Por Fabián Quezada León
Cuando
Chris (Kaluuya) un joven fotógrafo afroamericano, es invitado por Rose (Williams) su novia, a pasar unos días en la casa de campo de
sus padres, (Keener y Whitford) Chris no puede menos que sentirse inquieto, no solo por el hecho de ir a
conocer a sus suegros, el viaje y su relación interracial… sino porque Rose ha
olvidado comentar ese “detallito” a sus progenitores, que además viven en un
conservador sitio, en un todavía más conservador Estado de la Unión Americana.
Nervioso
pero sin mucha escapatoria, Chris llega a la casa de sus suegros donde
aparentemente todo es relajación y bienvenida, pronto él se dará cuenta de
que aquello de que "nada, absolutamente es como parece”, es solo un eufemismo mal aplicado que está a
punto de ponerlo en peligro de muerte.
Jordan Peele hace su debut en la silla del director con esta obra que es un atado irregular de buenas intenciones/ situaciones dramáticas y derivaciones del tema central que podrían separarse en mini historias para otro tiempo y personajes y que Peele no logra hacer coincidir limpiamente para cerrar una obra, distrayendo la atención en demasiados puntos. El resultado es que no es que sea absolutamente mala, pero tampoco es buena.
Sus puntos altos son que logra crear (echando mano de demasiados
recursos y líneas argumentales) un clima de suspenso a lo largo de la trama,
siempre y cuando no se cuestionen demasiado los argumentos que se usan para
causarlo.
Para su público norteamericano, pone el dedo en el tema del racismo
y la postura de que no siempre los “no blancos” deben ser los villanos/antagónicos
de la historia.
Catherine Keener como siempre, está muy bien en su papel de mujer “aparentemente
común y corriente” pero que es absolutamente impenetrable, con una cortés
rudeza que enmascara cada uno de sus diálogos y una “bonita capacidad extra”
que la hacen, si eso es posible, más letal.
El enunciado de entrada del romance interracial y los problemas para sobrellevarlo son un tema apreciado en norteamérica pero para un público internacional, la conexión e identificación con los personajes
y la señalización de sus conflictos raciales, no tienen el mismo impacto y por
ello los espectadores internacionales se verán circunscritos forzosamente al único terreno
universal que se puede manejar: el terror.
Sin embargo, en ese tema la cinta abre tantos escenarios al mismo
tiempo que termina por no cerrarlos
todos y diluír el impacto del terror, pues al final el objeto del miedo es tan obvio que los temores/miedos secundarios
deben apuntalarlo desde el momento cuando se descubre de golpe el corazón de la trama.
Pero lo que es grave no es que se haga ese apuntalamiento sino que se recurra a subtramas para dejarlos tirados por ahí, olvidados,
sin explicación/justificación ni coherente, ni obligada. Lo más inquietante es que nunca
sabremos por qué los usaron y por qué no los resolvieron.
Después de un comienzo interesante y un planteamiento del problema
base (relación interracial/respuesta de los padres) y una sub trama relacionada
a personas desaparecidas, se comienzan a introducir diversos recursos en la hhistoria para
crear el suspenso, pero por alguna causa propia de "misterios sin resolver" no se les explota a ninguno de ellos. El guión se pone a trabajar creando un clima, un escenario con posibilidades, que
se va alimentando, pero… para qué si no se va a utilizar?… pareciera que hay un cierto apetito por abrir sub tramas que
distraen, personajes que debían haber tenido más tiempo en pantalla y que
simplemente desaparecen o se diluyen.
Los padres de Rose son una pareja que intenta demasiado tratar de
ser “open mind” motivo para que ya desde ahí cualquiera levantara la ceja y
tuviera dudas razonables. Pero conforme vamos conociendo a los habitantes de la
aislada mansión y poco después a sus “peculiares” vecinitos, no queda ninguna
duda de que…. “Hay algo podrido en Dinamarca”…
A Chris se plantea como un hombre educado, profesional, moderno e
independiente. Sin embargo solo basta un sencillo y obvio truco para tenerlo
comiendo en la palma de la mano de su misteriosa suegra. A partir de ese
incidente, se abren tantas posibilidades innecesarias en la trama que se puede
equiparar con una madeja de estambre enmarañada por un felino oligofrénico.
Entre tanto sub trama la historia materialmente cae en picada en una especie de pozo sin fondo, que la arrastran en
una cadena de clishes imposibles de defender; y a cada segundo que transcurre la
acción, las posibles escapatorias airosas y las soluciones razonables a los
planteamientos, se hunden en una dimensión desconocida y paralela, que obligan a dejarse
arrastrar sin oponer resistencia a la manera en la que se arreglen las cosas…
de forma que al escritor y al director les convenga.
Pero aún con todo eso, no se puede decir que no tenga momentos de suspenso. Sí los tiene,
pero sobre todo al final la trama se vuele tan predecibles como si se tratara de una cinta de
Comedia /Horror, hecha para la televisión.
Esto es porque básicamente en el género de terror, después de
plantear un comienzo pacífico y familiar (La relación amorosa de Chris y Rose funciona
en este caso) donde se crea una seguridad
ficticia, encontramos un detonante que nos llevará del temor a la duda y
de esta se generará la intranquilidad, que a su vez va a producir la tensión, que se irá
acumulando para desencadenar el crecimiento del suspenso argumental que creará el miedo… y como fin máximo, el terror.
Bueno este camino no se sigue. Huye! Nunca llega al terror. De la
tensión se precipita a la resolución y desenmascaramiento de los engaños y
quienes engañaron, para acelerar la acción del protagonista hacia un punto que
patina peligrosamente hacia el modo “Scary movie”.
La resolución de los problemas en el argumento se deja a lo fácil y rápido, una
especie de que “cada quién obtiene lo que
se merece” sin dejar de hacer un
homenaje a varias de las “cláusulas para componer una historia de miedo” para
terminar con el cuadro
Es muy cierto que la
tensión real de la cinta se fundamenta en los prejuicios acerca de la
interracialidad y las reacciones de los “sencillos moradores del campo” al respecto, pero al momento en que se precipita el final,
el guión se desmorona ante nuestros ojos perdiéndose entre la cantidad de sub
plots que en un sentido estricto podrían separarse en micro historias casi
inconexas y que se introdujeron, de la nada, para llevarlas a una culminación artificial que las hace sonar
de relleno, falsas y precipitadas.
Al final, Huye! es un intento que posee elementos positivos pero al
que le faltó solidez argumental, factura y revisión para haber podido concentrarse en
un foco y producir ese terror que ata al espectador aunque le griten mil veces: Huye!!.
Director: Jordan Peele
Reparto: Daniel Kaluuya, Bradley
Whitford, Caleb Landry Jones, Stephen Root, LaKeith Stanfield.
País: Estados
Unidos
Año: 2017
Género: Horror
Duración: 1 hr. 44 min.
Clasificación: Mayores de 13 Violencia, sangre,
referencias sexuales.
Fecha de
estreno en México: 26 de
Mayo 2017
HUYE! SE EXHIBE EN CINÉPOLIS
HUYE! SE EXHIBE EN CINÉPOLIS
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR:
www.cinepolis.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario