viernes, 21 de junio de 2013

GINGER Y ROSA (GINGER & ROSA)


Por Fabián Quezada León

Es 1962 y el mundo parecería a millones de años de lo que es hoy en día. Sin embargo, en el Londres de la guerra fría, la situación del equilibrio del terror mantiene a la población a la expectativa mientras una ojiva nuclear pende sobre sus cabezas.
Ginger y Rosa dos adolescentes que han sido amigas desde bebés enfrentan la dura situación de vivir en este tiempo revuelto.
1962 marca a nivel mundial uno de los picos más fuertes y abrumadoramente cercanos de que hubiera explotado (materialmente) la tercera guerra mundial.
La U.R.S.S y Estados Unidos estuvieron a milésimas de desencadenarlo todo en la famosísima crisis de los misiles en Cuba.
De tal manera, la expectativa de que se desencadenara la hecatombe mundial no digamos flotaba, sino que se hundía sobre los ánimos de todos y es precisamente ahí cuando Ginger (Fanning)  y Rosa (Englert) que habían sido amigas prácticamente desde que sus madres las dieran a luz, tienen un cambio de caminos que va a afectar sus vidas de una manera radical.
Aunque ambas se quieren entrañablemente, una está enfocada a la reflexión y a las artes mientras que la otra encarna a la típica rebelde que busca “liberación”, experimentando con chicos y fumando, pero ambas se complementan y se entienden mucho más allá de sus difíciles relaciones con sus respectivas madres. Pero el padre de Ginger, Roland (Nivola) va a ser un punto disruptivo entre ellas y acompañando al terror de la aniquilación total, el mundo de Ginger y Rosa comienza a desgajarse por situaciones mucho menos espectaculares que una bomba nuclear, pero mucho más destructivas.

Sally Potter lo hace de nuevo. Dirige con maestría y lleva a una sorprendente Elle Fanning a alcanzar el status de gran actriz cuando solo tenía 13 años al momento de filmar la cinta.
En un análisis que, si bien pareciera provenir de una era que se ha dejado atrás hace centurias, devela la verdad que es que los sentimientos humanos palpitan con una intensidad desgarradora y siguen siendo los mismos aunque no se les reconozca más..
1962 fue un año enigmático, lleno de acontecimientos en el que sucedieron grandes cosas; la humanidad jamás desentrañará la verdad del por qué razón misteriosa no estalló la guerra  y cómo en ese año (y en los que siguieron) el mundo pudo cambiar de una manera tan brutal.
Pero eso es historia y aunque es el marco referencial de la cinta, no es la cinta.


Lo perturbador de todo este relato es que no importa lo lejano que se perciba ese año, regresamos a la vieja frase de que mientras más cambian las cosas, mas siguen siendo las mismas en el fondo.
Transpolar la experiencia del terror nuclear a nuestros agitados 2000’s pareciera imposible pero, hace unos meses Corea amenazaba con lo mismo, la humanidad podría haber estado a punto de ser extinguida… solo que la enorme diferencia de los 60’s y de hoy es que en aquellos tiempos las personas peleaban, se oponían, se involucraban… hoy a todo el mundo le da lo mismo; puede ser el final, a nadie le importa, eso es dramático.

Potter lleva a sus protagónicas a encarnar ese deseo juvenil de salir de los cuadrantes, de ser un luchador y lo vemos retratado muy fielmente en las figuras de Ginger y Rosa; pero también ese ímpetu de lucha lo tenemos en Roland y hasta en los padrinos de Ginger, una pareja gay que también lucha a su manera desde el bastión intelectual (Platt y Spall) junto con su amiga “norteamericana” (Benning).

La dirección de Potter derrocha intensidad, pasión y también estos claroscuros de identidad sexual que seducen e intrigan. Fanning sobrelleva el peso de la cinta de una manera espectacular desentrañándonos que ese fuego que da color a sus cabellos es también algo que la consume desde dentro, flanqueada por Nat, una madre abnegada y sojuzgada (Hendricks) y Roland un padre demasiado liberal y seductor cuya unión esta desbaratándose.
Ginger es el modelo de la chica que lucha contra la conceptualización tradicional de la mujer y por ello tal vez siente cierto rencor hacia su madre,  pero eran los 60’s aún faltaba mucho camino para nivelar las cosas y para colocar a cada facción en su sitio. Pero en ese contexto sesentero  la hipocresía y la dureza de las reglas aún estaban por delante.

La precisa composición de la observación de ese mundo convulso a través de los ojos de una adolescente, deja los planos usuales para hurgar en las relaciones, los sentimientos y la dualidad entre el cariño a la amiga, el amor al padre, la lealtad con la madre y el terror a desaparecer del planeta cuando apenas se comienza a vivir. Eso es el fondo más sensible de toda esta penetrante historia y lo que la hace atemporal.
Pero para los espectadores aún hay un gancho más;  el terrible sentimiento de estar contemplando una tragedia anunciada y no reconocida, el escuchar como la realidad grita histéricamente mientras con fuerza se cierran los ojos y se tapan los oídos mientras somos testigos de un amor prohibido.
Roland es un padre fascinante, intelectual, liberal, seductor, y a la vez inyecta en su hija esas características, por lo que el modelo de rol de Ginger apunta hacia la intelectualidad y el liberacionismo; pero al mismo tiempo solo es una niña con grandes preocupaciones.
Y eso la lleva a ser una activista y a pagar las consecuencias por ello, pero mucho más abajo de la superficie del activismo, también están las culpas propias, o extrañas, reales o irreales y el peso de todo hace que la estructura de Ginger colapse.
Y en una verdadera catástrofe nuclear dada en la intimidad del hogar, las victimas colaterales resultan todos. Ginger no puede transgredir las formas de una manera absoluta, porque sabe que esta no sólo actuando arbitrariamente, sino que va en contra de sí misma. Ya es tarde, ha dejado que el encanto de su padre la hechice y hasta esta dispuesta a justificarlo por admiración y amor, pero el que Rosa este inmiscuida es demasiado. A esta reacción se podrían dar muchas lecturas, que hacen aún más interesante desmenuzar la historia y la dirección; mientras, Elle Fanning crece en la pantalla a niveles que la colocan entre las mejores de su generación.
Pero sin duda la solidez del guión y la dirección de Potter se ven arropados por la inteligente y adecuada selección de un reparto que desempeña sus atribuladas partes a la perfección. Una verdadera obra que vale la pena de verse y vivirse con toda la intensidad

Director: Sally Potter
Reparto: Elle Fanning, Alessandro Nivola, Christina Hendricks, Timothy Spall, Oliver Platt, Jodhi May, Annette Bening, Alice Englert
País: Inglaterra,  Dinamarca,  Canadá,  Croacia
Año: 2012
Género: drama
Duración: 1 hr. 30 min
Clasificación: Mayores de 15. Temática adulta, sexualidad adolescente
Fecha de estreno en México: 21 de Junio

1 comentario:

Unknown dijo...

Sí es una película muy intensa que te habla de la amistad, al recomiendo muchísimo sale Christina Hendricks de Mad Men, hace el papel de la mamá de Ginger.