y contravenía disposiciones de orden público, porque el público está interesado en que sea respetado el derecho a la información, según señala el Artículo 6º de la Constitución Federal.
Es innegable que la presión social se impuso sobre quiénes se sintieron afectados y agredidos en un material fílmico que solo revela verdades. Es lógico que Víctor Daniel Reyes Bravo viera afectada su imagen y fuera víctima de burlas, agresiones y hasta amenazas luego de la exhibición de la cinta, si fue el que acusó sin pruebas a Antonio Zúñiga como el asesino de su primo, y luego, en presencia del propio Antonio y del juez que condena a Antonio a 20 años de prisión, Héctor Palomares Medina, declara que nunca vio que Antonio disparara un arma contra su pariente.
Por fortuna en nuestro país, ya no “se tapa el sol con un dedo”, aunque existan miles de manos interesadas en ocultarlo. Ahora es el espectador el encargado de “juzgar” a quienes tienen la autoridad de juzgar y de condenar, aunque sea sin pruebas y con todas las irregularidades que puedan existir. Ahora el público confirmará lo que siempre se ha dicho sobre nuestro sistema judicial, que aunque se sabía, tenía que llegar una película como Presunto culpable para que le abriera los ojos, pero sobre todo para no permitir injusticias como la que se ejerció contra Antonio.
Las cifras que revela el filme son aterradoras: el 93% de los presos nunca ven una orden de aprehensión ni al juez que los sentencian, el 95% de las sentencias son condenatorias, el 92% de las acusaciones carecen de evidencias físicas y se basan en testigos y el 78 % de los prisioneros en México son alimentados por sus familias. Como se menciona en el filme “En México ser inocente no basta para ser libre” y por desgracia cualquier persona en nuestro país, sin haber cometido ningún delito, puede ser víctima de acusadores sin escrúpulos, de las autoridades corruptas y de jueces sin moral.
Presunto culpable es un documental necesario y de fuerte compromiso social, cuya historia bien puede ubicarse en cualquier parte del mundo donde domine la corrupción e intereses oscuros entre las autoridades judiciales.
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