Por Fabián Quezada León
Michael (Letts) y Mary (Winger) son una pareja
que ha visto pasar hace mucho sus mejores días y que continúan juntos por pura
rutina. Cada uno por su lado tiene ya su respectivo amante. Obviamente los nuevos
compañeros presionan a ambos para tomar de una manera total la decisión de “decirle
al otro” que ese matrimonio se acabó.
Ambos lo meditan y hacen sus planes…
pero la intempestiva noticia de que su hijo Joel (Ross) va a pasar unos días a
casa acompañado por su novia Erin (Sula) y el saber que el final de su
matrimonio esta cerca, reviven entre ellos una súbita y ardiente pasión que
termina por darle un giro completo a la relación.
Entrar a la cotidianidad
desgastada de un matrimonio de años siempre es un asunto embarazoso. En esta
cinta explora de una manera cruel pero divertida, por lo difícil que puede ser,
el ser infiel con una relación alterna que ha durado varios años.
Qué sucede en
la mente del infiel? Qué lo hace regresar a su “hogar” donde ya no hay nada
vivo? Y sobre todo, por qué no se opta por ninguna de las dos partes?
Hoy por hoy la
mayoría podría pensar que la infidelidad es un asunto sobrevaluado, nos hemos
acostumbrado a que al final el ganador se lleva todo.
Debra Winger regresa
a la pantalla en esta comedia trágica donde en medio de las cenizas se
encuentra de repente con una pieza que marca las extrañas variaciones sobre un
tema. Lo intenso del planteamiento es cuánto puede pesar aquello de que: “nada
es más apetecido que lo prohibido”.
Cuando entramos a la
intimidad de Michael y de Mary la primera pregunta que nos asalta es por qué
siguen juntos, si cada uno ya ha encontrado un “sustituto” desde hace tiempo? Dónde
se les escapó la pasión y quedó la mera convivencia? Lo mordaz de esto es que la
“zona de confort” no tiene confort alguno.
Jacobs escribe y
dirige este cuento de tedio moderno con sobriedad donde a cada paso la
insatisfacción con lo que se tiene acecha desde muchos ángulos. Visualmente logra captar una paleta de colores que se ensancha en los tonos tierra como si la vida hubiera acumulado una fina capa de polvo como si el aire dentro de esa casa y los refugios para el amor que tienen Michael y Mary se hubieran decolorado como sus vidas, sin importar que sus amantes sean un poco más jóvenes que ellos.
Pero este drama no
solo es un dueto , es un cuarteto en el que las voces de las parejas de Michael, Lucy (Walters) y de Mary; Robert
(Guillen) también han tenido su propia “aria” el saberse y vivir como “el otro”
sin importar sus propios sentimientos, siempre a la espera de que sus caprichosas “medias naranjas” decidan su siguiente
paso.
Y cuando precisamente
se introduce un elemento detonador, la llegada del hijo y que ambos deciden “firmemente”
acabar con esa farsa, inexplicablemente verse sobre el vacío excita el deseo
dormido y recomienzan el juego de la pasión pero la ruleta aún debe dar otras
vueltas para definir el juego y declarar que ya no hay lugar para más jugadas…
aparentemente.
Pero es precisamente
ese detonante y esa situación que nos revela la verdadera alma de los protagonistas,
son unos ludópatas hasta la médula, ambos no pueden dejar de apostar y sin esa emoción
sus vidas carecen de sentido.
Resulta evidente que
antes de encontrar esa chispa a ninguno de los dos les importaba un comino lo
que pasara en esa casa fuera de las meras reglas de convivencia básicas (y casi
ni esas) son la representación viviente de “Y No me importa nada” (como diría
una canción ochentera de Luz Casal) y es esa sutil pero fuerte línea la que
sostiene todo el argumento, han llegado al punto de no retorno en el campo de
la indiferencia, qué caso tendría romper algo que no tiene ningún valor? A quién
le dolería? Ciertamente a ellos no, y tampoco a nosotros que nos hemos
convertido en sus cómplices. Sería un pase de página sin sabor.
Por eso el
demonio de la tentación hace girar la rueda de nuevo, hay un tapete liso para
poner apuestas pero ahora si hay algo por lo cual apostar, entonces
independientemente de sus vidas paralelas, de sus parejas paralelas se
enfrascan en el reencuentro para acabar en un camino sin salida (o tal vez la
única salida) y la resolución es profundamente ruda, contundente, el todo por
el todo. Tan descarnada e inexplicable como el querer puede ser.
Reparto: Aidan Gillen,
Debra Winger, Jessica Sula, Melora
Walters, Tracy Letts, Tyler Ross
Año: 2017
País: Estados Unidos
Género: Comedia /Drama
Duración: 97 min
Clasificación: Mayores de 18
Fecha de estreno en México: 3 de Noviembre 2017
AMANTES Es un estreno exclusivo de Cinemex Casa de Arte.
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