Por Julia Elena Melche.
Con el título y la
clasificación en el género de terror, el público puede pensar que La bruja es una típica cinta
de miedo, sustos, de apariciones y fantasma, con sus rutinarios impactos
visuales y sonoros para incrementar el temor. Sin embargo, nada de esto aparece
en la película, aunque si mantendrá al espectador en una tensión constante y
sin duda habrá de perturbarlo. El subtítulo que acompaña al filme en el inicio es
lo que mejor define su contenido: “Basada en leyendas de Nueva Inglaterra”, leyendas
que tienen su génesis en la creencia de lo sobrenatural, de la brujería, de la
posesión demoníaca y en el temor a lo
desconocido.
En La bruja, el realizador norteamericano
Robert Eggers ambienta el relato en la
Nueva Inglaterra de 1630, época de la llegada de los primeros colonos a Estados
Unidos, cuando una familia de inmigrantes ingleses y devotos cristianos, es repudiada
por su iglesia y expulsada de la aldea donde viven por el fanatismo religioso
del patriarca de la misma, el estricto e inflexible William (Ralph Ineson),
quien junto con su esposa, Katherine (Kate Dickie) y sus cinco hijos van a
vivir en los límites de un bosque, donde construyen su casa y una granja.
Pronto, empiezan a suceder cosas extrañas e inquietantes;
los animales se vuelven agresivos, la cosecha se malogra, el hijo más pequeño,
un bebé de escasos meses de edad, desaparece misteriosamente cuando la hermana
mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy) lo cuidaba, mientras el hijo adolescente parece
estar poseído por un espíritu maligno. Envueltos en la paranoia por el temor de
un mal sobrenatural, los miembros de la familia acusan a la joven Thomasin de brujería, pero ella lo niega.
El cineasta y guionista Robert Eggers hace su debut cinematográfico, por el
que fue premiado como Mejor Director en el Festival de Cine de Sundance 2015.
Luego de años de documentarse sobre la vida cotidiana de los primeros colonos
ingleses en Nueva Inglaterra, consigue un retrato inquietante del extremismo
religioso y del rígido puritanismo de esa época, cuando las mujeres eran
consideradas como símbolo de oscuridad y de maldad y terminaban siendo
perseguidas y acusadas de brujería y de confraternizar con el diablo. Envueltos
en los prejuicios religiosos y la superstición, los miembros de la familia
entran en estados de paranoia, desencadenándose un clima de histeria colectiva,
en el que el mundo real y el de la magia se confunden.
En una escena, el patriarca Williams le dice a su hijo Caleb
que todos los seres humanos nacen impuros y que son hijos de la culpa, que para
ser un buen hijo de Dios hay que liberarse de todos los pecados; lujuria, soberbia, ira. En su temor a ser
juzgado y castigado por Dios, el jovencito vive angustiado por el deseo sexual que
empieza a sentir por su hermana Thomasin cuando lanza miradas lascivas a sus
senos, estableciendo una intolerancia absoluta a la manifestación del despertar erótico y a
la naturaleza femenina porque resultan
amenazas peligrosas a la moral.
El realizador construye un acertado clima opresivo y de tensiones in
crescendo para dar la sensación de que algo fatídico está por suceder, gracias
al notable trabajo del fotógrafo Jarin Blaschke, con base en los paisajes grises, fríos y nublados. La tétrica banda
sonora incrementa los ambientes malsanos, remitiendo a El resplandor (1980) de Stanley Kubrick, de quien el
cineasta es admirador. Por otra parte, consigue
un pulso narrativo firme y extraer de los actores las emociones precisas para conducirlos por los terrenos de
un drama sicológico demencial que supera los tópicos del cine de terror.
Con ecos del autoritarismo y la intolerancia religiosa de El
listón blanco (2009) de Michael Haneke, La bruja consigue un
discurso crítico y reflexivo al miedo del ser humano a lo diferente, a lo nuevo
y a lo desconocido, al despotismo familiar, a la manifestación de las pasiones
carnales como símbolo de pecado y a los mitos y supersticiones como generadores
de tragedias.
Se trata sin duda del debut inteligente de un director muy
prometedor.
Dirección y guión: Robert Eggers.
Reparto:
Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Lucas Dawson,
Ellie Grainger, Julian Richings, Bathsheba Garnett, Sarah Stephens, Jeff Smith.
País: Estados Unidos –Canadá-Reino Unido.
Año: 2015.
Género: Drama sicológico.
Duración: 92 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: Mayo 20 de 2016.
LA BRUJA (THE WITCH) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS Y EN CINETECA
NACIONAL.
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