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Por Fabián Quezada León
Los iluminados (Les
Éblouis, 2019) es el debut como directora de la joven actriz Sarah Suco. Cuenta
la historia de Camille, (Céleste Brunnquell) una
adolescente que ve su vida transformada inexplicablemente cuando sus padres,
Christine (Camille Cottin) y Frederick (Éric Caravaca) deciden incorporar a
toda la familia a una estricta comunidad religiosa. Cabe mencionar que la joven
actriz Céleste Brunnquell, fue nominada a un Premio Césaren la categoría de
“Revelación femenina”. La madre de Camille es interpretada brillantemente por
la reconocida actriz Camille Cottin.
Caminando en los extremos
Sarah Suco toma un
aspecto basado en su propia experiencia: el extremismo religioso, abordándolo
de una manera directa con grandes aciertos, pero también grandes huecos que
deja sin explicar y algunos puntos injustificados, en su afán de mostrar una
opinión tan cerrada como la que critica.
Empezando con Camille,
Suco nos presenta la vida de una adolescente promedio (va al colegio, interactúa
por las redes sociales, le gusta un muchacho de su grupo, es apasionada del
circo y quiere pulir su número clown) Vive en una familia que consideraríamos
standard, tiene dos hermanos y una hermana bebé.
Sus padres son un profesor de
escuela frustrado, y una ex contadora, cuya vida laboral fue interrumpida por
su labor hogareña. Hasta ahí el marco referencial sería como el que se puede
encontrar en millones de familias en el mundo, pero el pivote de la acción es
la eventual cercanía que comienzan a tener sus padres con un grupo religioso
que pareciera “muy lindo” pero que conforme la trama avanza y penetramos a los
entretelones nos percatamos de que no es tan lindo como pareciera.
La mano que mece la cuna
Detrás de ese grupo
está la figura de un pastor (cuya influencia y conformación del personaje en la
forma en la que se le presenta es debatible dentro del catolicismo por
demasiadas cosas que no vienen al caso enumerar, pero que sí es mucho más fácil
y frecuente de detectar en sectas) pero vamos a ir con Suco y sin cuestionar demasiado
tomemos su discurso.
No estoy diciendo que no haya grupos católicos fanáticos
extremistas (sí que los hay) Es indudable que ha habido varios casos en los que
el líder de un grupo católico ha tenido un “negro historial”, pero de manera general, los manejos más
frecuentes no van tanto en torno a formar un “grupo comunal” que lleve a cabo
ritos y prácticas “diferentes” a lo aceptado por Roma, sino a fines más
comúnmente definidos por poder/popularidad y economía.
En este film, este
pastor (Jean-Pierre Daroussin) usa su influencia para crear no ya una mera “comunidad
de base” y sí algo muy cercano a una secta. Entendiéndo el concepto de secta
entre otros como que esta se estructura
en torno de una figura central de poder, la implantación de una ideología, una
residencia común para todos, obediencia ciega al líder, una manera de vestir,
la imposición de prácticas religiosas extremas y no aceptadas por el dogma, la
donación de las propiedades para los fines que al líder convengan etc
La cuestión es que básicamente se entiende que el guion debe explicar claramente los aspectos que sean vitales para la trama, si no, deja que cada quien se haga su propia idea y este es un aspecto que en este caso específico deslava por completo el clima de “yo acuso” que se huele en la película.
Básicamente, porque si
se quiere denunciar la indudable influencia nociva que provoca el fanatismo,
debería de haberse identificado una figura que se pudiera llamar propiamente un
“villano” y que se enclavaría en el personaje del líder religioso; pero aquí no
está plenamente desarrollada. No se dice qué busca el líder con esa comunidad,
no se explica, ni se muestra, ningún hecho contundente en la vida comunitaria
que implique ninguno de los síntomas clásicos que se dan en una secta (abusos
físicos, violaciones, privación de la libertad, ritos sexuales, etc)
ciertamente se muestran comportamientos grupales extravagantes (como balidos y
una especie de confesión grupal) pero el líder no hace por mano propia ningún
acto de estos. Así que el villano no es el líder, debemos de mirar a otra
parte
Entre la bondad y la estupidez…
El relato se centra
básicamente en las reacciones y la vida de Camille, es obvio que ella es
nuestra protagonista y quien va a llevar las consecuencias de resolver el
problema planteado. Simplemente que su villano no es el líder, sino sus propios
padres, quienes por egoísmo y debilidad se dejan ir sin freno en el caudal de
acontecimientos. Ahí sí el guion dibuja muy claramente el dominio de la madre,
la poca fuerza del padre y la proclividad de ambos de aferrarse con uñas y
dientes a algo y dar el brinco sin pensar ni dos veces a los extremos del
fanatismo.
