Por Julia Elena Melche.
El neoyorquino Woody Allen regresa a la capital inglesa con sus añejas obsesiones temáticas, resumidas en el eterno malestar existencial de la clase media, y con un reparto de primer orden. Anthony Hopkins en un personaje que en otros tiempos habría interpretado el propio Allen; Alfie, un septuagenario que abandona a su mujer luego de 40 años de matrimonio para buscar la juventud perdida. La veterana Gemma Jones como la esposa Helena, una neurótica que busca su futuro con una vidente charlatana, convertida en su guía espiritual. Naomi Watts en el rol de la hija de ambos, Sally, en franca crisis conyugal y asistente del galerista Greg, interpretado por Antonio Banderas. Y Josh Brolin, en el papel del marido de Sally, Roy, un escritor venido a menos que espía desde su ventana a una atractiva vecina.
En Conocerás al hombre de tus sueños, Allen se entrega a su pasión shakespeareana como lo hizo en Comedia sexual de una noche de verano (82). No obstante, la nueva cinta coral, de enredos amorosos, infidelidades, deseos eróticos y devaneos sentimentales, que camina entre el drama y la comedia, se dispara hacia hallazgos humorísticos menos irónicos y chispeantes.
En su fidelidad temática Allen parece contar la misma historia una y otra vez, pero siempre encuentra nuevas equivalencias narrativas y recursos diversificados para abordar sus asuntos predilectos. La insatisfacción, su mayor constante, encuentra salida en las ilusiones “que trabajan mejor que las medicinas”, llegando a través del arribo de un hijo varón y en una costosa call-girl, o en las palabras complacientes de una pitonisa, o en el plagio de un éxito literario y el encuentro de una opción amorosa vestida de rojo, o bien, en el entusiasmo romántico hacia un indiferente jefe. El autoengaño como evasión de frustraciones, fracasos creativos y miserias sentimentales.
De nuevo hay insistencia en el vacío anímico y en el patetismo humano, pero ahora con un acentuado pesimismo donde sólo hay salvación para los ingenuos. Tal parece que solamente los tontos pueden ser felices. Como en muchas cintas anteriores, Allen elige un alter ego. Aquí en el inseguro seductor sin suerte Alfie, aunque también hay identificación con Roy y Sally, víctimas de la imposibilidad amorosa. El lúcido autor de Manhattan (79), que demostró una renovación creativa en su reciente tríptico La provocación, Amor y muerte y Los inquebrantables, ha dejado la vieja vena puramente cómica de Robó, huyó y lo pescaron (69) para pasar a etapas reflexivas y construir en su nueva entrega, un apunte agridulce sobre la inmadurez emocional.
El miedo a la vejez, el pánico a la soledad y la angustia hacia la muerte se proyectan como eco personal del cineasta Woody Allen, quien sigue confrontando sus fantasmas en la pantalla.
Dirección: Woody Allen.
Reparto: Anthony Hopkins, Gemma Jones, Naomi Watts, Antonio Banderas y Josh Brolin.
País: Estados Unidos-España.
Año: 2010.
Género: Comedia romántica.
Duración: 98 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 14 de enero de 2011.
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