viernes, 10 de marzo de 2017

KONG: LA ISLA DE LA CALAVERA (KONG AND THE SKULL ISLAND)



Por Fabián Quezada León



En un remake y retake de la historia del simio gigantesco que definió la medida de “tamaños”, esta historia se pierde entre la selva, la época de la guerra vietnamita y una remasterización de parque jurásico, para presentar un mosaico con tal cantidad de fragmentos que hacen un problema kingkongesco juntar los pedazos para tener  una unidad. No obstante todo esto, según fuentes como Variety se espera una apertura de más de 47 millones en taquilla en su primer fin de semana.



Todo comienza con dos soldados de bandos opuestos en la segunda Guerra Mundial. (Norteamericano y Japonés) Al caer en una isla  ignota, lo primero que hacen obviamente es pelear a muerte; cuando en medio de su gresca son sorprendidos por el Rey Kong en persona. 



El tiempo pasó y el mundo cambió de Guerra, ahora son los principios de los setentas y Vietnam es la Guerra en turno, aunque va apagándose.

Entonces una organización gubernamental de oscuros orígenes y cuyo principal investigador es  Bill Randa (Goodman) quien tiene intereses encubiertos y específicos para conseguir apoyo gubernamental a toda costa para financiar un viaje a la Isla de la Calavera, que es  una lejanísima locación en el pacífico sur,  siempre rodeada de amenazantes tormentas y misterios similares al “Triángulo de las Bermudas” donde, de laguna manera, este señor Randa cree que cohabitan “la leyenda y la ciencia”.



Como no puede ir solo, recluta a un Teniente Coronel del ejército Norteamericano: Preston Packard (L Jackson)  y a un “guía experto en situaciones de búsqueda”  el ex soldado: James Conrad (Hiddleston ) y a la expedición también se une una joven fotoperiodista antibélica: Mason Weaver (Larson).



Puestos en marcha y sobrepasando todas las adversidades, al llegar a la Isla el equipo va a descubrir el misterioso y gigantesco intereses de Randa por ir de viaje a ese lejanísimo “spot”…



Jordan Vogt-Roberts (quien básicamente ha dirigido programas de TV) toma el timón en esta efectista pero fragmentada cinta de “monstruos hiper crecidos” que amenaza con revivir a Kong por algunas cintas más desempolvándolo entre las franquicias monstruosas que Warner posee.



La cuestión de por qué la película es “mero entretenimiento” sin mucho fondo es simple y llana: el guión es disperso, tarda en situarnos en la verdadera historia y no compromete a los personajes entre sí (entre otras causas porque el equipo central de protagonistas se dispersa) y tampoco los humanos logran involucrarse convincentemente con el dueño y señor de la isla: Don Kong.



En un relato que parece prometer varias secuelas, perdemos una de las principales líneas en este tipo de historias en los que se enfrenta la civilización (generalmente occidental) con la selva: la potencia de la confrontación de los “citadinos” con la vida salvaje e incivilizada/silvestre/primitiva dominada y defendida por el gran simio.



El argumento sigue al “casi desmembrado” equipo, sin lograr que el tradicional “triángulo amoroso” entre la chica, el simio y “quien sea el hombre involucrado”, funcione, es más, ni siquiera existe.



El motivo que llevará a los “occidentales” a la isla de Kong se desdibuja entre los telones de la Guerra Vietnamita y las tomas de helicópteros en formación sobrevolando selvas y lugares exóticos, cargados de soldados armados hasta los dientes y que, sabemos de antemano, serán carne de cañón. Porque “son demasiados” y porque no nos presentan a ninguno, por lo tanto son ampliamente sacrificables… sin que nos inmutemos y los inscribamos de inmediato en el libro de las “víctimas colaterales en películas de acción”



La cuestión es que Packard y sus hombres en teoría están por regresar a sus hogares tras de las actividades bélicas y… ¿qué es lo primero que hacen?, ser enviados a respaldar una expedición exótica y poco fundamentada…

Digamos que “tuvieron que obedecer”, era “la última misión y aún querían algo de acción” o que simplemente se necesitaba un equipo amplio para poder tripular suficientes helicópteros como para  que Kong demostrara sus habilidades guerreras propinándoles zapes.



