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Por
Fabián Quezada León
En el viaje, Dolittle se reencontrará con viejos enemigos y
descubrirá criaturas desconocidas. Dolittle estará acompañado en esta indómita
aventura por un jovencito que será su aprendiz (Harry Collett) y por sus
inseparables amigos animales: Un gorila
nervioso (Rami Malek), un pato muy entusiasta pero un poco limitado de mente (Octavia
Spencer), dos avestruces cínicos (Kumail Nanjiani) un oso polar (John Cena) y
un perico (Emma Thompson), quien será el consejero y confidente del intrépido
explorador.
Basada en
los populares libros infantiles escritos por Hugh Lofting durante la década de
los 20’s y los 30’s, la historia del famoso Doctor Dolittle ha sido adaptada en
el cine, la televisión y hasta en los dibujos animados.
El simpático doctor que
puede hablar con los animales posee, lo que puede decirse, que ha sido uno de los
sueños dorados de muchas generaciones de infantes: sostener conversaciones con su
mascota o con los animales del Zoológico.
La comunicación entre especies tiene una magia oculta.
Empezando
porque la estructura del guion es una amalgama mal fraguada, a la que no se le
puede perdonar porque la cinta sea hecha para “niños muy pequeños” (que serán pequeños,
pero no poco inteligentes) parece una ensalada que no tiene claro que sabor quiere tener solo sabe que tiene demasiados ingredientes dentro.
El
planteamiento es demasiado básico: Dolittle es un ermitaño que vive aislado en
una post depresión luctuosa, demasiado lleno de tics y de autosuficiencia como
para dar la impresión de ser una buena y generosa persona amante de los
animales.
Hasta que un buen día la corona lo obliga (so pena de embargo y extinción
de dominio) a socorrer a la joven reina que ha sido presa de una “enfermedad” y
cuya medicina/antídoto, es la flor del legendario “árbol del Edén” que, como ha
de suponerse, está materialmente “en el fin del mundo”.
Para
llegar a tales confines debe organizarse una excursión donde obviamente su
banda de amigos animales lo acompañará (además de su nuevo “aprendiz/asistente”)
Tommy Stubbins (Harry Collett)
Lo que sigue es una mezcla
entre Piratas del Caribe, Tarzán y Jumanji y toda película que mezcle travesías/aventura/y ...animales, con un poco de “#nomedigasquetengotics” el
viaje comienza, y como también es de suponerse, Dolittle va a enfrentar no solo
su regreso a la vida normal, sino a algunos “viejos enemigos” como el ahora rey
Rassouli 
(Antonio Banderas) quien rige una isla poblada de bandidos.
Con tal
cantidad de pantallas verdes y animales parlanchines de computadora, el
sentimiento que da la película es de un espacio que quiere ser real pero que se siente demasiado irreal. Aún si se cede a la convención (y al "sin remedio de ya pagué
por esto") no se logra encontrar el balance, no se cree ni en los animales, ni en
Dolittle... ni en la historia.
Los
animales son graciosos y por Dios que los actores que los interpretan hicieron
su mejor esfuerzo, pero la cuestión es que no es una película de “pispiretos animales de
computadora que se embarcan en un viaje de aventura”, sino una protagonizada por
un Dr. Dolittle que acá no llega a ninguna parte.
Antonio Banderas, como el villano
que tiene cuentas pendientes con Dolittle, también se esfuerza; pero de nuevo,
la película no está basada en su personaje. No es él con quien queremos identificarnos.
Dolittle
deja la terrible (y financieramente angustiosa) sensación de que nadie se preguntó dos veces si esa historia y
esa manera de presentarla iban a funcionar. Pareciera que nadie se interesó en que el
producto (y el guion) encontraran una manera eficiente de recuperar la inversión y mucho
menos queda la duda de si hubo quien se detuviera a pensar en cuidar la carrera de los actores que participan. Sin tener ni 
pies ni
cabeza, con un protagonista que no llega a ser "el empático Doctor y con un
humor difuso, Dolittle no está nada encima de las anteriores versiones (las cuales, valga mencionar, nunca fueron parte de las 10 obras cinematográficas que se salvarían en una catástrofe nuclear) y
queda como un producto muy poco afortunado sobre el que habrá que correr el velo del piadoso olvido
Director: Stephen
Gaghan
Por
Fabián Quezada León
Después
de que su mujer muriera hace siete años, el excéntrico Dr. John Dolittle
(Robert Downey Jr.), médico famoso adscrito a la casa real en la
era Victoriana, se encerró tras de los muros de su mansión, aislándose del
mundo y siendo acompañado por un grupo singular de animales exóticos. Pero sucede
que la joven reina (Jessie Buckley) enferma, y Dolittle es llamado para presidir
una excursión a una isla en los confines de la tierra en busca de la medicina
para la monarca.
En el viaje, Dolittle se reencontrará con viejos enemigos y
descubrirá criaturas desconocidas. Dolittle estará acompañado en esta indómita
aventura por un jovencito que será su aprendiz (Harry Collett) y por sus
inseparables amigos animales: Un gorila
nervioso (Rami Malek), un pato muy entusiasta pero un poco limitado de mente (Octavia
Spencer), dos avestruces cínicos (Kumail Nanjiani) un oso polar (John Cena) y
un perico (Emma Thompson), quien será el consejero y confidente del intrépido
explorador.
¿Me estás hablando a mí?
Basada en
los populares libros infantiles escritos por Hugh Lofting durante la década de
los 20’s y los 30’s, la historia del famoso Doctor Dolittle ha sido adaptada en
el cine, la televisión y hasta en los dibujos animados. 
