viernes, 30 de junio de 2017

CHURCHILL (CHURCHILL)





Por Fabián Quezada León

Winston Churchill, siendo el Primer Ministro de Gran Bretaña, tuvo que tomar una decisión de suma importancia 48 horas antes del desembarque en Normandía en la batalla conocida como el Día D. 
Con miedo a repetir los errores de la Primera Guerra Mundial en las playas de Gallipoli, cansado por los años, abrumado con la depresión y a la vez obsesión de ser un personaje histórico de la grandeza inglesa, se encuentra en constante crítica por parte de sus oponentes políticos como el General Eisenhower y el Mariscal de Campo Montgomery, convirtiéndose así en un punto clave para el desarrollo y desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

Es evidente que no es la primera cinta basada en la Segunda Guerra Mundial, ni tampoco el primer retrato de la actuación del hasta ahora más renombrado primer ministro del Reino Unido. 

La controversial figura de Churchill ha llenado páginas de libros y ensayos académicos y siempre prevalece su enorme importancia dentro de la política inglesa.
Ahora le toca el turno a Brian Cox de encarnar a Sir Winston y lo hace con una fuerza y una maestría que impactan la pantalla; no es posible apartar los ojos de su fuerte actuación y hace que la película entera gire en torno a él.
Como sucede en estas cintas biográficas, la atención se centra en el breve pero decisivo periodo de los días previos al desembarco en Normandía que comenzaría a fabricar el fin de la dominación nazi en Europa. Ese 6 de Junio de 1944 la historia estuvo a punto de tener un desenlace completamente diferente, es más ni siquiera pudo haber sucedido y los resultados de la victoria del régimen Nazi sobre Europa hubieran cambiado para siempre la historia de la humanidad.
El brillante Cox se funde con el político, el hombre y la leyenda haciendo gala de una de sus mejores actuaciones y hablar de su carrera es largo y brillante, tanto como las referencias cinematográficas que han existido en torno a Churchill, a quien se nombró como el británico más distinguido en la historia, y eso es un nombramiento titánico.
Llegamos frente a un Churchill maduro, acosado por su pasado ante la prueba que Europa está viviendo, responsable de un cargo cuyo primer periodo estaba a punto de concluir (1940-1945) y con el remordimiento de las batallas perdidas y las vidas entregadas en las derrotas. 

El primer ministro ofrece tal cantidad de matices, de atributos y ataques que le confieren un perfil digno de ser estudiado; imperialista, fumador, irascible, perfeccionista, hábil político, capaz de enardecer los corazones de sus oyentes… una figura que no puede ser acallada en la historia del mundo.
El guión de la película es de la historiadora Alex von Tunzelmann y su trabajo es minucioso y sabe adaptarse a algo que algunos críticos han puesto en el foco: el presupuesto para la cinta. Ante la idea de que se trata de una película de Guerra es cierto que se extrañan algunas secuencias de batalla, pero si el presupuesto no lo permite, es tarea del director transformar eso en imágenes y en este film hay referencias a la guerra , sin estar en el fragor de la batalla, porque lo realmente importante es focalizarnos en el hombre tras la leyenda, en sus arrebatos, en su combatividad su terquedad, sus meditaciones y en su papel en el conflicto más que ver como las balas destrozan las vidas de los jóvenes en el frente.
Nos quedamos entonces con esa figura prominente con autoridad y empuje para guiar el espíritu de su nación ante la adversidad y al mismo tiempo con los entretelones de algunos puntos de su vida privada: su relación con su esposa es especialmente interesante porque la figura de Clementine (Richardson), se yergue como la única barrera de contención ante el embravecido carácter de su marido, y sus intempestivos cambios de humor. 

Una mujer fascinante, hábil, capaz de entretejer la política y los intereses con maestría, sin buscar el protagonismo y siguiendo las estrictas normas protocolarias de la etiqueta inglesa, surgiendo como un ser de una fuerza y rigor dignos de admiración.
Al mismo tiempo la tormentosa relación de Churchill con los líderes militares Dwight Eisenhower (Slattery) y Bernard Law Montgomery (Wadham) y políticos: los presidentes de los Aliados, el Rey de Inglaterra Jorge VI (Purefoy) y el pueblo, son puestos en la mesa de manera sucinta pero clara y sobre todo con fuerza; con ese empuje que provoca seguirse preguntando e investigar más sobre los tejemanejes de ese periodo tan crítico en la historia mundial, donde tantas cosas se cruzaron y decidieron el camino de la humanidad.
Jonathan Teplitzky (“The Railway Man”) adecua el centro de la historia en la idea reiterativa de girar en torno a la figura del primer ministro apoyado por la sobriedad del diseño de producción de Roope y la cinematografía de Higgs.
Cuando a veces uno se pregunta qué mundo loco estamos viviendo y se toma unos instantes para analizar el pasado y calibrar las consecuencias de acciones que pudieron ser y no fueron o de batallas ganadas o perdidas… y piensa en los marcadores finales al revés, es cuando de verdad se aprecia lo que el pasado nos ha enseñado y se dimensiona el tamaño de las figuras que intervinieron en la historia.


Director Jonathan Teplitzky
Reparto: Brian Cox, John Slattery, Miranda Richardson, Julian Wadham,   James Purefoy, Ella Purnell, Richard Durden
País: Reino Unido
Año: 2017
Género: Biográfico
Duración: 1 hora, 44 minutos
Clasificación: Mayores de 15,  Temática
Fecha de estreno en México: 30 de junio de 2017 

CHURCHILL SE EXHIBE EN CINÉPOLIS Y CINETECA NACIONAL 
PARA MAYOR INFORMACIÓN DE SALAS Y HORARIOS CONSULTA 
www.cinepolis.com.mx

www.cinetecanacional.net
 

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