Evidentemente llevándose a sus cuatro hijos entre los pies. (Céleste Brunnquell Armand Rayaume, Jules Dhios Francisco y Eva Ristorcelli )
Tan cerca no es cómodo
Suco tiene luces y
sombras en la estructura de la trama y lo que se puede decir es que prefiere el
impacto sentimental a la solidez de un argumento, sobre todo al acercarse al
final, el cual puede lucir apresurado y que a fuerza necesita un acontecimiento
para hacerlo explotar; resolviendo de una manera superficial y poco sorpresiva
algo que ya se veía venir desde poco mas de la mitad de la película.
Y de nuevo se detecta
un grado peligroso de cercanía que impide realizar un juicio objetivo y se
pierde el foco. Si el objetivo era: mostrar el fanatismo o salirse por un lado
más efectista y escandaloso y por desgracia no desconocido (aunque
lastimosamente no unicamente se da dentro de los ámbitos de varias religiones,
no solo la católica, sino en áreas del sistema educativo, familiar, social: La
pederastia.) Los verdaderos causantes de la desgracia de Camille y de sus
hermanos están demasiado cerca de ellos, son sus propios padres que se
enajenaron.
El sentón del medio
A la mitad de la
película ya se han planteado los puntos principales, pero muchos de ellos se quedan
solamente en planteamiento y se les desecha sin más. Se introducen datos y
personajes que no apoyan en nada al eje de la trama y se pierden en el mar de
las propuestas. Por otro lado, se hace evidente que el camino a la resolución
final va a ser uno. Lo que le quita algo de la satisfacción a la última parte
de la película
Conclusiones
Los iluminados es una
cinta con luces y sombras, y que posee entre sus aciertos la actuación de Brunnquell,
apoyada por el guion que hace que su Camille vaya afianzándose y transitando
varios estados desde la impotencia hasta la rebeldía o el desanimado
convencimiento y la confrontación. Tiene a una excelente Cottin como la madre
impositiva que acaba sucumbiendo a sus demonios internos y a un padre
(Caravaca) pusilánime que acaba por comprarse la idea de su fanatismo como si
se aferrara a un clavo ardiendo.
Sin embargo, no todo el guion posee la misma solidez en todos los personajes ni en todas las situaciones (los padres de Christine serían un elemento perfecto para ejemplificar) a la directora le falta apretar las tuercas para poner claro quiénes son los “malos de la historia” y a la trama romántica le falta integración e intensidad.
El propósito de señalar
el control fanático sobre una comunidad es un tema lacerante que en sí mismo da
para mucho y que deja con la boca abierta a diario a la opinión pública mundial
(sobre todo en el área de la política) y ante los azorados ojos del mundo,
lleno de redes sociales, información, inmediatez y demás flagelos de la
modernidad, el asombro crece y día a día se superan barreras de “En serio cómo
puede alguien creer en eso”, deplorablemente para degradación de la conciencia
humana, el fanatismo, la polarización de creencias y actitudes, la intolerancia
y la falta de juicio es el juego que nos han puesto en el tablero.
¿Cuánto tiempo vamos a seguirlo jugando? No sabemos. Cuánto tiempo más seguirán surgiendo estos "lideres iluminados" manipulando al mundo a sus propios fines y caprichos, es un misterio.
El abordar un tema como el fanatismo religioso es una originalidad , pero sin embargo, el tratamiento no logra ahondar lo suficiente y disgrega esfuerzos con situaciones y personajes que hacen que se pierda el foco.
Director: Sarah Suco
Reparto:
Camille Cottin ... Christine Lourmel
Jean-Pierre Darroussin... Padre Eric-Marie dit le Berger
Éric Caravaca ... Frédéric Lourmel
Céleste Brunnquell ... Camille Lourmel
Laurence Roy ... Marianne - la Madre de Christine
Daniel Martin ... Papá de Christine
Spencer Bogaert ... Boris
Benjamin Gauthier ... Jean-Marie
Suzanne De Baecque... Marie-Laetitia
Armand Rayaume ... Matthieu Lourmel
Jules Dhios Francisco... Benjamin Lourmel
Agathe Dronne ... Policía de protección a menor
Eva Ristorcelli ... Eva Lourmel 3 ans
Victoria Mege Bond ... Eva Lourmel bébé
Sophie Mege Bond ... Eva Lourmel bébé
País: Francia
Año: 2019
Género: Drama
Duración: 1 hr 29 min
Clasificación: Mayores de 15
Música: Laurent
Perez del Mar
Fotografía: Yves Angelo
Fecha de estreno en México: 24 Tour de Cine Francés
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