Riley (voz en ingles de Dias), es una niña de once años cuya familia (Diane
Lane y Kyle MacLachlan) acaba de mudarse de Minnesota; donde llevaba una vida
tranquila, competía en hockey y tenía a sus amigas de toda la vida, a San
Francisco. Ahí le espera una nueva vida, nueva escuela y toda una serie de
intensas emociones que tomarán el mando de su inquieta cabeza. Y es ahí dentro
de la mente de Riley donde sucede la verdadera historia de la película; cuando
sus sentimientos encabezados por Alegría, deben atravesar toda una serie de
situaciones inesperadas cuando Tristeza entra al juego y Temor, Desagrado y Furia
quedan al mando.
Llega la nueva “gran clásica instantánea”
que repunta a Pixar en la estratósfera: una cinta aparentemente dirigida a un
público infantil, pero hecha de tal manera que no descuida al niño interno que
todo adulto lleva.
Una verdadera “conjunción hecha en el
cielo” y que da como resultado una cinta extraordinariamente involucrada con
los recuerdos, la psique y los sentimientos que viven, más que en la cabeza, en
el corazón de los seres vivos.
Pete Docter ya había dirigido para
Pixar (Up, Monsters Inc.) co escribe y dirige colocándonos en una historia del
eterno regreso a los recuerdos más añorados; aquellos que pertenecen a nuestros
años de niños y cómo los sentimientos fueron coloreando cada vivencia.
De la mano de Riley habrá muy pocos
que no vean reflejado algún momento de su vida infantil, una escuela nueva, los
primeros amigos que no se volvieron a ver, las primeras aficiones, las sesiones
de aprender a comer, a caminar, a vivir; las primeras visiones de nuestras
familias, madres, padres, hermanos… los primeros temores y hasta nuestro
secreto amigo imaginario…cuando los sentimientos eran mucho más fuertes y
efusivos que la educación, las costumbres o el intelecto.
En este deslumbrantemente sencillo
viaje al interior para conocer a esas “pequeñas vocecillas que hablan en
nuestras cabezas” entramos sin más a todo este torrente de maravillas que abre
la inmersión en la mente humana.
Al cargo del cuartel de esos
sentimientos está la energética y chispeante Alegría (Voz en inglés Poehler) quien
tiene una ardua tarea en imaginar siempre las mejores situaciones, mantener
alto el espíritu y ver el detalle positivo aún en el día más nublado; a su lado
está la adorablemente sensible Tristeza (voz en inglés Smith) el explosivo y
combativo Furia (voz en inglés Black) la inconforme y sofisticada Desagrado (voz
en inglés Kaling) y el precavido y nervioso Temor (voz en inglés Hader) todos
ellos toman el mando para mantener básicamente a Riley lo más segura posible …
y con vida.
Pero, aunque actúan con las mejores
intenciones, no siempre aciertan en sus elecciones. (Seguro a ti también te ha
pasado)
Entonces, con todas estas acciones
disputándose la atención, no es difícil imaginar que la transición no vaya a
ser un camino de rosas para la pobre Riley
La cinta funciona sin problemas varios
niveles de “entenderle” y puede, como las grandes obras, ser leída con más o
menor profundidad, sin que ello le reste lo interesante, ni efectivo sino que
le va a agregando matices; no se exige una sesuda interpretación, básicamente
pide dejar fluir los sentimientos para entonar con los personajes del yo
interno de Riley y esto es instantáneo.
Ahora bien, no solo funciona en ese
nivel de sentimientos libres, sino que, y esta es una de sus cualidades
primordiales, nunca una cinta enfocada al público infantil nos había llevado a
internarnos en las “personalidades” de las emociones, a verles en acción,
tratando de manejar las acciones y respuestas de los personajes “vivos”. Sin esforzarnos, nos lleva a hacer una especie
de auto inducción al, sin duda, preguntarnos cómo serán todos y cada uno de los
sentimientos que albergamos en nuestra persona y qué tan bien los conocemos.
El viaje hacia la memoria a largo
plazo y las “islas” de nuestro inconsciente, nos lleva también a recrear los
universos internos propios y a lo mejor, hasta darles una visitada, recorriendo
sus atracciones, sus avenidas y parques, (o por qué no?) hasta sus sitios no
tan “luminosos”… o hasta “prohibidos” en ese viaje que todos deberíamos de
hacer mucho más seguido hacia nuestro más profundo interior; para poder decir con franqueza hasta qué grado
nos conocemos realmente.
Eso por sí mismo debiera ser una
motivación necesaria para “viajar hacia nuestro interior”, con la misma inquietud
que tenemos de llegar a ser “completamente libres”, pues ya alguien lo dijo
antes: Es realmente libre quien no teme llegar hasta los confines de su propio
pensamiento.
De forma
asombrosamente simple y efectiva ante un desafío tan profundo Docter toma la decisión más
sabia; dejar actuar la base misma de los sentimientos, la sinceridad y los
elementales para fundamentar la conciencia solida de que la alegría y la
tristeza pueden formar una inexplicable tal vez, fusión, que los sentimientos
puros existen pero que los que implican diversas emociones van elevando el
grado de dificultad en la manufactura y la comprensión de los mismos y que queramos
o no existen áreas de nuestra misma personalidad a las que hemos abandonado sin
razón aparente y que podrían ser reactivadas para iluminar una parte de lo que
somos.
Y Pixar
lo sabe, de alguna manera, los más refulgentes hits de Pixar los han
constituido esos megablockbusters donde los sentimientos y el regreso a lo básico
se filtraban hasta el fondo, Toy Story, Nemo, Up, Monsters, apelan a la
sensibilidad básica, la memoria más central y fuerte, sentimientos básicos,
recuerdos primigenios, lazos casi medulares que son universales y ahora Docter
los toma y los pone al descubierto de una manera brillantemente simple, los sentimientos
siempre serán sentimientos, no importa cuán tecnologizado, mecánico, aséptico y
escéptico sea el mundo mientras exista un ser vivo (y no necesariamente humano)
sobre la superficie del universo, tarde o temprano un sentimiento saldrá a
flote.
Un
aspecto que merece un comentario aparte es la ubicación escénica de la acción,
este extraño centro de mando cerebral, este laberinto de la memoria poblado de
redonditos recuerdos acomodados en interminables estantes, estas islas estrambóticas
donde las vivencias similares conforman el paisaje; y una vez más Pixar entra
en donde nadie había puesto un pie antes, así como experimentó en el pelambre
de los monstruos o ubicó una planta que funcionaba a base de la energía del
susto o de la risa, que dio una textura a los pólipos de una anémona y a la
transparencia del agua, o imaginó todo un planeta de basura con humanos que de
no moverse eran prácticamente una especie de obesas figuras bombonaceas… ese es el poder de Pixar que regresa directo
y a la cabeza.
Con todo
esto incluido en el paquete Intensa-mente es una brillante y deliciosa
atracción, un viaje “intenso, mágico, sorpresivo y misterioso” que puede tener
sus “tours personales extras” mucho después de haber salido de la sala
cinematográfica, puede ser un reto, puede ser un emotivo empuje, brillante, en
mucho más sentidos que solamente el color... y cálidamente familiar como esas
voces en tu cabeza que te dicen que vayas a verla, ya!
Reparto: Amy Poehler, Phyllis Smith, Bill Hader, Lewis Black, Mindy Kaling, Kaitlyn Dias Diane
Lane Kyle MacLachlan, Richard Kind.
País: Estados Unidos
Año: 2015
Género: Animación, Familiar,
Duración: 1 hr. 35 min
Clasificación: Toda la familia
Estreno en México: 19 de Junio
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