jueves, 4 de octubre de 2012

CHIMPANCÉS: LAS LECCIONES DE VIDA QUE NOS DAN LOS ANIMALES.


Por Julia Elena Melche.
Los expertos afirman que la mitad de los chimpancés recién nacidos sin su madre, mueren en los  primeros cinco años de vida. Excepcionalmente, una hembra chimpancé sin hijos puede adoptar a un bebé huérfano, o la hermana de un huérfano puede ocuparse del pequeño. Sin embargo hasta ahora  nunca se había visto que un macho acogiera a un bebé con el cual no tiene ningún parentesco. Un evento considerado insólito.
En su cuarta producción, Disneynature lleva a  los espectadores a lo más profundo de los bosques de África, a las grandes selvas tropicales de Uganda y de Taï, en Costa de Marfil, para narrar la entrañable y conmovedora historia del pequeño chimpancé Oscar de apenas 3 meses de edad, quien luego de quedar huérfano y ser rechazado por otras madres, termina siendo adoptado por Freddy, el gran macho alfa del grupo, un chimpancé adulto, poderoso, solitario y arisco al que todos obedecen.
Los intrépidos realizadores Alastair Fothergill y Mark Linfield, directores también de los no menos deslumbrantes documentales La tierra y Felinos en África, se embarcaron durante casi 4 años en una fascinante aventura, llena de riesgos y peligros para filmar la vida cotidiana en estado salvaje de los chimpancés. Al final del filme, durante los créditos, hay un desfile de escenas donde los cineastas dan testimonio de sus experiencias, casi épicas, durante la filmación.

Desde el inicio la cinta atrapa al espectador cuando aparece el pequeño Oscar  en el regazo protector de su cariñosa madre Isha, mismo quien robará el corazón de todo el público con sus travesuras, su torpeza, su incansable curiosidad y sus juegos con otros compañeros, pero sobre todo porque su vida gira en torno a su madre, ya que depende de ella al cine por ciento. De ella recibe amor, protección y comida. Montado sobre su lomo, Oscar explora el mundo que lo rodea, sabiéndose seguro y protegido.
Los directores y su equipo consiguen un trabajo formidable y de impecable factura, registrando la naturaleza en todo su esplendor. La vida vegetal aparece de manera agigantada en el estilo del inmejorable documental francés  Microcosmos, para observar en detalle grupos de hormigas, una araña fabricando su tela en forma de red, o flores y hongos creciendo a la velocidad de la luz.  Capturan las rutinas diarias de estos magníficos primates, desde sus relaciones con otros miembros del grupo, sus largas caminatas en busca de alimento en un medio húmedo y hostil y sus diferentes reacciones, ya sea de alerta ante algún peligro, de cansancio luego de un día complicado, o de letargo y relajación al caer la noche. La cámara se posa sobre sus expresivos rostros que reflejan su inteligencia prodigiosa; hay que recordar que en la escala evolutiva los chimpancés son los parientes vivos más cercanos al ser humano y que  el ADN humano y el del chimpancé son casi iguales, del 98 %.
Abundan simpáticas escenas cuando Oscar trata de partir nueces pero el tronco es demasiado endeble y no lo logra. No obstante, observa y aprende que las piedras son mejores herramientas, pero si se descuida como buen novato que es, puede haber otro aprovechado que le hurte su utensilio.
El filme inicia con un tono amable para volverse entrañable a partir de la muerte de Isha, luego de ser atacada por un grupo de chimpancés rivales. Si bien, se muestra el terrible nerviosismo, la angustia de la manada y los inquietantes sonidos que emiten cuando perciben a los chimpancés enemigos, se evitan  escenas de sangre y violencia. La enorme solidaridad entre ellos ante el peligro es indescriptible.
A partir de este momento la vida de Oscar cambiará al encontrarse sin su madre, a la que busca  sin entender lo sucedido. Huérfano, sus posibilidades de sobrevivir son mínimas. Sin embargo, se registrará una situación nada frecuente cuando el poderoso jefe del grupo acepta adoptarlo, convirtiéndose en una madre sustituta que lo alimenta y hasta permite que se suba a su lomo.
Se trata sin duda de un relato enternecedor que muestra la importancia de los lazos familiares y sociales para estas imponentes, aunque vulnerables creaturas, atacadas por cazadores sanguinarios y sin escrúpulos, al grado de que  actualmente solo queda una quinta parte del millón que existía de estos primates en 1960. Otra lección de vida que nos dan los animales. Tenemos mucho que aprender de ellos.
Dirección: Alastair Fothergill y Mark Linfield.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Género: Documental.
Duración: 78 minutos.
Clasificación: Todo público.
Fecha de estreno en México: 5 de octubre de 3012.



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