Universal, el estudio donde los monstruos
clásicos del cine vieron la luz de la pantalla entre las décadas que abarcaron
desde 1920-50s, ha decidido revitalizar sus archivos
monsturificos, con la flamante apertura de lo que ha denominado “Dark Universe” y para ello abre la cortina con esta Momia, auspiciada con el carisma de
Cruise y la fama aun recordada de la franquicia que previamente “resucitara” en
1999 con Brendan Fraser a la cabeza.
De esta forma y con Kurtzman al mando, nos
embarcamos en la inauguración del regreso de los monstruos en el sentido “vintage” de la palabra. Ya sabemos que “La
novia de Frankenstein” tiene fecha de salida para 2019…
Pero, si esta Momia es el precedente, seguro el
estudio va a necesitar hacer algunos arreglitos mayores para sacar a flote todo
este universo. Una momia no tiene una buena connotación en cuanto a
identificación con “modernidad” ni “innovación”. Y mucho menos con “terror del
siglo XXI”.
Por ello este tipo de cintas debe gozar, además de un jugoso
presupuesto en CGI, de un festivo sentido del humor, personajes adorables y
acción incesante. Además, claro está de que el “Monstruo” en cuestión sea muy
taquillero.
No es que le idea de ver de nuevo en la
pantalla a Drácula, el hombre lobo, Dr. Jekyll y demás amiguitos no sea
atrayente y hasta “romántica”, pero recargarlos va a requerir, entre otras
cosas, de hacer una conciencia en el público de que lo que se le ofrece es un
universo de algo que podría llamarse “terror vintage/romántico” que por
definición en sus villanos es algo más ligero, más fantasioso, más divertido
que el terror actual, que puede ir de intenso, moderno, acelerado, al
horror franco y descarnado en todas sus presentaciones del gore al slasher
pasando por los thriller, las comedias de horror, el exploit, las series “B” o
las de sobrevivencia, llegando a las de posesiones demoniacas de todas índoles,
violaciones y venganzas hasta los más sofisticados entuertos distópico/espaciales
de todos los cuales ya hemos consumido ad
nauseam en nuestros días.
La ventaja del concepto de “Dark Universe” es
que el público se ha acostumbrado a consumir “series”, secuelas o franquicias alrededor
de un tema, eso facilita la visión y la comprensión de este proyecto que pretende
durar y durar… al menos tanto como los monstruos sigan vigentes. Lo único es
esperar que este primer paso no sea lo que los marque a todos. Una momia que se
ve ligada por tantas trabas que no puede moverse libremente.
En esta historia de momias se cometen faltas,
algunas graves, algunas imperceptibles… pero que si se suman van a dar una
extraña y poco afortunada mezcla al final.
El guión tiene errores sutiles como aseverar
que se “momificó a alguien vivo”, esta sutil denominación puede resultar
inofensiva al leer, pero para efectos de
la historia, puede significarlo todo. Para hacer una momificación en el estilo
Egipcio (no de forma natural) se requiere básicamente de embalsamar el cuerpo y
extraer los órganos lo cual por principio de cuenta es imposible si el sujeto
está vivo.
Pero bueno, vamos a considerar que son “licencias
literarias”.
De ahí nos vamos con el tratamiento del
personaje central: Tom Cruise; Nick Morton es un sargento inmaduro, algo sinvergüenza
y despreocupado… con una personalidad que ajustaría perfectamente con un hombre
en sus primeros treintas. Pero cuando el sujeto tiene 54 años… no, por más bien
que se vea en pantalla. Tom tiene el encanto para seducir en pantalla es
cierto, pero tiene también más carácter que Nick… indudablemente.
Nick es el prototipo del antihéroe adulto
joven, medio cínico, ladrón, seductor, que salva el día por su buen corazón
más que por destrezas… algo que aquel Rick O’Conell de Fraser de finales de los
90’s sí encarnaba, pero que después de ver las evidentes habilidades de Cruise en
la acción en muchas de sus cintas en esta no logra remontarse.