El simpático doctor que
puede hablar con los animales posee, lo que puede decirse, que ha sido uno de los
sueños dorados de muchas generaciones de infantes: sostener conversaciones con su
mascota o con los animales del Zoológico. 
La comunicación entre especies tiene una magia oculta.
Por eso,
con un reparto de esta clase y un líder como Downey en el papel central, todo
apuntaba a que la aventura sería un placer seguro. Y no… no es tanto.
Empezando
porque la estructura del guion es una amalgama mal fraguada, a la que no se le
puede perdonar porque la cinta sea hecha para “niños muy pequeños” (que serán pequeños,
pero no poco inteligentes) parece una ensalada que no tiene claro que sabor quiere tener solo sabe que tiene demasiados ingredientes dentro.
De buenas intenciones está lleno el camino al infierno.
El
planteamiento es demasiado básico: Dolittle es un ermitaño que vive aislado en
una post depresión luctuosa, demasiado lleno de tics y de autosuficiencia como
para dar la impresión de ser una buena y generosa persona amante de los
animales. 
Hasta que un buen día la corona lo obliga (so pena de embargo y extinción
de dominio) a socorrer a la joven reina que ha sido presa de una “enfermedad” y
cuya medicina/antídoto, es la flor del legendario “árbol del Edén” que, como ha
de suponerse, está materialmente “en el fin del mundo”. 
Para
llegar a tales confines debe organizarse una excursión donde obviamente su
banda de amigos animales lo acompañará (además de su nuevo “aprendiz/asistente”)
Tommy Stubbins (Harry Collett)
Lo que sigue es una mezcla
entre Piratas del Caribe, Tarzán y Jumanji y toda película que mezcle travesías/aventura/y ...animales, con un poco de “#nomedigasquetengotics” el
viaje comienza, y como también es de suponerse, Dolittle va a enfrentar no solo
su regreso a la vida normal, sino a algunos “viejos enemigos” como el ahora rey
Rassouli 
(Antonio Banderas) quien rige una isla poblada de bandidos.
Al
parecer, en un inusitado ataque de euforia, los escritores quisieron reunir
todas las posibilidades que el tema “viajes al fin del
mundo/aventura/animales/niños” pudieran brindar y… la situación se vuelve tan
difusa como un banco de niebla a media alta mar.
Perdido en el efecto especial
Con tal
cantidad de pantallas verdes y animales parlanchines de computadora, el
sentimiento que da la película es de un espacio que quiere ser real pero que se siente demasiado irreal. Aún si se cede a la convención (y al "sin remedio de ya pagué
por esto") no se logra encontrar el balance, no se cree ni en los animales, ni en
Dolittle... ni en la historia.
No todo es una pérdida absoluta, pero no es suficiente
Los
animales son graciosos y por Dios que los actores que los interpretan hicieron
su mejor esfuerzo, pero la cuestión es que no es una película de “pispiretos animales de
computadora que se embarcan en un viaje de aventura”, sino una protagonizada por
un Dr. Dolittle que acá no llega a ninguna parte. 
Antonio Banderas, como el villano
que tiene cuentas pendientes con Dolittle, también se esfuerza; pero de nuevo,
la película no está basada en su personaje. No es él con quien queremos identificarnos.
Conclusiones
Dolittle
deja la terrible (y financieramente angustiosa) sensación de que nadie se preguntó dos veces si esa historia y
esa manera de presentarla iban a funcionar. Pareciera que nadie se interesó en que el
producto (y el guion) encontraran una manera eficiente de recuperar la inversión y mucho
menos queda la duda de si hubo quien se detuviera a pensar en cuidar la carrera de los actores que participan. Sin tener ni 
pies ni
cabeza, con un protagonista que no llega a ser "el empático Doctor y con un
humor difuso, Dolittle no está nada encima de las anteriores versiones (las cuales, valga mencionar, nunca fueron parte de las 10 obras cinematográficas que se salvarían en una catástrofe nuclear) y
queda como un producto muy poco afortunado sobre el que habrá que correr el velo del piadoso olvido
Director: Stephen
Gaghan
Robert
Downey Jr. (Dr. John Dolittle)
Antonio
Banderas (King Rassouli)
Jessie
Buckley (Queen Victoria)
Michael
Sheen (Dr. Blair Müdfly)
Jim
Broadbent (Lord Thomas Badgley)
Voces
de:
Emma
Thompson (Polynesia)
Rami
Malek (Chee-Chee )
John
Cena (Yoshi)
Kumail
Nanjiani (Plimpton)
Octavia
Spencer (Dab-Dab)
Tom
Holland (Jip)
Craig
Robinson (Fleming)
Ralph
Fiennes (Barry)
Selena
Gomez (Betsy)
Marion
Cotillard (Tutu)
Carmen
Ejogo (Regine)
País:
Estados Unidos
Año: 2019
Género:
Acción, Aventura, Fantasía, Comedia, Familiar
Duración:
101 Min
Clasificación:
Todo Público
Basada en
los personajes de: Hugh Lofting
Historia
de: Thomas Shepherd
Guion: Stephen
Gaghan, Dan Gregor, Doug Mand
Editores:
Nick Moore, Craig Alpert
Compositor:
Danny Elfman
Diseño de
vestuario: Jenny Beavan
Director de
fotografía: Guillermo Navarro
Fecha de estreno en México: 31 de enero 2020
Fecha de estreno en México: 31 de enero 2020
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