Por Fabián Quezada León
El anticipado regreso de Polanski a la escena fílmica, dado en función de un thriller lleno de implicaciones políticas y colmado de un penetrante humor negro llevado hasta el colmo con la vena del genio inglés, para dar una opinión sobre algunos de los “permisos” que las grandes potencias se adjudicaron en el espinoso tema de la invasión a Irak.
Un escritor profesional (McGregor) es contratado por una editorial para “corregir las memorias del ex primer ministro británico Adam Lang (Brosnan) dado que el escritor original es encontrado muerto en una playa de Nueva Inglaterra, inhóspito lugar donde el ex ministro se ha refugiado mientras pasan ciertos “vientos en contra” en su natal Reino Unido. Para realizar la tarea con la presión de su agente, de la editorial y del mismo Lang, el escritor debe viajar hasta la costa de New York y prácticamente vivir en la casa del ministro, lo que lo deja entrar en contacto con una realidad tal vez demasiado “intima” del dignatario y de su sarcástica mujer, Ruth. (Williams).
A esta complicación y complicidad se aumenta el hecho de que unas desafortunadas declaraciones explotan en el ojo público cuando se liga a Lang a crímenes de guerra, el torrente mediático se cierne a centímetros de sus cabezas. La tentación de descubrir la verdad lleva al escritor a inmiscuirse en senderos que deberían haber permanecido cerrados porque lo que espera al fin del camino puede ser letal para todos.
Basado en la novela “El poder en la sombra”, de Robert Harris, y que en teoría está basada en los tiempos y figura de Blair, Polanski regresa en forma, en completa forma, cargado de ironía y manejando dobles lecturas (a veces más) confabulando y susurrando desde tantos puntos que hacen que el espectador tome caminos en los que después está enredado.
Siempre bajo la “inocente” llevada de la mano de que se trata de un thriller con fondo político y aparentemente es “ficticio” .
El tema central se conduce tras la figura de un escritor contratado para “pulir” la “autobiografía” de un mandatario, es el primer camino. Adentrarse en ese submundo editorial que muy pocos conocen, el universo del “escritor fantasma” ese que construye discursos, redacta brillantez de pensamiento y preclaras ideas para los famosos, el Cyrano latente en el mundo de las altas esferas políticas y del arte; un cerebro sin cara famosa.
Luego está Lang, el ex primer ministro Británico, la popular, carismática figura que aunque detenta el poder es un títere, Ruth, la esposa que callada pero férreamente conduce los caminos y cuyas aspiraciones políticas al igual que Lady Macbeth se manejan desde la sombra, y por fin el aplastante mundo del poder: conformado por los imperiosos voceros editoriales conductores de la opinión pública y el poder político… en la parte opuesta de la balanza; los medios de comunicación… todo puesto sobre la mesa de una pulcra afición de expansión hegemónica desarrollada en la escenografía de la guerra. Los elementos de esta telaraña se detentan firmes sobre la situación mundial y por ellos resbalan las gotas de sarcasmo de la novela de Harris y que han sido venenosamente exaltados por Polanski
En un escenario gris, donde la reclusión pareciera ser el único resguardo contra la amenaza climatológica y mediática, los personajes se ven forzados a convivir y chocar y mientras chocan se enredan más y se hieren mostrando lo que hay bajo la superficie, el enclaustramiento bajo la lluvia arrastra muchas cosas que como la marea pueden supuestamente llevar cadáveres muy lejos, aunque sea imposible justificar su aparición ante el ojo público.
El fantasma deja de hacerse invisible y comienza a permearse de esa realidad gris asfixiante y lenta de la vida de un político en recesión. Donde los escapes son solamente búsquedas de soluciones rápidas y políticas a problemas difíciles , donde cada palabra es pesada y medida y donde una vez más, la figura pública es simplemente un monigote que alguien más controla para servir intereses que sobrepasan al titiritero mismo.
Además de un estupendo McGregor y de un flemático y políticamente correcto Brosnan, la cinta cuenta con las actuaciones de Kim Catrall la amante/asistente/ de Brosnan (quién está un poco exagerada en su acento inglés), una helada y letalmente venenosa Olivia Williams, Timothy Hutton, un diplomático Tom Wilkinson, y James Belushi. La atmósfera de constante tensión en el borde, se ve subrayada por la partitura de Alexandre Desplat para hacer que este thriller se deslice cortante y negro con su veneno letal que va inmovilizando las salidas, siempre al borde, en un alargado suspenso que jamás decae y permea las capas de la acción como la continua lluvia de la costa de Nueva Inglaterra (aunque haya sido filmada en Alemania)
El personaje favorito, sin duda es la impecable interpretación de Williams de la helada Ruth Lang cuya percepción de la vida, el activismo político y el status quo la hacen tan fascinante como una mamba africana, tiene a todos hipnóticamente comiendo de su mano y sabe perfectamente que cada semilla está envenenada, sin embargo, su rostro no transluce ninguna emoción: la perfecta política de altos vuelos. Una interpretación que desde ya se rumora para que la academia se fije en ella para los Oscar del 2011
La nota curiosa es que antes de que McGregor y Williams fueran llamados al reparto se había pensado que sus personajes los realizaran Nicolas Cage y Tilda Swinton que bueno que Polanski recapacitó
Dirección: Roman Polanski
Reparto: Ewan McGregor, Pierce Brosnan,Kim Catrall Olivia Williams James Belushi, Timothy Hutton, Tom Wilkinson,.
