viernes, 25 de febrero de 2011

TRISTE SAN VALENTIN (BLUE VALENTINE)


Por: Fabián Quezada León


Un crudo recuento de que cuando la persona que amas no es para ti tarde o temprano las cosas van a terminar mal.

Dean (Gosling) conoce a Cindy (Williams) cuando son adolescentes el trabaja en una compañía de mudanzas y ella visita a su abuela en un asilo. Cindy en ese momento esta saliendo con otro muchacho, Bobby (Vogel), pero al ir conociendo a Dean le toma mucho cariño. Obvio el se enamora como loco de ella. Dean va a estar ahí cuando a Cindy le pase algo muy fuerte, él va a permanecer a su lado. Años después Dean y Cindy se han casado y tienen una hijita, Frankie (Wladyka), pero ese amor que sentían ha tenido algunos cambios. La rutina ha carcomido sus raíces la diferencia de maneras de ver la vida los ha distanciado y están al borde del abismo del que ni aun el recuerdo del amor los va a salvar.
Esta es una devastadora cinta sobre el terrible mal que puede padecer el amor y llamémosle así la incongruencia de que como dice la frase se necesitan dos para el tango, igual en el hecho de vivir enamorados, no puede haber amor que perdure cuando cada uno mira en diferentes direcciones. Dean se estanca en la vida, deja de lado cualquier ambición y vive cómodamente en el sinsentido, Cindy cambia, se va recorriendo etapas y quemándolas, el recuerdo no es suficiente, la rutina no es lo que desea y el futuro es inexistente.
La inercia ha llenado sus vidas y se siguen aferrando a los lazos aunque estén carcomidos, aunque de pronto el panorama se aclare y el desprendimiento sea lo suficientemente doloroso como para preferir seguir en el marasmo que dar un paso hacia delante.
Nada es más temido que lo que se sabe con certeza que ocurrirá y hará perder el balance y desprenderse de una manera de vida. Cindy lo ve, Dean no. Eso es la más terrible, el enfrentamiento de estas dos realidades y la terrible angustia que eso conlleva.
La narrativa de la película incrementa el terrible sentimiento de pérdida, la indefensión en la que ambos personajes se van adentrando mientras uno va despertando y el otro pretende apagar a cubetazos un incendio que va a devastar su vida. Y lo hace de una manera muy dolorosa, mostrando la historia de amor y la historia de tedio intercalándolas, y lo peor del caso es que no hay razón alguna para odiar a un personaje y amar al otro, ambos son víctimas de su proceso. Ambos merecerían haber sido felices pero la realidad a veces es otra muy diferente.
Lo más doloroso en todo caso es encontrar una cierta familiaridad con los intentos inútiles de reavivar el romance, cuando el romance se ha evaporado, cuando ni siquiera el sexo puede prender la mecha y cuando menos aun lo pueden hacer las buenas intenciones. El destrozo es total. Gosling y Williams representan con una descarnada intensidad los sueños rotos de muchas parejas donde ni el fashion ni la más absoluta pobreza son los ingredientes, donde dejar perderse los sueños es una de las más grandes culpas y el amar lo que ya pasó uno de los más grandes errores.
Lo más honesto de la cinta es que demuestra que las historias de cuentos rosas no se realizan en tiempo pasado sino en un presente continuo y que las relaciones son tan frágiles que se les debe de hacer fuertes a diario porque , como todo lo vivo, si se muere, no hay manera de dar la vuelta atrás.

Dirección: Derek Cianfrance
Reparto: Michelle Williams, Ryan Gosling, John Doman, Mike Vogel, Faith Wladyka, Jen Jones
País: Estados Unidos
Año: 2011
Género: Drama, Romance
Duración: 1 hr. 54 min.
Clasificación: Mayores de 18. Contenido y referencias sexuales, violencia
Fecha de estreno en México: 25 Febrero

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