lunes, 28 de noviembre de 2011

LA PEQUEÑA HABITACIÓN AL FINAL DE LA ESCALERA: MÁS ALLÁ DE LOS SECRETOS.


Por Perla Schwartz.

Una reelaboración del cuento “Barba Azul” escrito por Charles Perrault en 1697, es la que realiza la dramaturga quebecua Carole Fréchette (“Juan y Beatriz”) con su obra La pequeña habitación al final de la escalera. Un texto laberintico, donde prevalece el lenguaje metafórico (en cuanto a los miedos más profundos que nos habitan como seres humanos).

Es el retrato de una mujer que se encuentra paralizada en medio de un contexto donde no siente que pertenece del todo. Mauricio García Lozano toma la obra y opta por una propuesta minimalista- sin escenografía-, un escenario negro y algunas luces subterráneas, diseñado por Jorge Ballina. Y mueve a sus cinco personajes, como si fueran las fichas de un juego de ajedrez.

El centro de la acción recae en Gracia, caracterizada con efectividad por Karina Gidi, una mujer que tan sólo a través del llanto tiene la posibilidad de redimirse del desasosiego que la sofoca, y que amenaza por desintegrarla totalmente. Enrique (Carlos Corona), su esposo es un hombre autoritario y maniático, quien abusa del poder que detenta.

También está presente una madre que ama a sus dos hijas profundamente, ella es Verónica Langer quien se mueve grácilmente como Jocelyne; también participa Ana, la hermana menor (Aileen Hurtado), un tanto apocada y la sirvienta caracterizada por gran solvencia, en su agridulce cinismo por Gabriela Pérez Negrete.

Para compenetrarse con este montaje, es necesario que el espectador, se sitúe en ese pasillo estrecho donde se encuentra la habitación prohibida, a la cual Gracia quiere entrar por curiosidad para develar el misterio que ahí se encierra.

La pequeña habitación al final de la escalera es una propuesta de teatro de cámara muy bien resuelta, al tiempo que una alegoría de las culpas, las mentiras y la necesidad de hallar el perdón.

Lo real y lo imaginario se confunden en un intento de mostrar que ello sucede muchas ocasiones en la vida cotidiana; en este sentido es muy importante, el contrapunto de la música de la autoría de Raúl Zambrano, quien participa en la obra con su guitarra, matizando más los claro oscuros de la trama.

Esta obra se presenta los jueves y viernes a las 20 horas; sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en el Teatro El Granero “Xavier Rojas” hasta el próximo domingo 11 de diciembre.

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