Por Julia Elena Melche.
Para los amantes del cine de terror, es gratificante que una cinta como La dama de negro llegue a la pantalla, alejada totalmente de efectismos facilones y tramposos, de descuartizados y de litros de sangre, elementos y características de buena parte de las nuevas cintas del género. En el filme que dirige el guionista y cineasta británico James Watkins, el horror y suspenso son inteligentes y sobre todo convincentes, manufacturados a la vieja usanza donde se fusionan acertadas atmósferas del terror gótico con la tensión del horror psicológico.
La dama de negro está basada en la famosa novela homónima de fantasmas de la imaginativa escritora inglesa Susan Hill, llevada al teatro en México y cuyo éxito la mantuvo en cartelera por más de 17 años. La cinta relata la historia del joven abogado viudo Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), quien vive en Londres al lado de su pequeño hijo de 4 años y es enviado a una remota aldea para arreglar los documentos de una gran mansión y así poder venderla tras el fallecimiento de su dueña. Al llegar al lugar percibe que los habitantes ocultan algo y pronto descubrirá los terroríficos secretos que se ocultan en la espléndida casona.
Desde la primera escena, el filme imprime un sello escalofriante. La fotografía juega un papel esencial mediante tonos fríos que subrayan el sentido de misterio de la trama. Los inmejorables escenarios resultan el marco perfecto para acentuar el terror; desde el húmedo poblado victoriano hasta la tétrica mansión en medio de un pantano, con sus largos y oscuros pasillos, sus habitaciones penumbrosas con objetos y juguetes que parecen tener vida propia.
La trama contiene los elementos tradicionales de una buena historia de terror; la casa embrujada, ambientes envolventes y atrapantes, un fantasma amenazante del que nadie puede escapar y una banda sonora que va más allá de simples golpes y sonidos. Por otra parte, el adecuado ritmo nunca precipita las acciones, al contrario, acentúa el suspenso y lo va incrementando a medida que avanza la película.
El cineasta, cuyo primer trabajo Eden Lake (08), fue considerado como “un provocativo y terrorífico thriller” consigue ahora una formidable adaptación del texto original y saca buen provecho de un contenido Radcliffe, desprendido del joven mago de la saga de Harry Potter y metido en la piel de un aterrorizado Kipps cada vez que ve y es acechado por la figura de una misteriosa mujer vestida de negro, quien busca venganza y se niega a irse al mundo de los muertos donde pertenece.
Sin duda, una cinta escalofriante que mantendrá al espectador al filo de la butaca de principio a fin.
Dirección: James Watkins.
Reparto: Daniel Radcliffe, Janet McTerr, Ciarán Hinds y Roger Allam.
País: Reino Unido-Canadá.
Año: 2012.
Género: Terror.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 10 de febrero de 2012.
Para los amantes del cine de terror, es gratificante que una cinta como La dama de negro llegue a la pantalla, alejada totalmente de efectismos facilones y tramposos, de descuartizados y de litros de sangre, elementos y características de buena parte de las nuevas cintas del género. En el filme que dirige el guionista y cineasta británico James Watkins, el horror y suspenso son inteligentes y sobre todo convincentes, manufacturados a la vieja usanza donde se fusionan acertadas atmósferas del terror gótico con la tensión del horror psicológico.
La dama de negro está basada en la famosa novela homónima de fantasmas de la imaginativa escritora inglesa Susan Hill, llevada al teatro en México y cuyo éxito la mantuvo en cartelera por más de 17 años. La cinta relata la historia del joven abogado viudo Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), quien vive en Londres al lado de su pequeño hijo de 4 años y es enviado a una remota aldea para arreglar los documentos de una gran mansión y así poder venderla tras el fallecimiento de su dueña. Al llegar al lugar percibe que los habitantes ocultan algo y pronto descubrirá los terroríficos secretos que se ocultan en la espléndida casona.
Desde la primera escena, el filme imprime un sello escalofriante. La fotografía juega un papel esencial mediante tonos fríos que subrayan el sentido de misterio de la trama. Los inmejorables escenarios resultan el marco perfecto para acentuar el terror; desde el húmedo poblado victoriano hasta la tétrica mansión en medio de un pantano, con sus largos y oscuros pasillos, sus habitaciones penumbrosas con objetos y juguetes que parecen tener vida propia.
La trama contiene los elementos tradicionales de una buena historia de terror; la casa embrujada, ambientes envolventes y atrapantes, un fantasma amenazante del que nadie puede escapar y una banda sonora que va más allá de simples golpes y sonidos. Por otra parte, el adecuado ritmo nunca precipita las acciones, al contrario, acentúa el suspenso y lo va incrementando a medida que avanza la película.
El cineasta, cuyo primer trabajo Eden Lake (08), fue considerado como “un provocativo y terrorífico thriller” consigue ahora una formidable adaptación del texto original y saca buen provecho de un contenido Radcliffe, desprendido del joven mago de la saga de Harry Potter y metido en la piel de un aterrorizado Kipps cada vez que ve y es acechado por la figura de una misteriosa mujer vestida de negro, quien busca venganza y se niega a irse al mundo de los muertos donde pertenece.
Sin duda, una cinta escalofriante que mantendrá al espectador al filo de la butaca de principio a fin.Dirección: James Watkins.
Reparto: Daniel Radcliffe, Janet McTerr, Ciarán Hinds y Roger Allam.
País: Reino Unido-Canadá.
Año: 2012.
Género: Terror.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 10 de febrero de 2012.
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