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La conjunción funciona de una manera extraña pero efectiva, sin ceder tiempo a las reflexiones, pero logrando que el espectador se ponga apresuradamente el traje cibernético y las prótesis necesarias para convivir en este mundo post apocalíptico a alta velocidad.
Por Fabián Quezada León
Dentro de muchos siglos en el
año 2563 en una tierra desahuciada, llena de polución y condiciones de vida
miserables, el Doctor Dyson Ido (Christoph Waltz) al estar pepenando en un
basurero de tecnología en Iron City, encuentra la cabeza, el torso y columna
vertebral de Alita,(Rosa Salazar) un cyborg que aún conserva su cerebro humano
y que milagrosamente, está viva. Ido la recoge y reconstruye otorgándole un
cuerpo; una parte por su afición de ayudar a los humanos/cyborg y en otra, como
un homenaje a su difunta hija.
Cuando por fin Alita se
recupera, se encuentra con que no recuerda nada de su pasado ni de ninguna de
sus habilidades. De esta manera Alita mira todo este nuevo mundo con sus sorprendidos
ojos. Claro que Dyson trata de protegerla de lo que pueda descubrir de su
pasado, pero Alita es demasiado independiente como para que algo la frene. En
sus correrías conoce a Hugo (Keean Johnson), un muchacho mundano y ambicioso
que le ofrece ayudarla a recuperar su memoria.
Alita, quien es ante todo una
chica impresionable, cree y se enamora de Hugo. Pero “la chica nueva en el
pueblo” llama la atención de las máximas fuerzas malignas y representa una
amenaza, así que deciden exterminarla.
Debido a ello Alita descubre
azorada que posee capacidades innatas para convertirse en una verdadera máquina
de guerra que dejan sorprendido a quien la mira. Lejos de retroceder ante sus
nuevas habilidades Alita se empeña en conocer su verdadero origen, lo que la va
a hacer enfrentarse primero con la preocupación de Dyson y luego con las más
terribles fuerzas del mal para combatir y defender su mundo, a su nueva familia
y a su amor.
Acción/Violencia/CGI y Presupuestos millonarios
Viniendo de una
mancuerna como la que conforman Cameron y Rodríguez uno no puede esperar nada
“normal”, ni en pequeña escala. Y Alita es la muestra de ello. Rescatar un
manga y llevarlo al cine siempre ha sido una tarea ardua y ahora esta pareja de
creativos coloca la barra más arriba.
Una chica, siempre es una chica, aunque sea Cyborg
La historia de Alita más
allá de toda la iconografía y temática de novela gráfica, es ante todo un
relato de auto descubrimiento. El que se hace en el filo de la adolescencia,
donde se proyecta lo que se quiere llegar a ser, sin saber si las habilidades
propias serán suficientes. Alita es el viaje de crecimiento de una chica
(aunque sea cyborg) en medio de un mundo convulsionado violento y contaminado
(un poco más que el de hoy en día) y que poco a poco ha resurgido tras de una
guerra apocalíptica.
Este es el escenario para Alita, ese es el mundo en el que
renació y lejos de verlo con pesimismo Alita no deja de explorarlo
sorprendiéndose de todo. Al fin y al cabo, aunque sea cientos de años en el futuro, los adolescentes siguen
siendo muy parecidos a los que hoy en día son.
De amor y otras tragedias
El guión, escrito por Laeta
Kalogridis, Robert Rodriguez y James
Cameron, resume a velocidad de millón, en medio de batallas épicas, la línea de
la acción de Alita: despierta, no recuerda quién es ni nada de su pasado, solo
que en una especie de subconsciente hay “demasiada información” acerca de
técnicas de combate que se creía en desuso desde hace centurias.
En segundos y
sin parar ni a respirar, Alita comienza a descubrir sus “habilidades secretas”
y se enrola en acciones de salvamento, persecución de asesinos, conoce el amor,
cambia de cuerpo, decide hacerse una especie de héroe del Rollerball, sigue
enamorándose, enfrenta a cyborgs asesinos, cae en trampas, junta más fragmentos
de su pasado, desafía al sistema, sigue peleando y sigue enamorándose. Toma en
sus manos la venganza y se entrega a una
guerra sin cuartel.
El mundo puede esperar
En medio de toda esa vorágine, actúa como una adolescente;
encima de salvar al mundo está su enorme amor por su chico. Desarrollando todo
en medio de alucinantes escenarios con violencia, acción y rapidez. Características que son algo así como una marca registrada de
Rodríguez ahora apoyadas por el “hagámoslo más grande” de Cameron.
Del vértigo a la dispersión.
Inmersos en la acción
que no para y en los avances de Alita, se filtran Vector
(Mahershala Ali) y la doctora Chiren (Jennifer Connelly) quien tiene un lazo
con Dyson en su pasado remoto. Vector y
Chiren son los amos poderosos del bajo mundo de las crueles carreras de cyborgs
(y otros negocitos sucios) en el Motorball.
El relato va in
crescendo para ir comprometiendo las historias que transcurren
vertiginosamente, casi abrumantes, y aquí surge el fantasma de que en cualquier
momento se puede hacer realidad aquello de “quien mucho abarca poco aprieta”. Afortunadamente
todo sucede tan rápido que no hay ni tiempo para preguntarse en el momento al
respecto.
