En un remake y retake de la historia del simio gigantesco que definió la medida de
“tamaños”, esta historia se pierde entre la selva, la época de la guerra
vietnamita y una remasterización de parque jurásico, para presentar un mosaico
con tal cantidad de fragmentos que hacen un problema kingkongesco juntar los
pedazos para tener una unidad. No
obstante todo esto, según fuentes como Variety
se espera una apertura de más de 47 millones en taquilla en su primer fin de
semana.
Todo comienza con dos soldados de bandos opuestos
en la segunda Guerra Mundial. (Norteamericano y Japonés) Al caer en una
isla ignota, lo primero que hacen
obviamente es pelear a muerte; cuando en medio de su gresca son sorprendidos
por el Rey Kong en persona.
El tiempo pasó y el mundo cambió de Guerra, ahora
son los principios de los setentas y Vietnam es la Guerra en turno, aunque va
apagándose.
Entonces una organización gubernamental de
oscuros orígenes y cuyo principal investigador es Bill Randa (Goodman) quien tiene intereses
encubiertos y específicos para conseguir apoyo gubernamental a toda costa para
financiar un viaje a la Isla de la Calavera, que es una lejanísima locación en el pacífico sur, siempre rodeada de amenazantes tormentas y
misterios similares al “Triángulo de las Bermudas” donde, de laguna manera, este
señor Randa cree que cohabitan “la
leyenda y la ciencia”.
Como no puede ir solo, recluta a un Teniente
Coronel del ejército Norteamericano: Preston Packard (L Jackson) y a un “guía experto en situaciones de
búsqueda” el ex soldado: James Conrad
(Hiddleston ) y a la expedición también se une una joven fotoperiodista
antibélica: Mason Weaver (Larson).
Puestos en marcha y sobrepasando todas las
adversidades, al llegar a la Isla el equipo va a descubrir el misterioso y
gigantesco intereses de Randa por ir de viaje a ese lejanísimo “spot”…
Jordan Vogt-Roberts (quien básicamente ha
dirigido programas de TV) toma el timón en esta efectista pero fragmentada
cinta de “monstruos hiper crecidos” que amenaza con revivir a Kong por algunas
cintas más desempolvándolo entre las franquicias monstruosas que Warner posee.
La cuestión de por qué la película es “mero
entretenimiento” sin mucho fondo es simple y llana: el guión es disperso, tarda
en situarnos en la verdadera historia y no compromete a los personajes entre sí
(entre otras causas porque el equipo central de protagonistas se dispersa) y
tampoco los humanos logran involucrarse convincentemente con el dueño y señor
de la isla: Don Kong.
En un relato que parece prometer varias secuelas,
perdemos una de las principales líneas en este tipo de historias en los que se
enfrenta la civilización (generalmente occidental) con la selva: la potencia de
la confrontación de los “citadinos” con la vida salvaje e incivilizada/silvestre/primitiva
dominada y defendida por el gran simio.
El argumento sigue al “casi desmembrado” equipo,
sin lograr que el tradicional “triángulo amoroso” entre la chica, el simio y
“quien sea el hombre involucrado”, funcione, es más, ni siquiera existe.
El motivo que llevará a los “occidentales” a la isla de Kong se
desdibuja entre los telones de la Guerra Vietnamita y las tomas de helicópteros
en formación sobrevolando selvas y lugares exóticos, cargados de soldados
armados hasta los dientes y que, sabemos de antemano, serán carne de cañón. Porque
“son demasiados” y porque no nos presentan a ninguno, por lo tanto son
ampliamente sacrificables… sin que nos inmutemos y los inscribamos de inmediato
en el libro de las “víctimas colaterales en películas de acción”
La cuestión es que Packard y sus hombres en teoría están por regresar a
sus hogares tras de las actividades bélicas y… ¿qué es lo primero que hacen?,
ser enviados a respaldar una expedición exótica y poco fundamentada…
Digamos que “tuvieron que obedecer”, era “la última misión y aún querían
algo de acción” o que simplemente se necesitaba un equipo amplio para poder
tripular suficientes helicópteros como para que Kong demostrara sus habilidades guerreras
propinándoles zapes.
