viernes, 18 de abril de 2014

CINETECA NACIONAL ESTRENA: PRELUDIOS, LAS OTRAS PARTITURAS DE DIOS



Se estrena este viernes 18 de abril, en la Sala 8, Hermanos Rodríguez, a las 16:00 y 18:00 horas El documental de Rafael Rangel aborda la locura y la vida de aquellos que habitan las calles, bajo los puentes y los resquicios de la Ciudad de México



La línea que divide la cordura de la locura es más delgada de lo que creemos y ésta se puede romper sin darnos cuenta. Basta convivir con aquellos a quienes consideramos locos para darnos cuenta cuan parecidos son a nosotros “los normales”, y es justamente la idea que quiero plasmar en Preludios, las otras partituras de Dios (2012), asegura el realizador Rafael Rangel, al referirse a su más reciente trabajo, el cual se estrena el próximo viernes 18 de abril en la Cineteca Nacional.



Inspirado por un ambiente que conoció muy de cerca y que él mismo vivió en carne propia, Rangel aborda la esquizofrenia y la locura que padecen los personajes que han hecho de las calles, los bajo puentes y los resquicios urbanos más desolados, sus casas. Los indigentes, aquellos en los que muchos ya no nos fijamos, pero que forman parte de la urbanidad de las ciudades más grandes del mundo.



A lo largo de un año el realizador de El principio de la espiral (2010) regresó a ese mundo al que perteneció algún tiempo cuando a los 19 años de edad llegó a la Ciudad de México, procedente de Michoacán, su lugar de origen. Y se adentró de nuevo al mundo de los que viven y habitan en la calle, en donde conoció la crudeza de las historias que hoy plasma en este su segundo largometraje.



Con la complicidad de León Nik, quien usó una cámara no profesional, sin permisos previos, sin apoyos y casi clandestinamente, para estar en igualdad de circunstancias; el realizador pasó las noches buscando retratar personajes llenos de enigmas y sabiduría que le permitieran adentrarse a sus vidas, y otros tantos que no le dieron ese permiso, pero que igual le proporcionaron lecciones de vida.



Rangel es reconocido por su propuesta visual diferente y este trabajo no es la excepción. Decidió que no se podía colorear, matizar y embellecer una realidad que de por sí es cruda, triste, sombría, así que optó por una imagen tan gris, sucia y sombría como la realidad de sus personajes.



“Fueron noches difíciles, pues concretar una cita con una persona que no tiene horarios ni planes precisos, nos llevaba a terminar trabajando con un plan B, pues muchas veces los personajes no llegaron a la cita o los ataques de esquizofrenia eran tan fuertes que era imposible filmarlos”, explica Rangel.



El proyecto que inició con la intención de retratar a músicos indigentes se fue transformando hasta llegar a simplemente la indigencia, pues fue el factor común en los personajes en un inicio, pero después se descubrieron filósofos, psicólogos y poetas, y otros. Todos ellos dejaron por distintas causas –diferentes, aunque principalmente la esquizofrenia– de vivir en el mundo de la formalidad. Se olvidaron de los horarios, los calendarios y las reglas.



Después de esta experiencia nada puede volver a ser como antes, pues las largas conversaciones con muchos de ellos han transformado la percepción de todos los que nos involucramos en este proyecto: Rodrigo Lira en el sonido directo; Ernesto Flores, edición y diseño sonoro, y Susana Ramírez en la fotografía fija.



Algunas veces el trabajo de filmación fue como estar dentro de un relato de Borges, por ejemplo las largas charlas con Elías –como prefiere ser llamado– quien como todo buen anfitrión, nos dio un recorrido vertiginoso y cegador, asegura Rangel, al referirse al personaje más recurrente en el metraje y lo cita:



“Mi vida es privilegiada, Camus se inspiró en mí para escribir El extranjero. Gandhi me enseñó ‘la pausa magnética: la divina proporción”, y precisa el cineasta que éste gran conversador, “genial y seductor, habitante de su propio universo luminoso, generosamente nos invitados a su mundo y al regresar de él ninguno de nosotros volvió a ser igual”.



Pero también explica que hubo días de rodaje devastadores, sin llegar a ningún lado pues los protagonistas no llegaban a la cita o se encontraban atrapados en su propio purgatorio insoportable, como si hubiésemos filmado al interior de una pintura de Bosch. Lo que nos enseñó que para asomarse a la locura hay que tener el boleto de regreso.



El realizador asegura que no se trata de un trabajo que busqué los por qué ni los cómo. No da un punto de vista y mucho menos trata de que el espectador dirija su opinión con algún sentido preciso. Simplemente trata de ubicarnos en el mundo de los “locos” vistos no desde la angustia y condescendencia, sino desde el gozo de su locura, que bien podría ser la nuestra.



Preludios, las otras partituras de Dios se estrena este próximo viernes 18 de abril, en la Sala 8, Hermanos Rodríguez, de la Cineteca Nacional a las 16:00 y 18:00 horas.



 ***Las funciones del sábado 19, domingo 20, martes 22, miércoles 23 y jueves 24 contarán con la presencia del director Rafael Rangel. 



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