sábado, 20 de junio de 2015

INTENSA-MENTE (INSIDE OUT)





Por Fabián Quezada León

Riley (voz en ingles de Dias),  es una niña de once años cuya familia (Diane Lane y Kyle MacLachlan) acaba de mudarse de Minnesota; donde llevaba una vida tranquila, competía en hockey y tenía a sus amigas de toda la vida, a San Francisco. Ahí le espera una nueva vida, nueva escuela y toda una serie de intensas emociones que tomarán el mando de su inquieta cabeza. Y es ahí dentro de la mente de Riley donde sucede la verdadera historia de la película; cuando sus sentimientos encabezados por Alegría, deben atravesar toda una serie de situaciones inesperadas cuando Tristeza entra al juego y Temor, Desagrado y Furia quedan al mando.

Llega la nueva “gran clásica instantánea” que repunta a Pixar en la estratósfera: una cinta aparentemente dirigida a un público infantil, pero hecha de tal manera que no descuida al niño interno que todo adulto lleva.
Una verdadera “conjunción hecha en el cielo” y que da como resultado una cinta extraordinariamente involucrada con los recuerdos, la psique y los sentimientos que viven, más que en la cabeza, en el corazón de los seres vivos. 
Pete Docter ya había dirigido para Pixar (Up, Monsters Inc.) co escribe y dirige colocándonos en una historia del eterno regreso a los recuerdos más añorados; aquellos que pertenecen a nuestros años de niños y cómo los sentimientos fueron coloreando cada vivencia.
De la mano de Riley habrá muy pocos que no vean reflejado algún momento de su vida infantil, una escuela nueva, los primeros amigos que no se volvieron a ver, las primeras aficiones, las sesiones de aprender a comer, a caminar, a vivir; las primeras visiones de nuestras familias, madres, padres, hermanos… los primeros temores y hasta nuestro secreto amigo imaginario…cuando los sentimientos eran mucho más fuertes y efusivos que la educación, las costumbres o el intelecto.
En este deslumbrantemente sencillo viaje al interior para conocer a esas “pequeñas vocecillas que hablan en nuestras cabezas” entramos sin más a todo este torrente de maravillas que abre la inmersión en la mente humana.
Al cargo del cuartel de esos sentimientos está la energética y chispeante Alegría (Voz en inglés Poehler) quien tiene una ardua tarea en imaginar siempre las mejores situaciones, mantener alto el espíritu y ver el detalle positivo aún en el día más nublado; a su lado está la adorablemente sensible Tristeza (voz en inglés Smith) el explosivo y combativo Furia (voz en inglés Black) la inconforme y sofisticada Desagrado (voz en inglés Kaling) y el precavido y nervioso Temor (voz en inglés Hader) todos ellos toman el mando para mantener básicamente a Riley lo más segura posible … y con vida.
Pero, aunque actúan con las mejores intenciones, no siempre aciertan en sus elecciones. (Seguro a ti también te ha pasado)
Entonces, con todas estas acciones disputándose la atención, no es difícil imaginar que la transición no vaya a ser un camino de rosas para la pobre Riley
La cinta funciona sin problemas varios niveles de “entenderle” y puede, como las grandes obras, ser leída con más o menor profundidad, sin que ello le reste lo interesante, ni efectivo sino que le va a agregando matices; no se exige una sesuda interpretación, básicamente pide dejar fluir los sentimientos para entonar con los personajes del yo interno de Riley y esto es instantáneo.
Ahora bien, no solo funciona en ese nivel de sentimientos libres, sino que, y esta es una de sus cualidades primordiales, nunca una cinta enfocada al público infantil nos había llevado a internarnos en las “personalidades” de las emociones, a verles en acción, tratando de manejar las acciones y respuestas de los personajes “vivos”.  Sin esforzarnos, nos lleva a hacer una especie de auto inducción al, sin duda, preguntarnos cómo serán todos y cada uno de los sentimientos que albergamos en nuestra persona y qué tan bien los conocemos.

El viaje hacia la memoria a largo plazo y las “islas” de nuestro inconsciente, nos lleva también a recrear los universos internos propios y a lo mejor, hasta darles una visitada, recorriendo sus atracciones, sus avenidas y parques, (o por qué no?) hasta sus sitios no tan “luminosos”… o hasta “prohibidos” en ese viaje que todos deberíamos de hacer mucho más seguido hacia nuestro más profundo interior;  para poder decir con franqueza hasta qué grado nos conocemos realmente.
Eso por sí mismo debiera ser una motivación necesaria para “viajar hacia nuestro interior”, con la misma inquietud que tenemos de llegar a ser “completamente libres”, pues ya alguien lo dijo antes: Es realmente libre quien no teme llegar hasta los confines de su propio pensamiento.      
De forma asombrosamente simple y efectiva ante un desafío  tan profundo Docter toma la decisión más sabia; dejar actuar la base misma de los sentimientos, la sinceridad y los elementales para fundamentar la conciencia solida de que la alegría y la tristeza pueden formar una inexplicable tal vez, fusión, que los sentimientos puros existen pero que los que implican diversas emociones van elevando el grado de dificultad en la manufactura y la comprensión de los mismos y que queramos o no existen áreas de nuestra misma personalidad a las que hemos abandonado sin razón aparente y que podrían ser reactivadas para iluminar una parte de lo que somos.
Y Pixar lo sabe, de alguna manera, los más refulgentes hits de Pixar los han constituido esos megablockbusters donde los sentimientos y el regreso a lo básico se filtraban hasta el fondo, Toy Story, Nemo, Up, Monsters, apelan a la sensibilidad básica, la memoria más central y fuerte, sentimientos básicos, recuerdos primigenios, lazos casi medulares que son universales y ahora Docter los toma y los pone al descubierto de una manera brillantemente simple, los sentimientos siempre serán sentimientos, no importa cuán tecnologizado, mecánico, aséptico y escéptico sea el mundo mientras exista un ser vivo (y no necesariamente humano) sobre la superficie del universo, tarde o temprano un sentimiento saldrá a flote.  
Un aspecto que merece un comentario aparte es la ubicación escénica de la acción, este extraño centro de mando cerebral, este laberinto de la memoria poblado de redonditos recuerdos acomodados en interminables estantes, estas islas estrambóticas donde las vivencias similares conforman el paisaje; y una vez más Pixar entra en donde nadie había puesto un pie antes, así como experimentó en el pelambre de los monstruos o ubicó una planta que funcionaba a base de la energía del susto o de la risa, que dio una textura a los pólipos de una anémona y a la transparencia del agua, o imaginó todo un planeta de basura con humanos que de no moverse eran prácticamente una especie de obesas figuras bombonaceas…  ese es el poder de Pixar que regresa directo y a la cabeza.
Con todo esto incluido en el paquete Intensa-mente es una brillante y deliciosa atracción, un viaje “intenso, mágico, sorpresivo y misterioso” que puede tener sus “tours personales extras” mucho después de haber salido de la sala cinematográfica, puede ser un reto, puede ser un emotivo empuje, brillante, en mucho más sentidos que solamente el color... y cálidamente familiar como esas voces en tu cabeza que te dicen que vayas a verla, ya!

Director:Pete Docter
Reparto: Amy Poehler, Phyllis Smith, Bill Hader, Lewis Black, Mindy Kaling, Kaitlyn Dias Diane Lane Kyle MacLachlan, Richard Kind.
País: Estados Unidos
Año: 2015
Género: Animación, Familiar,
Duración: 1 hr. 35 min
Clasificación: Toda la familia
Estreno en México: 19 de Junio

No hay comentarios: