lunes, 12 de diciembre de 2011

ACORAZADO: MÉXICO SIN TIMÓN Y A LA DERIVA.


Por Julia Elena Melche.

Silverio es un sindicalista jarocho que vive una huelga inexistente junto con otros compañeros laborales. Aunque su sindicato desapareció, como otros, durante el gobierno salinista, el hombre y sus cuates siguen al pie del cañón en espera quizás de un milagro. Silverio sube a los camiones para pedir apoyo económico, mientras lanza discursos sociopolíticos de la situación de los ex sindicalizados en su estado. Sobrevive de lo que la gente le da, de entretener turistas y de vender películas piratas. Su gran amigo desde la infancia es un transexual llamado La Manuela y vive con su gorda esposa e hija. Inconforme y desencantado con su situación financiera, decide seguir el consejo de su amigo el Alacrán (Salvador Sánchez); emigrar a Estados Unidos, pero como balsero cubano que huye del régimen comunista hasta llegar a las costas de La Florida.

Así, construye una balsa con su viejo taxi Volkswagen y se lanza al mar. Sin embargo, una tormenta lo arrastrará hacia tierras cubanas. Ahí, será recibido como un héroe, luego de cambiar su discurso y declarar que viene huyendo del capitalismo mexicano. Pronto se encontrará trabajando como chofer de taxis-motocicletas para pasear al turismo, le brindan alojamiento, comida y un sueldo mensual de 300 pesos cubanos.

En su primer largometraje, el realizador, nieto del compositor musical Gonzalo Curiel e hijo de la columnista Claudia de Icaza, muestra un buen oficio al manejar con solidez el género de la comedia. Con un guión escrito por él mismo, va construyendo una historia que tiene tintes de farsa y una comicidad ingeniosa. A todo esto contribuye la inmejorable actuación de Silverio Palacios de Matando cabos, Morirse en domingo, Así es la suerte, Sultanes del sur y El viaje de Theo, entre otras, cuya gracia y frescura hace convincente su personaje.

Con un ritmo ágil, Acorazado encierra una metáfora de la situación de México representada en el vapuleado Silverio. Se trata del ciudadano común que se encuentra sin empleo y sin esperanzas de que su situación mejore. Ha sido golpeado por un gobierno sin escrúpulos y ahora vive en la incertidumbre. La necesidad lo empuja a emprender un viaje incierto en el que se guía más por la fe que por certezas; de repente, en medio del mar Silverio se encontrará a la deriva sin saber hacia donde va ni qué rumbo tomar. Se trata de uno más de los miles de emigrantes que se arriesgan con la ilusión de conseguir el Sueño Americano, asunto que el director aborda de manera ligera y cómica, pero sin hacer a un lado apuntes reflexivos. Al mismo tiempo, la cinta deja ver los vicios en la Cuba de hoy como el tráfico de ron, habanos y obras de arte.

La cinta recibió el Premio del Público en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia. Fue filmada en Veracruz y La Habana, aunque en la isla caribeña el cineasta tuvo varias restricciones, ya que el Ministerio Cubano no le permitió rodar en cualquier parte para que no se mostraran ciertos aspectos del país. No obstante, Curiel de Icaza transgredió los señalamientos y filmó por donde quiso, aún con agentes del gobierno tras de él y su equipo.

En el apunte de crítica social se percibe el hartazgo del ciudadano medio mexicano que encuentra mejores condiciones para vivir, ¡hasta en Cuba!, “Aquí me dieron trabajo, casa, comida y seguridad social”, afirma Silverio en una escena. Aún como un divertido entretenimiento, el filme va al fondo de una situación que duele y sigue golpeando a los mexicanos.

Muy recomendable.

Dirección: Álvaro Curiel de Icaza.

Reparto: Silverio Palacios, Salvador Sánchez, Camille Natta, Juan Carlos Colombo, Laura de la Luz, Norma Angélica, Azalia Ortiz, Enrique Molina, Luis Alberto García y Gina Moret.

País: México-Cuba.

Año: 2010.

Género: Comedia dramática.

Duración: 97 minutos.

Clasificación: Adolescentes y adultos.

Fecha de estreno en México: 9 de diciembre de 2011.

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