Bree muestra a Gaby y Lynette la carta que recibió diciéndole “De nada” desde luego ninguna de ellas tiene ni la más remota idea de quién puede estar mandando esas notas. Bree es va molesta después de que sus amigas tienen el mal tino de sospechar por qué ella es la única que está recibiendo esas notas, desde luego no tiene la más remota idea de que alguien la esta observando desde un auto estacionado en la calle.
Susan mientras tanto en su misión “humanitaria de sanación”. llega hasta la casa de la familia de Alejandro pero no tiene ni idea de cómo presentarse, pero corre con suerte cuando se percata de que hay una venta de garaje, entonces conoce a la esposa de Alejandro, Claudia que está en graves problemas económicos. Definitivamente culpable, Susan siente pena por ella y le ofrece un jugoso cheque por un juego de Lego de su hija, Marisa.
Susan nota la cara de desagrado de Marisa cuando menciona la palabra padrastro y cuando Claudia se descuida Susan le promete en secreto a Marisa que ese hombre malvado nunca la lastimará de nuevo.
Después Marisa revela a su madre lo que Susan le dijo. Desde luego, Claudia queda sorprendida pues ignora como una perfecta desconocida podría saber esas cosas de su marido. Afortunadamente tiene el nombre y la dirección de esa mujer pues casualmente le dejó el cheque (oh, oh!)
Ben decide enfriar las cosas con Renee mientras soluciona algunos asuntos de dinero, bueno digamos que de “falta de dinero”… Mike sospecha que algo anda mal con su jefe cuando le paga con un cheque y “rebota” En realidad, Ben está en una muy mala situación y no duda en “considerar pedir un préstamo” aunque se a aun agiotista Mike lo hace desistir para enojo del prestamista también le hace ver que Renee tiene dinero. Así que un presuroso Ben se presenta ante su desairada novia proponiendo una reconciliación, aunque digamos que Ben tiene una segunda agenda con esta.
Mientras que Carlos está en rehabilitación Gaby contrata a Lynette para que le enseñe algunos principios básicos de negocios para poder conquistar a un cliente poderoso pero las clases acaban en una discusión y en Lynette expulsando de su casa a Gaby. En la junta Gaby hace una lista de palabras que suenen “ejecutivas” que esconde y lee pero las cosas terminan muy mal cuando el mesero se lleva “su lista” (Oh, ohhhh)
En casa de Lynette hay un foco que hace corto ya que Tom esta en París Lynette debe de resolver el problema. Sin embargo no puede y sus hijos le aconsejan que llame a un electricista pero Lynette se niega, va a resolver eso, no será cosa del otro mundo, el desastre llama a su puerta.
Desanimada, Lynette debe de admitir ante sus hijos que debió de pedir a Tom que le enseñara como hacer esas cosas y lo hubiera hecho si hubiera sabido que Tom la dejaría algún día.
Lynette y Gaby se contentan cuando se dan cuenta de que por el momento están solas bueno, no tan solas… al menos se tienen una a la otra aunque extrañen de verdad a los hombres con los que se casaron.
Renee trata de que Bree deje de ser tan reprimida llevándola a un bar las cosas van de mal en peor hasta que Bree se encuentra con Bradley un hombre que digamos, que acaba de escaparse de su reunión de compañeros de la prepa.
Después de cantidades generosas de vino Bree acepta ir a tomar “un chapuzón al desnudo” en la piscina de la residencia de su amigo o digamos del “jefe” de su amigo que llega de improviso y los descubre.
Bree se lamenta de su desastrosa noche con Bradley.
Renee no cree que la historia sea tan mala después de todo, de hecho está convencida de que su amiga se divirtió. Bree debe admitir que realmente fue muy gracioso, así que se va al mismo bar y logra salir con un hombre de ahí en un tiempo record… aunque jamás se da cuenta de que todo esto sigue siendo observado por alguien estacionado en la calle...
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