Y tú? Quién eres?... o qué eres?
No es que desmerezca como cinta de acción, pero el
sustrato de descifrar quién se es y qué se es, no tiene el tiempo
suficiente para llegar al fondo del drama de Alita; no se trata si es o no
buena peleando, que lo es, sino el descubrirse en medio de este dilema de sabiéndose
un cyborg ser suficientemente humana para pretender tener una relación amorosa
o “un futuro” con un humano.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Pero ese punto del romance se deja flotando para
enfocarse a la innegable tarea de la creación de un universo distópico poblado
de seres androides/humanos y simples “mortales” y las clases privilegiadas que
vienen de Zalem la nave/continente que flota sobre Iron City y se supone es
como el paraíso.
Estos son los fragmentos primordiales del mundo en el que Alita
y sus compañeros transitan. Aunque en el fondo sigue palpándose el conflicto
entre el humano y la máquina que de alguna manera nos hace resonar los ecos de
Blade Runner. Desafortunadamente para la raza humana o lo que quede de ella, el
mundo del futuro sigue teniendo esas brechas insalvables entre el humano, la
máquina, la tecnología y los sentimientos, el poder, la pobreza, el clasismo,
la destrucción y la violencia.
Sin embargo el acierto de Cameron y Rodríguez es
presentar un mundo años en el futuro, que sin embargo remite directamente al
mundo actual, solo que el porvenir está dominado por lo cibernético. Donde las
creaciones engendradas por esta realidad son alucinantes… por llamarles de
alguna manera.
CGI + Sentimientos= Alita
Alita es una guerrera, pero al mismo tiempo con sus
desorbitadamente enormes ojos (que son denominados desde tiempos remotos el
espejo del alma) es una adolescente que ve el mundo abrirse ante ella por
primera vez, con todo lo que este puede llegar a contener: lo bueno y lo malo.
Todo,
sin filtro, es absorbido por sus ojos. Salazar nos entrega una actuación que
brinca con agilidad de un lado a otro, desde la inocencia a la violencia, del
amor al odio y a las frenéticas secuencias de acción. Y ahí debe citarse la
meticulosa y meritoria acción del departamento de CGI que alzan la barra para
todas las películas donde en el futuro sean usados los efectos especiales con
sensores; porque más allá de representar a un cyborg, Alita se llena de humanidad
y calidez, haciéndonos creíbles sus cambios. Ella es más que un arma mortal cuando deja de ser guerrera y se transforma en
una chica enamorada por primera vez.
Un equipo impensado, pero efectivo
La combinación de Rodríguez
y Cameron no puede resultar más exótica, porque cada uno podría ubicarse como
un digno representante de dos alas muy alejadas dentro de la producción cinematográfica;
Rodríguez se ha sabido mover en los círculos de las películas de “bajo
presupuesto y pero con efectividad” y tiene un peculiar sentido de la belleza de
la violencia/acción y el timing casi surrealista del humor ácido.
Cameron por su lado es
un ejemplo del cine de presupuestos millonarios, del entusiasmo por el CGI y
los despliegues en escenografía y recursos.
La conjunción funciona de una manera extraña pero efectiva, sin ceder tiempo a las reflexiones, pero logrando que el espectador se ponga apresuradamente el traje cibernético y las prótesis necesarias para convivir en este mundo post apocalíptico a alta velocidad.
ConclusiónAunque no frene su interminable acción y falte tiempo para profundizar más, si hubiera que hablar de algo, además de los magníficos efectos y la acción desbordante, un punto a favor sería que en el fondo se trasciende el sentido de cinta de acción para dotarla de una subyacente humanidad y acercarla tanto a la realidad pre apocalíptica que podemos encontrar en nuestros días, que no deja de morder la inquietud.
Ante toda esa fatalidad, los verdaderos hilos que mueven la historia de la
humanidad aunque sea casi cibernética son los sentimientos: la bondad de Dyson,
la paternidad, el romance adolescente, el sacrificio, hasta el amor por los
animales.
Pero también la ambición,
el engaño, la manipulación y la traición. Al parecer, no importa cuántos años
en el futuro nos situemos lo que quedará
residual en el ser humano (o no humano) será precisamente eso, los intangibles
pero profundos sentimientos que desafían la lógica, la matemática, y la
cibernética.
Reparto: Casper Van Dien, Christoph
Waltz, Derek Mears, Ed Skrein, Eiza González, Elle LaMont, Idara Victor, Jackie
Earle Haley, Jeff Fahey, Jennifer Connelly, Jorge Lendeborg Jr., Keean Johnson,
Lana Condor, Mahershala Ali,Michelle Rodriguez, Rosa Salazar
País:
Estados Unidos
Año:
2018
Género(s): Acción, Aventura, Sci-Fi, Thriller, Romance
Duración: 122 min
Clasificación: PG-13
Basada en la serie de novelas gráficas Gunnm, de Yukito Kishiro
Guion: James Cameron, Laeta Kalogridis, Robert rodriguez
Cinematografo: Bill Pope
Edición: Stephen E. Rivkin y Ian Silverstein
Fecha de estreno en México: 14 de Febrero 2019
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