Pasados los inevitables encuentros con criaturas del mundo jurásico y de las infaltables peleas entre Kong y sus poco corteses cohabitantes pre diluvianos (momentos que sirven de “apoyo logístico a la trama de acción”)  una parte del equipo se topa con…Marlow! (C. Reilly) quien no es otro que el soldado de la segunda guerra quien “ha andado por el vecindario” desde el día en que cayó de su avión al principio de la película. (El mundo es un pañuelo!)  



Pero Marlow, ahora ha hecho “migas” con los silenciosos aborígenes y conoce alguno que otro secreto de la isla. (Que guarda tan celosamente que jamás nos enteramos de cuales son para  eventualmente comprender por qué Randa estaba tan interesado en llegar ahí.)



Lo que si queda claro es que, en el intento por abrir la historia y permear la aventura a diversos campos, otros que la ciencia ficción con inquietudes ecológicas,  la trama bélica debe de haberles sonado “interesante” a  Dan Gilroy, Max Borenstein, y Derek Connolly, quienes trabajan sobre una historia de John Gatinssobre y al mismo director, todo porque en pantalla el tema es lucidor y más cuando hay Napalm y helicópteros involucrados, junto con tomas de crepúsculos en medio de la selva… sí, completamente Vietnam vintage; muy “Apocalipsis ahora” (1979)  “Cara de Guerra” (1987) “Pelotón” (1986) o “Fuimos héroes” (2002)  sin que nos importe ni el conflicto armado, ni la vida de los soldados, incrustada en cualquiera de la saga de “Parque Jurásico” y “El mundo perdido” Sin que tampoco nos importe realmente la disrupción de los “humanos” y el impacto ambiental de sus acciones depredadoras sobre la vida nativa… explicadas en diálogos que son una mezcla entre malo/irrelevante y básico.



Y la pregunta sigue latente, exactamente ¿qué beneficio de explotación  patente (oro, diamantes, petróleo, energía nuclear… puertas dimensionales (¿?) tendría el gobierno norteamericano y su compañía misteriosa para ir a meterse a esa isla?.



Ahora bien, la trama King Kong/chica es un eje vital en la historia, pero acá la narrativa no permite ese “lazo”; no hay los coqueteos de Kong sobre la mujer, ni el lazo entre ella y el simio, primero de temor y luego de protección y mucho menos hay un atisbo de que los personajes de James y Mason pudieran tener “una historia” así que básicamente los ingredientes para remitir a la trama de la bella y la bestia, ni se dibujan siquiera.



Después de algunas tropelías entre Kong, los humanos y las otras simpáticas criaturitas de la isla, de que L Jackson desafía a Kong por masacrar a sus hombres y su obtusa y a todas luces inútil  tarea de tomar una fogosa venganza, se saca el giro para precipitarnos al final  gracias  a una muy flacamente fundamentada explicación acerca de la protección a “Don Kong”. Para así  llegar a un anticlimático final donde se nos deja la perspectiva de que… “esto aún no termina”.



Director: Jordan Vogt-Roberts

Reparto: Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, John Goodman, Brie Larson, John Ortiz John C Reilly.

País: Estados Unidos

Año: 2017

Género: Ciencia Ficción, Aventuras, Acción

Duración: 1 hr. 58 min

Clasificación: Mayores de 13  Violencia fantástica

Fecha de estreno en México: 10 de Marzo 2017.

KONG: LA ISLA DE LA CALAVERA (KONG AND THE SKULL ISLAND) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.

PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR:
www.cinepolis.com.mx

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