La historia de Bella
(Watson) una chica inteligente, educada e
independiente quien viviendo en un pueblecito francés del siglo XVIII, es mal vista por sus vecinos por saber leer y
escribir. Bella es pretendida por el egocéntrico Gastón (Evans) quien desde
luego es un villano detestable.
Bella es hija de Maurice
(Kline) un comerciante y en una de las
salidas de viaje de su padre, este tiene un desafortunado encuentro con La
Bestia (Stevens) un iracundo príncipe “maldito”, dueño de un palacio
extraordinario que le exige una
compensación por una transgresión.
Bella, para salvar a su
padre, se entrega como pago a la falta. De inmediato se percata de que ese
castillo no es un lugar común cuando Lumiere (Mc Gregor) el candelabro,
Cosworth (Mc Kellen) el reloj y los simpáticos Ms. Potts (Thompson) y Chip
(Mack) La tetera y la tacita le relatan la historia del lugar y su terrible
maldición.
Al comenzar a vivir con la Bestia en su castillo, Bella descubre
que no siempre lo que vemos en el exterior es la verdad, pues dentro del
corazón de las personas es donde está la verdadera belleza.
Bill Condon (Dreamgirls, Twilight) se encarga de
dirigir esta readaptación de la historia clásica y que ya había sido llevada a
la pantalla en dibujos animados por Disney en 1991. Obviamente aquí cabría
poner un punto en el hecho de que para Condon estos romances donde una parte no
es humana ya no son un campo desconocido por su experiencia en la saga de
Twilight.
Cuando se hace la readaptación de un clásico, siempre se está
pisando en un terreno que puede ser resbaloso, sobre todo cuando la
primera versión fue un suceso y se ha
colocado como un amado recuerdo en la mente de una generación.
Independientemente de ello, en la película animada la conjunción de historia
infantil y obra musical se realizó de una manera espectacular.
Entonces, el
reto de Condon fue no solo realizar una obra nueva, sino aumentar el cariño que
el público siente por la historia original y lo logra realizando una versión
que no solo respeta la magia primigenia, sino que aporta la magnificencia de
una espléndida obra musical realizada
con un amplio presupuesto.
Esta nueva versión no solamente
se adapta maravillosamente al mundo de hoy en día, revivifica la trama
encarnándola con una protagonista que empodera a la mujer independiente y orgullosa
de su identidad Bella era ya de por sí en la trama de 91 una “chica rara a la
que le gusta leer” pero Watson le da una profundidad extraordinaria si
conocemos de su propia intelectualidad y capacidades.
Así mismo es la primera
vez que observamos un romance interracial, en una obra de Disney de acción en vivo (En animación ya había
puesto la primera piedra Pocachontas) y un comentadísimo personaje gay cuya actuación resulta mucho más
inocente que el travestismo proverbial de cualquiera de los personajes de
Looney Tunes (Bugs, Porky, Lucas, Elmer etc) (A ver, cuántas veces no, Bugs se
disfrazó de “niña” y acabo besando a Elmer?) El pobre Le Fou (Gad) canta (como
en la original en la que nadie se escandalizó, cabe mencionar) una canción de honor
a su “ídolo” Gastón, filrtea
levemente ….y China y Rusia vetan la película.
Pero mucho más allá de ese
detalle, que al final dio más publicidad a la cinta, La Bella y la Bestia es
una fastuosa obra de romance y música con canciones tan populares como el tema
central y la no menos célebre “Be our
Guest” adornados con la profusión de efectos que hoy por hoy la tecnología
puede brindar.
Ante
una creíble y centrada Bella que comienza seria y propia, en su personaje de
“ente raro” vemos como va modificándose en tanto va creciendo la historia, para
abrir sus horizontes y demostrar espíritu y sacar la casta.
En
el corazón de la historia está el hecho simple pero muy importante de que antes
de que Bella sepa que aspecto tendrá el príncipe encantado, es seducida por
algo mucho más fuerte que la simple gallardía que portan otros príncipes
Disney; (no solamente canta bien y es masculino), Bella se enamora del corazón
y de la mente de su captor, le ayuda como enfermera, dama de compañía y hasta
lo terapea (no, no es síndrome de Estocolmo…) Si eso no es el pensamiento del
siglo XXI de manera rampante, con inclusión y aceptación del otro, pocas cosas habrá que sirvan para explicar
esto.
En
cuanto a la producción musical, qué se puede decir si (al contrario de algunas
musicales recientes) se buscaron voces adecuadas, Watson sorprende con su canto
y se apuntala en otras figuras como Mc Gregor, Stevens y Evans que son perfectos
para los musicales tipo Broadway.
Evans
es el perfecto Gastón, un gallardo ente con músculos hasta en el cerebro y tres
neuronas que, solo le sirven para auto admirarse que desde luego no entiende
como Bella puede “dejar ir a un partido tan magnífico” como él y que, posee la,
hoy en día pésimamente señalada, característica de ser un cazador, algo que
para las generaciones presentes es en términos generales tan anacrónico como
deleznable.
La
Bestia encarnada por Stevens, por el otro lado, provee matices de
arrepentimiento, rabia, y “lado salvaje” inundado de humanidad, capaz de sentir
desde miedo y vergüenza, hasta misericordia
y ¿por qué no?, amor y aún bajo capas y capas de pelo, garras y dientes
agudos hay un alma y una mente
muchísimos más amplias que las del pobre Gastón.
La
virtud de Condon, su equipo de
escritores (Stephen
Chbosky y
Evan Spiliotopoulos) y de producción es haber demostrado un profundo respeto por la
cinta animada que ya se ha ganado su propio lugar y en lugar de pasar sobre
ella se apoyan en ella, las escenas que vemos son la versión viviente de los
trazos de la animación y la música revisada y re interpretada añada dos
canciones más a una obra tan perfectamente adecuada para ser un gran
espectáculo musical que el sentimiento de estar dentro de una enorme producción
en la que todos cantan y bailan enormes y complejos números llenos de magia y
nostalgia es un motivo más de regocijo.
Reparto: Emma Watson, Dan
Stevens, Luke
Evans, Josh
Gad, Ewan
McGregor, Kevin Kline, Stanley
Tucci, Audra McDonald, Ian McKellen, Gugu Mbatha-Raw, Nathan Mack
País: Estado Unidos
Año: 2017
Género: Fantasía, musical,
familiar, romance
Duración: 2 hr. 9 min
Clasificación: Niños
mayores de 6 años
Fecha de Estreno en
México: 17 de Marzo 2107
Exhibiendose en Cinepolis
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