viernes, 27 de diciembre de 2019

PARÁSITOS (PARASITES)



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Por: Daniel González Fernández

Parásitos, la nueva película del superlativo Bong Joon-Ho, llega a las carteleras tras ganar, entre otros tantos premios, la Palma de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cannes. Tras la simplemente correcta Okja, ¿es Parásitos el regreso a la mejor faceta del director?

Toda la familia de Ki-taek está desempleada y se interesa mucho por el tren de vida de la riquísima familia Park. Un día, su hijo logra que le recomienden para dar clases particulares de inglés en casa de los Park. Es el comienzo de un engranaje incontrolable, del cual nadie saldrá indemne.

Fumigación gratuita
Hay parásitos que, en algunos animales e insectos, logran controlar a su portador como si este se transformase en una marioneta. Hay otros que no tienen por qué vivir en el interior del otro organismo, sino que puede buscar su supervivencia en el exterior de este. Generalmente, los parásitos causan algún tipo de daño a su portador.

El acontecimiento es un concepto injusto en según qué contextos. En el del cine siempre lo ha sido y quizá sea a día de hoy dónde más se nota este desfase entre una verdad ilusoria y otra impuesta por los departamentos de marketing. 
Es muy parecido a lo que realizan estos organismos siempre desagradables, viscosos y sucios que son los parásitos. La simbiosis que se produce entre el marketing y la mente de los espectadores daña cada vez más a ese tipo de cine que viene de países que erróneamente consideramos exóticos o a quienes nos traen películas diferentes o interesantes a nuestras salas.

La realidad cinéfila es que los gusanos repugnantes de nuestros intestinos bloquean la aparición del verdadero acontecimiento. Una evolución visual puede serlo, aunque también lo es un paso hacia adelante en cuanto a la narrativa. El cine de Bong Joon-Ho, lo sepamos o no, es un acontecimiento.

El arte de mentir
Parásitos se vende como una comedia negra de suspense. Es de las pocas cintas surcoreanas que llegan a nuestras salas de cine más convencionales. Esto es debido al talento casi inaudito de su director, Bong Joon-Ho, que tras dos películas fuera de su país natal regresa a Corea del Sur como si esta nación le infundiese energía creativa a través de sus raíces de celuloide.

Debe ser un acontecimiento una película con una precisión en el plano que otorga elegancia y solidez al más oscuro deseo de la psique humana. Y es que este director de nombre impronunciable es, sin duda, un genio. 
Ya lo sabíamos por sus anteriores trabajos y lo reafirmamos con esta Parásitos. No hay ni un solo plano en esta película que rebase o que tenga un cuadrante exento de información o de perfección plástica. Cada cuadro, impoluto, dice algo para la trama, cuenta un detalle de un personaje o introduce tensión al espectador.

La técnica es perfecta, un trabajo de maestro. Si a esto añadimos una fotografía de Kyung-pyo Hong maravillosa o una velocidad en el corte de Jinmo Yang que ni nos toma por seres con déficit de atención ni nos aburre con su edición, tenemos un resultado visual, de ingeniería artística, sobresaliente. 
Solo el aquejado de anhedonia podría rechazar un plato tan placentero. Vestuario, maquillaje, sonido; hasta el catering, parecen unirse en una concomitancia perfecta para generar un producto como Parásitos.

Los secretos de los secretos
Pero por muy bellos que sean estos simbiontes alargados, con sus cilios moviéndose entre los ácidos del interior de su albergador, no aportarán mucho más si con sus boquitas extraterrestres no nos cuentan una buena historia. 

Parásitos posee una premisa que logra atrapar y que nos hace pensar a nosotros, ingenuos hospedadores, que sabemos hacia donde marchará la trama. Bong Joon-Ho y Jin Won Han, los guionistas, nos sorprenderán y girarán el desarrollo en direcciones que no habíamos previsto sin resultar injustos.

La unión de la comedia negra y el suspense hace de Parásitos algo disfrutable en cada uno de sus minutos. Es una comedia negra refinada, que no buscará carcajadas en la sala sino sonrisas en la inteligencia. Es más ingeniosa que chistosa de manera consciente. 
El suspense, por otro lado, unirá muy bien las sonrisas crueles con las nerviosas. La tensión, esa bomba que puede explotar -o no-, es omnipresente con su angustioso tic-tac asfixiando al espectador.

El dominio de la expectativa y la narrativa es imperioso. Y es que la autoridad cinematográfica que demuestra Parásitos no solo es visual, también proyecta una evolución de la narrativa contemporánea. No abandona al espectador con una premisa interesante, no se conforma con un par de buenas ideas. Parásitos evoluciona los conceptos y aporta otros nuevos en sus minutos iniciales, en los medios y en los finales.

Juntos por la miseria
Parásitos habla sobre una familia pobre, de clase que ni puede considerarse obrera, que pelea por robar el wifi al vecino y que recurre al engaño inocente y al ingenio para salir adelante. Desde esta necesidad, no muy trágica, la película cuenta su historia que ni trata de ser un panfleto de denuncia social ni un decálogo irónico sobre el capitalismo. 
Es una historia. Solo una historia que, eso sí, cada cual podrá interpretar como le salga de las liendres.
Y qué remedio se le puede poner a una crítica que no encuentra un resquicio de virulencia cuando el reparto está a la altura de todo lo demás. 

Song Kang-Ho, uno de los actores más prolíficos y talentosos de Corea del Sur está a su propia altura. El resto del reparto, más desconocido o con filmografías más comedidas, también realiza una labor magnífica. 
Los actores protagonistas más jóvenes como Choi Woo-shik o Park So-dam actúan con total naturalidad. Y así aporta el resto del reparto con su talento y sus rostros tan bien elegidos haciéndonos creer cada palabra de esta historia.

El único valle ralo en la perfección narrativa de Parásitos es una justificación final que no está a la altura del resto. Esto no quiere decir que la película, ese parásito, nos pellizque más de la cuenta y estemos rumiando si ir o no al médico; baja a Parásitos del podio histórico, sí; pero no del anual o de la década.

Conclusión de ‘Parásitos’
Los aficionados al cine somos como estos seres, a veces desde su interior, otras desde el exterior; nos alimentamos del cine sin tener en cuenta el daño que le hacemos. Parásitos son kilos de carne viva en buen estado, roja y sangrante, como nos gusta.

Es un festín enorme y todavía, por marketing o por ignorancia, no asimilamos que es ese acontecimiento que todos esperábamos y queríamos. No tengan miedo, Parásitos está aquí para que la consumamos, para que su color se vuelva azul y enfermo, para que pierda movilidad. Corróanlo, devórenlo; y háganle daño, mucho daño.

Director: Bong Joon-ho
Reparto:
Song Kang-ho (Kim Ki-taek)
Lee Seon-gyun (Park Dong-ik)
Jang Hye-jin (Kim Chung-sook)

Cho Yeo-jeong (Park Yeon-kyo)
Choi Woo-sik (Kim Ki-woo)
Park So-dam (Kim Ki-jung)
País: Corea del Sur
Año: 2019
Género: Drama. Comedia
Duración: 132 min.
Clasificación: Mayores de 18
Guion: Kim Dae-hwan, Bong Joon-ho, Jin Won Han
Fotografía: Kyung-Pyo Hong
Música: Jaeil Jung
Fotografías: Copyright The Jokers / Les Bookmakers
Fecha de estreno en México: 27 de Diciembre 2019

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