El guión se
construye dejando al descubierto desde muy temprano cuál va a ser el destino de
Nick por lo que el suspenso sobre el destino del personaje es inexistente. El equipo
de escritores: Koepp, McQuarrie, Kussman que se
basaron en una historia de Spaihts, Kurtzman y Lumet, transitan el guión
tratando de hacer la amalgama entre acción y comedia con resultados muy pobres
en su protagónico y añadiéndole efectos especiales y una relación mucho más que
forzada con Ahmanet la ex heredera del imperio egipcio, (ahora conocida como “momia”)
anclándolos además con el personaje de Crowe: El Dr. Henry Jekill, quien aparentemente será
el eje de toda esta cosmogonía monstruosa en Universal.
Nick obvio, posee su fiel escudero; su
compañero en el crimen quien es otro ladrón de antigüedades ambicioso: Chris
Vail (Johnson) juntos han transcurrido muchas batallas y hecho muchas fechorías
para establecer la dinámica de “vayamos contra el sistema, tomemos riesgos…
divirtámonos, porque somos sinvergüenzas” este patiño que todo antihéroe
necesita para colocar al “bromance”
en el aire.
Por razones que no vamos a explicar, Nick y
Chris van a descubrir accidentalmente la vedada tumba de la momia de Ahmanet (Boutella)… en pleno Irak.
Es ahí donde una atractiva arqueóloga, Jenny
Halsey (Wallis) entra en el juego para hacer la liga con Dr. Jekill . Halsey disimula saber más de lo que
se supone, dentro de un misterioso juego con agencias secretas
paragubernamentales.
A partir de este momento en la historia los acontecimientos
echan mano de lo que sea para encaminar
la trama hacia demasiadas justificaciones y aseveraciones para fundar el
universo oscuro.
Se deja el desarrollo
de los personajes a un lado para apurarse/centrarse en los fundamentos del mundo que se
desarrollará con los monstruos. Por ello no obstante que se quiera no hay
manera de justificar muchas conductas en los protagonistas.
En la versión de 1999, Imhotep y Anck Su Namun eran una pareja sufriente y
separada, su ansia de reencuentro y vida eterna tenía un sustrato; Ahmanet no
tiene más que la pura ira un parricidio y un mal contrato con Seth (el dios de la fuerza
bruta, lo desbocado, la sequía y el desierto) como su leimotiv... y la correlación de
Ahmanet con Nick, los motivos que unen sus destinos son puestos como un mero accidente que se sostiene con alfileres.
Una vez que los hechos comienzan a fluir para llevar la
acción a Inglaterra, todo el trabajo argumental se reduce en justificar, a como
dé lugar, cualquier situación para poder llegar a un final anti climático que
se supone debe servir de germen para la continuación de la saga…
Entre tanto tema, punto y contenido, da la
impresión de que la película se trata a sí misma con mucho mayor seriedad de lo
que es. Lo que resulta contraproducente porque para ser “seria” le faltarían
litros y litros de terror, perversidad y
escalofrío.
Es evidente que para resucitar una leyenda hacía falta
más que efectos especiales o el cartel de Tom y de su forzado personaje, hacía
falta más que la figura unificadora de Crowe: Alias Jekill o de que el mal se encargara de transformar los ojos
en doble pupilente, hacía falta dotar a los personajes de historia y de
motivaciones, de vida y de asertividad no simplemente de hacerlos instrumentos
para llegar a un final “no final”.
Revivir a una momia siempre es un trabajo pesado, pero
mucho más si se trata de hacerla la línea de salida paso para un universo que
se intenta hacer lo suficientemente llamativo para provocar que el público
vuelva a poner los ojos en todos aquellos clásicos monstruosos que amamos, logrará dar
el grito de “Está vivo!!” que eriza los cabellos… o caerá carcomida a pedazos
fundiéndose con las arenas del tiempo?
Reparto: Tom Cruise, Russell
Crowe, Annabelle Wallis, Sofia Boutella, Jake Johnson, Courtney B. Vance, Marwan Kenzari
País:
Estados Unidos
Año: 2017
Género: Terror acción
Duración: 110 min
Clasificación: Mayores de 13
Fecha de estreno en México: 9 de
Junio 2017
"LA MOMIA" SE EXHIBE EN CINEPOLIS
Para información de horarios y cines consulta
www.cinépolis.com.mx
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