Por
Fabián Quezada León
Robin
Cavendish (Garfield) es un despreocupado joven que se enamora perdidamente de
Diana (Foy). Aún con las suspicacias de la familia de ella sobre su futuro deciden
casarse y marcharse en un viaje esplendoroso a África. Tenían toda la vida por
delante y Diana le da la noticia de que están esperando un bebé.
Sin
escuchar los avisos sobre la inevitable y rápida muerte de Robin, y tras la
frustración inicial, ambos deciden enfrentar esa situación para tener una vida
juntos y ver crecer a su hijo.
De esa manera los Cavendish inician su aventura
en la que además, apoyados por los hermanos de Diana, (Hollander, haciendo papel
de gemelos ayudado por la magia digital, lo cual sin duda fue una licencia poética
de Serkis) y con la creatividad de
Teddy Hall (Bonnevielle) implementarán una silla transportadora que ayudará a
miles de pacientes paralizados por la polio.
Andy
Serkis, mejor conocido por ser el actor detrás del Gollum De “El Señor de los
Anillos” y por Cesar de “El planeta de los Simios” se lanza a su primera experiencia
tras de la silla de director con esta historia escrita por el nominado del
Oscar William Nicholson con la fotografía de Robert Richardson.
A decir
verdad, “Una razón para vivir” es el
prototipo de la “feeling good movie”: los actores principales son bellos, las
locaciones incomparables, el diseño de producción impecable y la fotografía es
dulce; además el tema principal, (la lucha contra la adversidad y el desafío de
las posibilidades humanas) es uno de los temáticas consentidas del público. Sí,
no hay nada feo en toda la película, es cierto.
Lo que
habría que apuntar es que Serkis es muchísimo mejor actor que director. Gracias
a él la presencia y la vida de sus más famosos personajes han llenado la
pantalla. Todos recordamos su impecable Gollum y su famoso “my precious”.
Sin
embargo, acá no logra hacer proyectar por completo a su protagonista esa alma que trascienda la
pantalla, lo cual es singular, porque el año pasado vimos a Garfield en “Hasta el
último hombre” (Hacksaw Ridge) dirigido por Mel Gibson y su desempeño le valió
una nominación a mejor actor protagónico.
Pareciera
que las libertades y la enorme creatividad de Serkis, quien ha conseguido a
pulso su renombre actoral protagonizando sin que aparezca su rostro real en
pantalla en sus creaciones digitales, explotando al máximo su ilimitada capacidad de gesticular y moverse,
se vieron demasiado tímidas y reservadas al momento de manejar a sus actores.
El
contenido temático de la película, ya de por sí, dirige al espectador a la
empatía ante la tragedia, y sin duda se espera poder paladear la influencia de
Serkis en la actuación de Garfield (máxime si se basa fundamentalmente en sus
reacciones faciales) pero eso no sucede en la medida que uno podría imaginar.
Garfield
se esfuerza, porque casi toda la película solo puede actuar con su rostro, pero
la trama no se inclina por los malos ratos, sino por los triunfos. Dando la
impresión de que el objetivo de toda la historia es mantener los ojos húmedos por
el legítimo sentimiento de compasión, (regalado por el tema) y dejando de
música de fondo hacer vibrar la admiración por la determinación y la gran
historia de amor que se presenta. No se tocan otras complicaciones, el dinero
no es problema y todo parece resolverse mágicamente, todos los personajes enfrentan
todos sus sin sabores armónicamente, casi todo el tiempo.
Obviamente
se entiende que la película es un
homenaje familiar hacia la figura de Robin Cavendish (El productor es su hijo) y
está bien, pero en el trayecto se dejan sin respuesta varias incógnitas sobre
la vida de los personajes para presentar solo lo “lindo” “lo sano”, “lo aséptico”.
No hay casi lugar para los malos momentos.
Es cierto que Garfield y Foy (quien viene de hacer nada más
y nada menos que a la mismísima Reina Isabel II en The Crown) lucen
en pantalla, pero la vida de los Cavendish al momento que Robin se libera de la
cama del hospital, se va a su casa y comienza a “vivir como cuadripléjico” debió
de ser mucho más intensa, entre su relación personal y sus viajes, su empeño en
contribuir al bienestar de los demás pacientes con polio y su vida familiar.
Con
ello se hubieran podido explorar muchos de los resultados que el tener un enfermo
de ese tipo en casa causa en los demás miembros de la familia, sin embargo acá
eso es solo una pálida sombra.
Los personajes en la introducción se presentan de manera
muy rápida y sin dar tiempo para profundizar en ellos. Luego sobreviene la
tragedia de la enfermedad y la amenaza de muerte; pero una vez superados los
primeros momentos siempre, el motor es “la adversidad se supera, se quiera o no”.
La enfermedad de Robin pasa de ser una tragedia a un vehículo
para montar la historia de “ejemplo de vida”.
En efecto, Cavendish se las arregló para sobrevivir y “tener
una vida”, ver crecer a su hijo, viajar, e incluso quedarse en la mitad de la
nada en España e improvisar un campamento flamenco…
Al llegar al tercio final de la cinta hay un cambio de
giro, en una rápida sucesión transcurren los años. Sin dejar la sensación de “bienestar”
de lado, la trama se dirige al deseo de Robin de tener una muerte digna (ha
sido el caso documentado más largo de vida prolongada por un respirador
artificial)
De esta forma, en medio del intachable buen ambiente que se respira
en sus vidas, Diana y su hijo deben acatar al final lo que Robin desea. Y de
esa manera, siguiendo de una manera fiel las reglas de protocolo a la inglesa, la
decisión de Cavendish se efectúa y en 1994 muere asistidamente.
Al final la película se sostiene por su trama de “superación
personal” su marcado “feeling good” y un poco también por la utilización de “los
momentos sensibles”, pero en definitiva esta razón para vivir es un tibio comienzo en la dirección para Serkis.
Director:
Andy Serkis.
Reparto:
Andrew Garfield, Claire Foy, Tom Hollander, Stephen Mangan, Hugh Bonneville,
Penny Downie, Dean-Charles Chapman, Harry Marcus, David Wilmot, Amit Shah, Mary
Dawnay, Ben Lloyd-Hughes, Jonathan Hyde, Emily Bevan, Sylvester Groth, Camilla
Rutherford.
País: Reino Unido
Año: 2017
Género Drama biográfico, romance
Duración: 117 MIN.
Clasificación: Mayores
de 13.
Fecha de estreno en
México: 3 de Noviembre2017
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