viernes, 19 de enero de 2018

LAS HORAS MÁS OSCURAS (THE DARKEST HOUR)






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Por Fabián Quezada León

En 1940 el poderío del ejército Nazi y sus ambiciones de apoderarse de Europa estuvieron a punto de cristalizarse. Medio continente se encontraba a su merced y las fuerzas enemigas del régimen habían sido replegadas cercándoles en el norte de Francia o venciéndolas hasta el exterminio.


En Inglaterra, las cámaras, temerosas del avance Nazi e inconformes con el primer ministro, lo obligan a renunciar. El puesto queda en el aire y aún con muchos en su contra el único líder capaz de aglutinar opiniones era nada más y nada menos que Winston Churchill.


Inglaterra temía ser invadida, la gente estaba desmoralizada y Hitler ganaba potencia. Horas oscuras se cernían sobre el mundo. Esas horas que decidirían el destino del planeta necesitaban desesperadamente una respuesta, alguien que aún sabiendo la flaqueza infundiera fuerza, que aún temiendo lo peor, no cediera y que sobre todo, venciera.


2017 será recordado cinematográficamente porque en este mismo año el tema de la segunda guerra encontró un punto nodal en la figura de Sir Wiston Churchill.
Y no es para menos, porque definitivamente es uno de los pivotes de la historia del siglo XX. 


De esta forma, a lo largo del año hemos visto desfilar magníficas interpretaciones de este controversial primer ministro inglés; desde el realizado por Cox en “Churchill” la cinta de Teplitzky, o el interpretado por  Lithgow en The Crown para Netflix. 



Pero sin duda alguna, la figura que sobresale es Gary Oldman en su impecable transformación para encarnar a Sir Churchill en esta cinta absolutamente devota al célebre ministro inglés.



Wright, de quién hemos visto previamente Pride & Prejudice (2005), Atonement (2007) y Anna Karenina (2012), realiza un reverente  discurso visual y ambiental que es a la vez una declaratoria de su exquisita visión cinematográfica, suntuosa, llena de magníficos escenarios y pletórica de atmósferas. Su ojo fluye en medio de los claroscuros donde los refinados ambientes ingleses se asientan, ya sea en la cámara del rey, o dentro del parlamento, o tal vez en el hogar de los Churchill, o hasta en los bunker del gobierno. 


Todo es un dominio perfecto de la estricta flema inglesa, Wright con Las Horas Más Oscuras se explaya por completo en la re-construcción del mito, del hombre, de la tenebra política… y al mismo tiempo del sombrío clima de la guerra.


No solo penetramos a la historia, sino  que también, guiados por el guión y siguiendo la magnífica interpretación de Oldman, entramos al corazón del espíritu del pueblo inglés. Solo siguiendo el devenir de los acontecimientos que Wright nos va presentando.

Y aunque Oldman es el eje central, la presencia de Scott Thomas como Clemmie, la esposa de Churchill, Mendelsohn como el rey Jorge VI y James como Elizabeth Layton, su secretaria, arropan a la perfección los matices con los que el personaje va creciendo, mostrándose y dejándonos atónitos ante la historia.

El relato toma un breve espacio dentro de la apasionante historia de la segunda guerra, comenzando por el 9 de mayo de 1940 con la “dudosa” elección de Churchill como primer ministro, ya que ni fue la primera opción de su partido, ni tenía una popularidad avasalladora… (y sí un recordado incidente en la batalla de Gallipoli que hacía sombra a su vida y a su carrera) y de ahí nos lleva hasta terminar después del episodio de Dunkerque.

Estamos sin duda frente al segmento de tiempo donde la historia del mundo pudo haber cambiado definitivamente para siempre.

Churchill llega al poder en medio de un ambiente caldeado, lleno de traiciones, desconfianzas y miedos, donde cada día la suerte podía dictarse en contra, ya fuera desde el interior de las cámaras, hasta la precaria defensa que los países europeos hacían de sus territorios ante el avance de las tropas Nazis.
Churchill se sacó la rifa del tigre y la enfrentó con terquedad, habanos y whisky.  

El escritor, McCarten, le pone en las manos a Oldman y a Wright un detonante personaje, sagaz, mordaz y con un genio muy disparejo, lleno de detalles anecdóticos, con una vasta capacidad para seducir a quien se ponga a ver su carácter y desempeño. No podría resultar mejor combinación para narrar una historia de guerra de una manera hipnótica. Al final todos caemos frente al líder.

Y es que en definitiva, la cinta va apretándose en torno a que la decisión de un hombre significa la vida (en mucho más que el sentido existencial) de toda una nación.  Un paso en falso puede significar despeñarse con costos humanos exorbitantes. 

Sin embargo Churchill no tenía mucha madera de andar ni pidiendo permiso, ni arrepintiéndose públicamente, aunque estuviera al final de la línea entre capitular o pelear.
Más bien proyecta la perfecta  la impresión de que quien manda, debe saber que se deben correr riesgos siempre.  

Al final, con sus luces y sus sombras y de todo lo que podamos saber de él, por cualquiera de las fuentes: películas, libros de historia y novelas, la figura de Churchill será siempre un eje dentro de la vida del siglo XX y la encarnación que Oldman hace, es sin lugar a dudas de una dimensión humana pero que no pierde ni un segundo de vista el carácter, la fuerza y la obstinación de un gran líder y una figura clave de la historia.

Calificación: 8 de 10  

Director: Joe Wright.
Reparto: Gary Oldman, Kristin Scott Thomas, Ben Mendelsohn, Lily James, Ronald Pickup, Stephen Dillane, Nicholas Jones, Samuel West, David Schofield, Richard Lumsden, Malcolm Storry.
Guión: Anthony McCarten.
Cinematografía (color): Bruno Delbonnel.
Música: Dario Marianelli
Año: 2017
País: Estados Unidos/Reino Unido
Género: Biográfico/Drama/Bélico
Duración: 125 min.
Clasificación: mayores de 13

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