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Por Fabián Quezada León
Hellboy (David Harbour) llega a Inglaterra para
descubrir que la reina de sangre, Nimue (Milla Jovovich), a quién el mismísimo
Rey Arturo descuartizara, ha permanecido viva (en pedazos) esperando su retorno
de la muerte. Desde luego que tras varios siglos de inactividad, despierta
sedienta de sangre y venganza. En medio de esta lucha entre lo sobrenatural y
los humanos, Hellboy deberá decidir de qué lado se quiere colocar antes de caer
en la trampa de Nimue y detonar el fin del mundo como lo conocemos.
Diablos… No
tienes corazón.
Resucitar una leyenda requiere más que
lo que la desdichada reina de sangre tenía en su lista de compra para recuperar
las partes de su cuerpo y la vida
inmortal.
Esta nueva versión de Hellboy parece
demostrar paso a paso todo esto.
La lista de por qué es extensa.
La película no se centra, el guion de Andrew Cosby, basado en
los comics de Mike Mignola de Dark Horse se esfuerza demasiado en abarcar mucho
e introducir acción y violencia descuidando el impacto de las historias de los
personajes,
los arcos de los protagonistas son
débiles o no tienen el tiempo de desarrollarse y hay demasiados personajes al
rededor. El CGI es abrumante y a veces
malo(considerando el tema, el público y clasificación) y se engolosina en sus
secuencias de masacre al ritmo de rolas rockeras como si fuera una serie de
videoclips. Este Hellboy no tiene corazón, ni fuerza y sí, abundantes fallas.
Del Toro… se le solicita en el set.
Cuando Del Toro presentó al mundo las dos
versiones que dirigiera de la antigua franquicia, el resultado era una historia
de monstruos con la calidez necesaria
para que todos nos hiciéramos fans. Del Toro llevó su sello monstruoso a la
serie y se convirtió en un paralelo.
Hellboy poseía ese encanto de demonio bueno con un muy ácido sentido
del humor y sus contrapartes eran una colección deliciosa de creaturas
extravagantes. Sabíamos que había un antecedente situado en la segunda guerra y
todo encajaba como en un tenebroso cuento de hadas adictas a la acción.
Pero ahora, sin Del Toro, Hellboy ha
perdido su brillo. Es otra película de violencia y creaturas sobrenaturales,
plana, con carretadas de escenas sangrientas y aunque se trata, el guión no
logra rescatar el sentimiento de la audiencia por Rojo.
En búsqueda de la originalidad el hielo se rompe
Introducir personajes terroríficos
como en un desfile y partir humanos en pedacitos o clavarlos en una
brocheta/pierna o ver la masa encefálica de un gigante expandirse fuera de su
cabeza, son solo algunas partes del hors d'oeuvre
de este guion. Es como un viaje al matadero municipal sin el olor a muerte
añadido.
La relación básica entre padre e hijo
es una casi perversa telaraña, en la que no se llega a entender por qué el
profesor Broom decide quedarse con el crío rojo. Aunque nos queda claro que lo
educó con rigor militar, no tiene mucho
tino como padre amoroso.
Ni una cosa ni la otra
En todo este cocktail quien pierde más
es Harbour, quien aunque tenía una carrera larga, saltó al top con Strange Things. Claro que aquí es
difícil reconocerlo debajo de toda esa musculatura de foam rojo, los cuernos y
el maquillaje.
Harbour se esfuerza por entregar un Hellboy más “adolescente”
que el anterior encarnado por Ron Perlman y a veces la natural rebeldía del
personaje y el esfuerzo de Harbour encajan. Pero solamente unos segundos
después el guion, una vez más, no ayuda para nada. Sobre todo porque no
encuentra su propio estilo: no es Deadpool, no es Shazam, no es Arnie en
Terminator, ni siquiera alguno de los
Avengers; es el chamuco! Debería ser mucho más ácido y sarcástico, no un
jovenzuelo haciendo comentarios inconformes.