Pasados los inevitables encuentros con criaturas del mundo jurásico y de
las infaltables peleas entre Kong y sus poco corteses cohabitantes pre
diluvianos (momentos que sirven de “apoyo logístico a la trama de acción”) una parte del equipo se topa con…Marlow! (C.
Reilly) quien no es otro que el soldado de la segunda guerra quien “ha andado
por el vecindario” desde el día en que cayó de su avión al principio de la
película. (El mundo es un pañuelo!)
Pero Marlow, ahora ha hecho “migas” con los silenciosos aborígenes y
conoce alguno que otro secreto de la isla. (Que guarda tan celosamente que
jamás nos enteramos de cuales son para
eventualmente comprender por qué Randa estaba tan interesado en llegar
ahí.)
Lo que si queda claro es que, en el intento por abrir la historia y
permear la aventura a diversos campos, otros que la ciencia ficción con
inquietudes ecológicas, la trama bélica debe
de haberles sonado “interesante” a Dan Gilroy, Max
Borenstein, y Derek Connolly, quienes trabajan sobre una historia de John
Gatinssobre y al mismo director, todo porque en pantalla el tema es lucidor y
más cuando hay Napalm y helicópteros involucrados, junto con tomas de
crepúsculos en medio de la selva… sí, completamente Vietnam vintage; muy “Apocalipsis ahora” (1979) “Cara de Guerra” (1987) “Pelotón” (1986) o
“Fuimos héroes” (2002) sin que nos
importe ni el conflicto armado, ni la vida de los soldados, incrustada en
cualquiera de la saga de “Parque Jurásico” y “El mundo perdido” Sin que tampoco
nos importe realmente la disrupción de los “humanos” y el impacto ambiental de
sus acciones depredadoras sobre la vida nativa… explicadas en diálogos que son
una mezcla entre malo/irrelevante y básico.
Y la pregunta sigue latente, exactamente ¿qué beneficio de
explotación patente (oro, diamantes,
petróleo, energía nuclear… puertas dimensionales (¿?) tendría el gobierno
norteamericano y su compañía misteriosa para ir a meterse a esa isla?.
Ahora bien, la trama King Kong/chica es un eje vital en la historia,
pero acá la narrativa no permite ese “lazo”; no hay los coqueteos de Kong sobre
la mujer, ni el lazo entre ella y el simio, primero de temor y luego de
protección y mucho menos hay un atisbo de que los personajes de James y Mason
pudieran tener “una historia” así que básicamente los ingredientes para remitir
a la trama de la bella y la bestia, ni se dibujan siquiera.
Después de algunas tropelías entre Kong, los humanos y las otras
simpáticas criaturitas de la isla, de que L Jackson desafía a Kong por masacrar
a sus hombres y su obtusa y a todas luces inútil tarea de tomar una fogosa venganza, se saca el
giro para precipitarnos al final gracias
a una muy flacamente fundamentada
explicación acerca de la protección a “Don Kong”. Para así llegar a un anticlimático final donde se nos
deja la perspectiva de que… “esto aún no
termina”.
Reparto: Tom Hiddleston, Samuel
L. Jackson, John Goodman, Brie Larson, John
Ortiz John C Reilly.
País: Estados Unidos
Año: 2017
Género: Ciencia Ficción, Aventuras, Acción
Duración: 1 hr. 58 min
Clasificación: Mayores de 13
Violencia fantástica
Fecha de estreno en México: 10 de Marzo 2017.
KONG: LA ISLA DE LA CALAVERA (KONG AND THE SKULL ISLAND) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR:
www.cinepolis.com.mx
KONG: LA ISLA DE LA CALAVERA (KONG AND THE SKULL ISLAND) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
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