domingo, 10 de noviembre de 2013

AMOR A PRIMERA VISA: UNA COMICIDAD AUSENTE.

Por Julia Elena Melche.

La comedia de mero entretenimiento parece una nueva moda genérica en el cine mexicano comercial. A la chispeante y fresca Nosotros los nobles, siguió la insulsa No se aceptan devoluciones. Ahora, Amor a primera visa se arriesga en su intento de comedia y drama, que no termina por definirse. Jaime Camil interpreta a Alejandro Fernández, un mariachi y padre soltero, quien decide llevar a su hija con sus abuelos a Arizona. Cuando va a solicitar una visa para viajar al país vecino, le es negada por Rachel Simons, cónsul en la embajada de los Estados Unidos en México.

Alejandro se reencuentra con Rachel durante una despedida que le organizan los compañeros de la chica con motivo de su próximo viaje a Londres, donde ha sido promovida. Así, encuentra la oportunidad para conocerla y demostrarle que merece la visa. Con la ayuda de su amigo “Canicas” (Omar Chaparro),  tratará de conquistar a Rachel.

Sin duda, Camil ha conseguido éxitos telenoveleros como comediante, pero en la cinta está ausente su vena cómica y su personaje nunca deja su gesto de preocupación. Su amigo “Canicas”, cual intento de “patiño”, trata de animarlo, lo acompaña a todas partes, le echa porras. Llena de estereotipos y lugares comunes de la comedia mexicana pintoresca, Amor a primera visa carece de buenas actuaciones, de gracia y de chispa. Apuntes como que el protagonista es “el Justin Bieber mexicano, pero más viejo y más prieto”, señalan un guión  endeble que no logra levantarse.

Dirección: Pitipol Ibarra.
Reparto: Jaime Camil, Omar Chaparro, Laura Ramsey.
Género: Comedia romántica.
País: México.
Año: 2013.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Duración: 111 minutos.

Fecha de estreno en México: 8 de noviembre de 2013.

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