Países: Francia, Alemania, Reino Unido.
Año: 2010.
Género: Thriller
Duración: 128 min.
Clasificación: Mayores de 18
Fecha de estreno en México: 10 de septiembre
Un escritor profesional (McGregor) es contratado por una editorial para “corregir las memorias del ex primer ministro británico Adam Lang (Brosnan) dado que el escritor original es encontrado muerto en una playa de Nueva Inglaterra, inhóspito lugar donde el ex ministro se ha refugiado mientras pasan ciertos “vientos en contra” en su natal Reino Unido. Para realizar la tarea con la presión de su agente, de la editorial y del mismo Lang, el escritor debe viajar hasta la costa de New York y prácticamente vivir en la casa del ministro, lo que lo deja entrar en contacto con una realidad tal vez demasiado “intima” del dignatario y de su sarcástica mujer, Ruth. (Williams).
A esta complicación y complicidad se aumenta el hecho de que unas desafortunadas declaraciones explotan en el ojo público cuando se liga a Lang a crímenes de guerra, el torrente mediático se cierne a centímetros de sus cabezas. La tentación de descubrir la verdad lleva al escritor a inmiscuirse en senderos que deberían haber permanecido cerrados porque lo que espera al fin del camino puede ser letal para todos.
Basado en la novela “El poder en la sombra”, de Robert Harris, y que en teoría está basada en los tiempos y figura de Blair, Polanski regresa en forma, en completa forma, cargado de ironía y manejando dobles lecturas (a veces más) confabulando y susurrando desde tantos puntos que hacen que el espectador tome caminos en los que después está enredado.
Siempre bajo la “inocente” llevada de la mano de que se trata de un thriller con fondo político y aparentemente es “ficticio” .
El tema central se conduce tras la figura de un escritor contratado para “pulir” la “autobiografía” de un mandatario, es el primer camino. Adentrarse en ese submundo editorial que muy pocos conocen, el universo del “escritor fantasma” ese que construye discursos, redacta brillantez de pensamiento y preclaras ideas para los famosos, el Cyrano latente en el mundo de las altas esferas políticas y del arte; un cerebro sin cara famosa.
Luego está Lang, el ex primer ministro Británico, la popular, carismática figura que aunque detenta el poder es un títere, Ruth, la esposa que callada pero férreamente conduce los caminos y cuyas aspiraciones políticas al igual que Lady Macbeth se manejan desde la sombra, y por fin el aplastante mundo del poder: conformado por los imperiosos voceros editoriales conductores de la opinión pública y el poder político… en la parte opuesta de la balanza; los medios de comunicación… todo puesto sobre la mesa de una pulcra afición de expansión hegemónica desarrollada en la escenografía de la guerra. Los elementos de esta telaraña se detentan firmes sobre la situación mundial y por ellos resbalan las gotas de sarcasmo de la novela de Harris y que han sido venenosamente exaltados por Polanski
En un escenario gris, donde la reclusión pareciera ser el único resguardo contra la amenaza climatológica y mediática, los personajes se ven forzados a convivir y chocar y mientras chocan se enredan más y se hieren mostrando lo que hay bajo la superficie, el enclaustramiento bajo la lluvia arrastra muchas cosas que como la marea pueden supuestamente llevar cadáveres muy lejos, aunque sea imposible justificar su aparición ante el ojo público.
El fantasma deja de hacerse invisible y comienza a permearse de esa realidad gris asfixiante y lenta de la vida de un político en recesión. Donde los escapes son solamente búsquedas de soluciones rápidas y políticas a problemas difíciles , donde cada palabra es pesada y medida y donde una vez más, la figura pública es simplemente un monigote que alguien más controla para servir intereses que sobrepasan al titiritero mismo.
Además de un estupendo McGregor y de un flemático y políticamente correcto Brosnan, la cinta cuenta con las actuaciones de Kim Catrall la amante/asistente/ de Brosnan (quién está un poco exagerada en su acento inglés), una helada y letalmente venenosa Olivia Williams, Timothy Hutton, un diplomático Tom Wilkinson, y James Belushi. La atmósfera de constante tensión en el borde, se ve subrayada por la partitura de Alexandre Desplat para hacer que este thriller se deslice cortante y negro con su veneno letal que va inmovilizando las salidas, siempre al borde, en un alargado suspenso que jamás decae y permea las capas de la acción como la continua lluvia de la costa de Nueva Inglaterra (aunque haya sido filmada en Alemania)
El personaje favorito, sin duda es la impecable interpretación de Williams de la helada Ruth Lang cuya percepción de la vida, el activismo político y el status quo la hacen tan fascinante como una mamba africana, tiene a todos hipnóticamente comiendo de su mano y sabe perfectamente que cada semilla está envenenada, sin embargo, su rostro no transluce ninguna emoción: la perfecta política de altos vuelos. Una interpretación que desde ya se rumora para que la academia se fije en ella para los Oscar del 2011
La nota curiosa es que antes de que McGregor y Williams fueran llamados al reparto se había pensado que sus personajes los realizaran Nicolas Cage y Tilda Swinton que bueno que Polanski recapacitó
Dirección: Roman Polanski
Reparto: Ewan McGregor, Pierce Brosnan,Kim Catrall Olivia Williams James Belushi, Timothy Hutton, Tom Wilkinson,.
Países: Francia, Alemania, Reino Unido.
Año: 2010.
Género: Thriller
Duración: 128 min.
Clasificación: Mayores de 18
Fecha de estreno en México: 10 de septiembre
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