¿Qué puede haber más emotivo desde Lassie que ver la historia de un niño y su perro??? Al parecer nada. Y consciente de ese renglón y usando su ya proverbial sentido de la estética Noir Tim Burton regresa para provocar una especie de nostálgica “noche antes de muertos” con esta amable, en todos los sentidos, historia de un niño y su singular perro.
La trama
nos emparenta todas las historias de amor perruno que podamos recordar con el
relato de alguien que puede dar vida en una “reconstruida segunda vuelta” a un
ser, en este caso Sparky la mascota de Víctor Frankenstein (Tahan) que al perderlo de manera inesperada no se resigna al hecho y decide “revivir”
a su canino amigo.
Claro está que para ello cuenta con la inspiración de un maestro Mr. Rzykruski (Landau). Y un poco de ayuda de “los
cielos”
Es
evidente que tras la notable partida de Sparky de este mundo, la mayoría del
círculo cercano de Victor estén muy conscientes de que el perrito murió, por
ello tras de su resurrección hay que mantenerlo oculto… claro, esto sería en un
mundo ideal, pero, Sparky sale a la luz y…. junto con él, el terror invade el
vecindario…
Una deliciosa historia de terror llena de ecos, homenajes y
reminiscencias del ya icónico estilo Burtoniano. Un sueño que tuvo que dormir,
como si de un ser de la literatura de terror se tratara, casi treinta años para
poder transformarse en esta verdadera joya de la producción del equipo de
Burton
Dándonos una pasada más a esa imaginería de tintes oscuros que ronda en
su cabeza y que nos ha entregado en varias de sus obras, Burton pone un enorme
corazón en esta y lo remite a la experiencia primaria del desencanto infantil
al perder la primera mascota y los consecuentes pensamientos que todos los
niños tienen al pasar por ese trance, desear que su compañero de juegos viva
por siempre.
Y en este sentimiento hace inflexión para desarrollar una cálida y
entrañable experiencia aunque esté relacionada con una creatura que desde su
surgimiento ha sido un ser terrorífico. De esta manera el espíritu Burtoniano
rescata al monstruo para hacerlo un objeto de cariño, de alguna manera como
para confirmar que sin importar la
apariencia el amor es ciego… y para muestra ahí siguen estando Jack y Sally o La novia cadáver
En la manufactura, independientemente del tema (escalofriante o no, eso
es lo de menos) Burton apuesta por la reminiscencia a ultranza y por sacar de
debajo de la tierra (casi literalmente) el glam clásico de las viejas
películas de terror al enmarcar su obra en un nostálgico blanco y negro y donde
la elaborada producción captura el stop motion con una finura exquisita dándole
a cada personaje el marco de estrella hollywoodense, sin duda varias de los más
icónicos actores de la época dorada de Hollywood hubieran dado la melena y las
pestañas, y hasta el collar del antirrábico por poder interpretar la historia que
con una maestría verdadera nos entrega Burton en esta ocasión.
Además merece la pena mencionar el sensacional soundtrack que Elfman
realiza y que se amalgama a la trama en una conjunción de la que brota más que
magia
Y con cada minuto de la cinta y con las peripecias que van surgiendo,
se va fraguando un claro mensaje; dado desde ultratumba si se quiere decir,
pero no menos efectivo: la celebración de que lo mejor de la muerte es la vida
o más bien dicho lo que se logró impactar en los demás; el amor que se sembró y
que al final de cuentas debería liderar no solo la vida con los seres cercanos
(humanos y animales) sino aún más allá: la experiencia y experimentación
científica.
Reparto: (Voces originales en inglés) Charlie Tahan, Winona Ryder, Martin Landau, Catherine O'Hara, Atticus
Shaffer.
País: Estados Unidos
Año: 2012
Género: Animación, Comedia, Ciencia Ficción
Duración: 1 hr. 27 min.
Clasificación:
Niños mayores de 7 años
Fecha
de estreno en México: 12 de Octubre
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