La dicotomía entre ser un ser del
mundo paranormal, pero tener un porcentaje humano y ser usado como exterminador
de otras criaturas fantásticas nuca llega a tocar y explicar el verdadero fondo
y la decisión de Hellboy al final no tiene contundencia, es simplemente algo
que sucede y que no implicó la compasión del público.
Erase un gusano medium. (No, no es Mr Mind)
Es difícil saber hasta dónde el humor y
los litros de sangre de esta reencarnación Hellboyesca tienen que ver con el hecho de que el director Neil Marshall
(a quien conocemos por The
Descent) haya tomado las riendas. Hay multitud de creaturas
monstruosas que en cierto momento invaden la pantalla para simplemente hacer un
monton shot y destrozar Londres
haciendo papilla a sus flemáticos ciudadanos, pero nada más.
Y ya que andamos por el barrio
del CGI de verdad, no pudieron haber pensado visualmente en otra manera de
hacer que los difuntos mandaran mensajes desde el más allá?
Pero cuéntamelo todo… olvídalo, y si mejor lo actúas?
La historia es tan falta de imaginación
y quiere ser tan dinámica que irónicamente en lugar de pensar en cómo poner las
cosas en acción, pone a los personajes a contar las historias. (puede que sea
un gran ahorro para la producción, pero en definitiva es un gasto enorme para
el producto final y para las “secuelas” que se puedan esperar), y por otro
lado, quién dijo que se necesitaba sacar esa información en una sola película?
De cerdos parlantes, gremlims, brujas tuertas y para armar.
Dentro de la imaginería de esta
versión, las creaturas fantásticas llevan la peor parte. Hay un parlanchín jabalí
vengativo, un hombre jaguar, una Lamia tuerta, múltiples prófugos de la maleta
de Scamander, un vampiro por el que Santo y Blue Demon hubieran dado gustosos
sus máscaras y cabelleras y de cuyo plot jamás volvemos a saber y claro… la
pobre hechicera víctima del “ármelo usted mismo”.
Ninguno tiene oportunidad de lucir a
su personaje. El único dilema es que no sabe uno por cuál sentir más lástima,
sobre todo por Milla Jovovich cuyas líneas parecen sacadas directamente del “Manual
de la bruja moderna” edición revisada de 1950.
Para peor coincidencia, en el mismo
fin de semana se estrenan en México dos películas acerca del mito artúrico por
lo que los personajes comunes aparecen en ambas y para no decir más el pobre
Alex de “Nacido para ser rey” resulta pariente de Hellboy…
Conclusión
Con un emotivo aplauso de pie nos
quitamos el sombrero ante Guillermo del Toro y su dedicado y carismático
trabajo alrededor de los monstruos. Dejó la barra muy alta y esta nueva
revisión del personaje no alcanza a colocar su punto de vista a la altura.
Harbour se esfuerza y trata de revitalizar al demonio rojo, pero el guion y la dirección
no permiten mucho. Los personajes deambulan entre efectos especiales sin
hacernos sentir que ellos son los protagonistas, la historia es de ellso y sus
problemas no de los miles de CGI.
Cuando pensamos que todo ha terminado,
nos esperan varios finales así que por favor no te salgas del cine corriendo. Ya
sé que quieres irte, pero resiste. Encontrarás elementos de lo que amenaza con
ser la secuela así que permanece en tu asiento. Quién sabe qué este por venir.
Director: Neil Marshall
Reparto: David Harbour (Hellboy)
Milla Jovovich (Nimue the Blood Queen)
Ian McShane (Prof. Trevor Bruttenholm)
Daniel Dae Kim (Mayor Ben Daimio)
Sasha Lane (Alice Monaghan)
Penelope Mitchell (Ganeida)
Brian Gleeson (Merlin)
Sophie Okonedo (Lady Hatton)
Thomas Haden Church (Lobster Johnson)
Año: 2019
País: Estados Unidos
Género(s): Acción, Aventura, Sci-Fi, Fantasía, Horror
Clasificación: Adultos
Duración: 120 min
Guión: Andrew Cosby, Christopher
Golden, Mike Mignola basados “Hellboy” de Horse Comic Book creado por Mike Mignola
Fecha de estreno en México 11 de Abril 2019
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