jueves, 17 de marzo de 2011

SALVANDO AL SOLDADO PÉREZ: ¿IRONÍA O APOLOGÍA DEL NARCO?


Por Julia Elena Melche.

Julián Pérez es el capo más poderoso rudo, violento y el más buscado de México, pero como buen mexicano, sumiso y obediente ante su madre. Doña Elvira, la madre, rompió relaciones con él desde hace muchos años por haberse dedicado al narcotráfico, pero ahora que se encuentra muy enferma, lo ha mandado llamar para exigirle que busque a su hermano menor Juan, un soldado norteamericano que se encuentra combatiendo en la guerra de Irak, y se lo lleve sano y salvo, ya que lo han reportado como desaparecido en acción y se cree que ha sido capturado por guerrilleros islámicos. Ni tardo ni perezoso, Julián manda reclutar a un comando de élite para cumplir el deseo de su santa y anciana madrecita y obtener así su perdón. Con un grupo armado de valientes y experimentados hombres, Julián se embarca en una aventura épica y suicida hacia las desconocidas tierras de Irán para salvar al soldado Pérez.

Desde su título, Salvando al soldado Pérez, se intuye su intención paródica al hacer referencia al filme de Steven Spielberg, Rescatando al soldado Ryan. La cinta es dirigida por el realizador sinaloense Beto Gómez, quien da un giro en su filmografía, ya que se aparta de su cine de bajo presupuesto e independiente (El agujero, El sueño del caimán, Puños rosas) al confeccionar ahora una comedia de aventuras, ambientada durante la invasión a Irak en el 2003, que costó alrededor de 55 millones de pesos, cercana a la caricatura, y que tiene “el propósito de que el público pase un buen rato y se divierta”, declara el director.

La cinta cuenta con un excelente reparto que da vida a coloridos personajes; unos mafiosos mexicanos convertidos en antihéroes que se mueven en una serie de situaciones por demás absurdas e hilarantes. Miguel Rodarte de El tigre de Santa Julia, interpreta a Julián, el narco típico cual retrato del colombiano Pablo Escobar, con mansiones espléndidas, zoológico privado, extravagantes joyas, animales disecados como parte de la barroca decoración de su oficina y un hijo regordete que no para de comer. Como en El infierno, el cineasta remarca el enorme poder de los narcos, pero también su mal gusto e ignorancia; en una escena Julián contesta: “Si todo mundo sabe dónde está Irak, al ladito de Kuwait, de Arabia Saudita, de España, de Holanda y de todo eso, hombre”. Jesús Ochoa está en el rol de un ex militar y narco retirado que parece sentirse Kojak. Joaquín Cosío, el “Cochiloco” de El infierno, interpreta a Rosalío, un ex piloto que se dedicaba al narcotráfico. Gerardo Taracena de Apocalypto, Sin nombre y El violín, es Carmelo, un aborigen norteño que brinca de miedo y se la pasa haciendo rituales para la buena suerte. Rodrigo Oviedo de Rosario Tijeras y Puños rosas es un sicario sin escrúpulos que estuvo en prisión, apodado “El pumita”, y que en el pasado intentó matar a Julián. Todos llegarán primero a Estambul en el avión privado de Julián, para luego dirigirse a los peligrosos territorios iraquíes, ya sea en camellos por el desierto, en camionetas blindadas o en un carrito de helados. Jaime Camil personifica a Eladio, el asesor sabelotodo y mano derecha de Julián, quien mantiene comunicación desde México con el “Comando Tomate” para que todo salga bien en su misión.

Salvando al soldado Pérez es ante todo un divertimento para toda la familia, ya que el guión bien armado y estructurado, está exento de groserías que se utilizan en otras cintas como recurso para hacer reír. La historia está tan bien contada y con diálogos llenos de chispa, que no se necesitan palabras altisonantes o de doble sentido para arrancar la carcajada. Su comicidad radica en buena medida en el perfil de los personajes y en las extravagancias que realizan, donde se percibe la clara parodia a los filmes de acción norteamericanos y a sus héroes, casi indestructibles, capaces casi de volar y de salir sin herida alguna ante una ráfaga de balas. La vena cómica está puesta en el retrato folklórico de nuestra mexicanidad, como en la secuencia en medio del desierto donde uno de ellos saca una salsa picante para darle sabor a un guisado pastoso, misma que luego será utilizada como método de tortura para el enemigo. Si bien, las interpretaciones son gratificantes, quien lleva el mayor peso actoral y lo desempeña con enorme acierto es Miguel Rodarte, quien, desde El tigre de Santa Julia ya mostraba su capacidad cómica. También intervienen Adal Ramones como el ridículo capo Benito García e Isela Vega como Doña Elvira.

El director consigue una excelente realización gracias al apoyo del fotógrafo estadunidense Danny Jacobs, encargado de algunos capítulos de la serie televisiva Los simuladores, y de los editores Mario Sandoval (Un mundo raro, La hija del caníbal, El viaje de Teo, Hidalgo, la historia jamás contada) y el francés Alex Rodríguez (Y tu mamá también, Todo el poder, Conejo en la luna, Rudo y cursi). Juntos consiguen que las Dunas de Bilbao de Viesca en el estado de Coahuila semejen los desiertos de Irak, que la acción tenga un efectivo ritmo acelerado y trepidante y que las secuencias de la ciudad de Estambul estén impregnadas de atmósferas bulliciosas y enigmáticas.

Aunque la cinta consigue también una mirada reflexiva sobre lo absurdo de la guerra y la violencia, tropieza en un cambio de tono hacia su desenlace, en el que el drama se perfila para remarcar un mensaje sobre la unidad y el amor familiar. Se trata sin duda de un filme que presenta el mundo del narco con particular mordacidad y quizás para algunos espectadores pueda verse como una apología del mismo. No obstante, y aunque en farsa y con mucha comicidad, son las hazañas y crímenes que cometen a diario los poderosos capos como Julián.

Dirección: Beto Gómez.

Reparto: Miguel Rodarte, Jesús Ochoa, Joaquín Cosío, Isela Vega, Gerardo Taracena y Rodrigo Oviedo.

País: México.

Año: 2008.

Género: Comedia-Aventura.

Duración: 104 minutos.

Clasificación: Mayores de 15 años.

Fecha de estreno en México: 18 de marzo de 2011.

2 comentarios:

Arya dijo...

Jajajaja Danny Jacobs no es estadounidense, es mi tío, en serio :)
Mi abuelo es el americano, por eso el apellido, pero es mexicano también!!
:D

Le Panch dijo...

no seas mamona arya! lynch es mi tio tmb!