Es 2104, la nave Covenant viaja a través del
universo con la única misión de llevar 2000 colonizadores y a su tripulación: Daniels
(Waterston),
Branson (Franco), Oram (Crudup), Tennessee
(McBride) Lope (Bichir),
Karine (Ejogo), Faris (Seimetz), Ricks (Smollett), Upworth (Hernandez), Hallet (Dean),
Ankor (England), Ledward (Rigby) y
Walter (Fassbender) a Origae 6, un remoto exoplaneta, para
comenzar de nuevo la historia de la ya muy desgastada raza humana.
Claro está que en el camino se les atraviesa un problemilla y contrario a todas las reglas, mandamientos, normas y procedimientos, deciden hacer un auto stop en un planeta desconocido porque “falta mucho para llegar al destino”. Obvio, este sitio no es sino en el que hace algunos ayeres el Prometeus encontró su trágico fin. Cuando los inocentes viajeros ponen el pie en “tierra” comienza a desatarse el infierno.
Claro está que en el camino se les atraviesa un problemilla y contrario a todas las reglas, mandamientos, normas y procedimientos, deciden hacer un auto stop en un planeta desconocido porque “falta mucho para llegar al destino”. Obvio, este sitio no es sino en el que hace algunos ayeres el Prometeus encontró su trágico fin. Cuando los inocentes viajeros ponen el pie en “tierra” comienza a desatarse el infierno.
Ridley
Scott toma de nuevo el timón y nos conduce hacia la siguiente “parte” (la sexta
a lo largo de 38 años) en la saga de “Alien” partiendo desde donde nos quedamos
en Prometeus (2012), pero con el extraño sabor de “esas partes
intermedias” en cualquier saga, en las que la historia debe avanzar… pero no
demasiado, y tampoco llegar a un final definitivo… son segmentos transicionales
para acabar de contar la trama. Esto les da un carácter especial. Donde el
suspenso juega un papel primordial para asegurar que las siguientes partes
sigan causando interés.
Al
contrario de “Prometeus”, donde los giros y el enriquecimiento en la historia
son contundentes, Covenant termina básicamente prometiendo muchísimo más de lo
que al final de cuentas viene a dar. No es que sea un fiasco, pero se quedó
baja en las expectativas.
Por
qué?, porque en la tarea de espesar la trama se lleva demasiado tiempo y los
personajes cometen “pasos en falso” bastante significativos como para ser intrascendentes. O ser pasados por alto.
El guión de Logan, y Harper; basado en la historia original de Dan O'Bannon, y Ronald Shusett nos dibuja líneas argumentales de estos nuevos personajes poco profundas que los hacen parecer perdidos, sus acciones no son en pro de ellos, sino enfocadas por los escritores para ayudar a la trama a llegar al Alien original (no olvidemos que estas son precuelas) pero que poco o muy vagamente podrían justificarse como acciones en personajes más sólidos.
El
género del terror espacial tuvo una cima muy alta cuando materialmente explotó
en la cara de los cinéfilos aquel 1979, de la mano de Scott .
Regresar
al camino del Alien original evidentemente debía de ser de la mano de quien
primeramente le dio vida, y situándose 18 años antes de la fecha del inicio de toda
la historia. De esa manera, Scott se embarca en Covenant dejando de lado las
cavilaciones existenciales de Prometeus, para tomar los hilos de dos de los
personajes de esa tripulación y anudarlos con los nuevos viajeros, la cuestión
es que el entramado da la sensación de extenderse en el tiempo en pantalla.
Aunque
existe “el incidente inicial” en el guión, la subida de tensión aumenta hasta
que comienzan las manifestaciones de: “oh, ohh… no debimos desacatar las
ordenes” y comenzamos a ver el festín alienígena sobre los miembros de la
tripulación marcando la reaparición del inefable David (Fassbender) para que
argumentalmente la historia se conduzca a lo que es el “continuará” en la saga.
El
guión innegablemente tiene sus momentos, pero también saca sobre la mesa una
cantidad de elementos que simple y sencillamente no utiliza y que pierde la
oportunidad de usar, porque la trama avanza.
Siendo
una precuela todos sabemos claramente que el monstruo prevalecerá con vida
porque debemos llegar al Nostromo, donde Ripley (Weaver) va a conocerlo de
manera íntima y personal.
En
Covenant se plantea que entre la tripulación hay una característica peculiar,
vemos a varias “parejas” constituidas, entusiasmadas porque van a su “nueva
vida”, entre ellas una pareja gay (Bichir y Dean) de los cuales de una manera u
otra casi ni nos enteramos de su relación de forma clara.
Otro
ejemplo es el personaje de Branson (Franco), casado con Daniels (Waterston), ni siquiera está lo
suficiente en pantalla para que profundicemos en las reacciones de ella y
elementos vitales, como una supuesta religiosidad extrema de Oram (Crudup) se
mencionan, pero no se muestran… y así se puede hacer una lista. Los tripulantes
reaccionan planamente a las muertes de sus compañeros (parejas/amigos/colaboradores)
a la presencia de las creaturas y caen
en extremos de inocencia que son un desconcierto puro. (Y esto se relaciona
directamente con el muy poco sorpresivo final de la película).
Por
otro lado, no se puede negar que si hay multitud de efectos especiales y que se
filmó con el característico sello de Scott. Una aventura espacial visualmente
oscura, un poco sofocante y perfectamente elaborada, pero tampoco podría
señalarse como una absoluta innovadora
en ese campo, más bien cumple con lo que el público espera de un blockbuster de
este tamaño.
El
monstruo no es más espeluznante, ni tiene secuencias que no hayamos visto antes
en la saga y su acción ocupa poco tiempo
en pantalla. Sí, hay carnicería… nada nuevo, y tampoco sobrepasa a los niveles
que hemos visto en anteriores películas.
Un
punto interesante de Covenant que se liga con una tendencia en varias de las
recientes cintas con presencia de inteligencia artificial, es el filoso
cuestionamiento de qué tan ético es crear esas manifestaciones cibernéticas,
qué tan bueno es jugar a ser dios?... o dicho de otra manera: “Sueñan los
androides con ovejas eléctricas?”
Por no
dejar, esta podría ser una pregunta base y se toca de una u otra forma en la
trama de Covenant; la creación artificial está capacitada para crear a su vez?
o debe ser considerada incapaz y restringida de ello?... y en esa veta se puede
explorar un mundo de probabilidades. (Desde Blade Runner hasta Alien, pasando
por Ghost in the Shell o A.I.) y esto se resuma en una escena en la que
Fassbender al cubo encarna a David y a Walter.
Al final del día, y de este episodio, Scott
regresa a la trama original… pero si pensamos en que aún faltan tres películas
para “empatar” las historias y hacer la epopeya completa, Ridley y su equipo
tienen una labor creativamente ardua y
pesada por delante, bajo la mirada intensa de los fans que reflejan los deseos
de la Reina Alienígena y sus hambrientas crías.
Director: Ridley Scott.
Reparto: Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny
McBride, Demián Bichir, Carmen Ejogo, Jussie Smollett, Callie Hernandez, Amy
Seimetz, Nathaniel Dean, Alexander England, Uli Latukefu, Tess Haubrich.
País: Estados
Unidos.
Año:
2017.
Género:
Ciencia Ficción, espacial, Terror.
Duración:
122 minutos.
Clasificación:
Mayores de 13 (violencia, sangre)
Fecha
de estreno en México: 12 de Mayo de 2017.
ALIEN: COVENANT (ALIEN: COVENANT) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR:
www.cinepolis.com.mx
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