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Por: Fabián Quezada
León
Basado en la novela de
Nicola Yoon, relata el enamoramiento a
toda velocidad entre Natasha
Kingsley (Yara Shahidi) y Daniel Bae (Charles Melton) en medio de una Nueva
York muy poco vista en las producciones cinematográficas.
Natasha había pensado en su vida entera como una inmigrante
jamaiquina en Nueva York, ha crecido en Norteamérica y es por así decirlo el
único hogar que reconoce. Solo que en un día esa vida soñada terminará porque
ella y su familia serán repatriados. Natasha se niega terminantemente a darse
por vencida y trata de hacer el último esfuerzo, recurrir a un abogado que se
especializa en casos de amparo en repatriación. En ese intento Daniel la
descubre y se empeña en encontrar las causas de que el destino los reunió para
enamorarse. Ella, definitivamente práctica, no puede ni pensar en algo tan
absurdo como a punto de irse, enredarse en una relación amorosa. Él le apuesta
a que puede conquistarla en solo unas horas… en este trato van a pasar las
últimas horas juntos.
Amor instantáneo a toda velocidad
Haciendo una exótica mezcla entre apuesta,
romance e interculturalidad aderezado con algunos diálogos que pretenden sonar
filosóficos y profundos donde una referencia será Sagan, “El Sol También es una
estrella” presenta un sabor ambivalente. No se le puede exigir que se dedique a
explorar los temas que toma como unos soportes a su telón de fondo (como la
política xenófoba de la era Trump) porque ese no es su giro, el giro es dar una
historia de amor interracial en la era en la que pertenecer a una minoría no
caucásica en Norteamérica es casi un desafío)
No tan mal pero no tan bien
No se puede decir honestamente que toda la
película sea un desperdicio, porque los protagonistas tienen química, funcionan
bien en pantalla aún a costa de un argumento por demás imposible. Pero,
consideremos que es una película de romance y sabemos que este género tiene sus
propias y extrañas reglas. Así que funcionará en la medida en la que permitas
que las incongruencias fluyan.
Nueva York muestra una cara muy poco conocida, se
diría que es su retrato cinematográfico menos glamoroso en mucho tiempo, pero
no por ello deja de ser interesante, por lo desconocido.
Arropando esa cara de la ciudad está en romance
interracial (Jamaica/Corea) y ese mundo desgraciadamente no se explora lo
suficiente, pudiendo haber sido en extremo actual, teniendo los elementos en la
mano simplemente no los explotan, lo cual es una pérdida.
Todo el encuentro de dos mundos se tiene al
alcance de la mano y se toca muy superficialmente. Temas culturales, sociales,
y hasta políticos se quedan sin aprovechar.
You can´t hurry love…
Todo ello para quedarse en nivel de dos guapos
muchachitos se enamoran en fast track y debemos creerles que su amor era
destinado a ser eterno… y no pensar que pasamos dos horas justificando todo el
catálogo de fantasías románticas juveniles, cuanto más inalcanzables mejor,
pero una vez más si nos dejamos llevar por el consabido “el amor no tiene
lógica” y por el encanto natural de Nueva York, podemos seguir navegando los
minutos de la cinta, hasta que en un traspiés sintamos que estamos al punto de
un “exceso de dulce”.
De tv stars a movie stars
Como en muchas cintas de romance juvenil, se hace
uso de protagonistas que ya cuentan con una fama mediática debida a la tv. Aquí
Yara Shahidi pertenece al elenco de “Black-ish” mientras que Charles Melton es popular gracias a “Riverdale” lo que
garantiza una entrada de taquilla con
menos riesgos que usar a dos actores desconocidos y ambos logran química en
pantalla.
Usando sin aprovechar
Ry Russo-Young y su guionista trabajan arduamente
en la labor de ablandar nuestro corazón, con discursos de lo que el inmigrante
promedio siente hacia el país que lo recibió y en el que ha crecido, y cómo aún
proviniendo de diversos puntos del planeta la adaptación social ha fructificado
especialmente en ellos y atrás se va formando la tragedia de la deportación
(claro que de una manera muy light, son deportados “voluntarios” ) al igual el
trato de la representación del “choque cultural” en el que, entre los mismos
inmigrantes, hay racismo.
Como ya lo imaginamos desde el principio el
precipitado romance no va a terminar en un final “con puesta de sol cabalgando
hacia el horizonte”, al menos no tan fácilmente.
N.Y. desconocida
El discurso cinematográfico a cargo de Autumn Durald vuelve por fuerza (y por
innumerables giros) un personaje a la ciudad, lo cual no es que sea la primera
vez que sucede, pero sí definitivamente es la primera en la que Nueva York nos
da ese guiño desconocido desde Manhattan, a
Brooklyn y Queens, donde a pesar
de todas las predicciones, delimitados en el periodo de “solo unas horas” (como
en la trilogía de Before… estelarizada Hawke y Delpy) estos dos personajes, tan
diametralmente opuestos, colisionan. Es cierto que las actitudes estereotípicas
de ambos son definitivamente “acomodadas” para fines dramáticos y además se les
entreveran reflexiones que pretenden darle un tono “existencial” a los
diálogos.
Conclusión.
El sol también es una estrella es un romance de high speed no
se puede decir si es un reflejo de la volatilidad del amor actual, o un cuento romántico
para las nuevas generaciones en las que la instantaneidad es la regla. Con el afán
de hacerla sentir actualizada, se tratan superficialmente varios asuntos que podrían
haberse explotado de más y se dejan como una “nota de color” Es indudable que
los protagonistas y su amor interracial provocarán un sentimiento de “contemporaneidad”
pero esta está sostenida en el aire al no profundizar en el verdadero panorama
de una Norteamérica cada vez más xenófoba.
Los personajes no terminan por
definirse en todas las subtramas que se les insertan y aunque tienen sus buenos
momentos el resto divagan de una cosa a la otra sin lograr hacerse sólidos. Lo más
interesante de la película es la visión de una Nueva York pocas veces explorada
en las producciones comerciales donde todo es asombroso moderno y ensoñador. El
soundtrack también ofrece algunos buenos tracks, pero en general toda la cinta
se hunde en el camino ya conocido de la historia de amor juvenil con el aditivo
de problemas externos que no se resuelven y que solo fueron puestos ahì para
que los protagonistas tuvieran excusa para caminar la ciudad y hablar de temas
que parecieran serios.
Ry
Russo-Young
Reparto:
Yara Shahidi (Natasha Kingsley)
Charles
Melton (Daniel Bae
Gbenga
Akinnagbe (Samuel Kingsley
Miriam A.
Hyman (Patricia Kingsley
Jake Choi
(Charlie Bae)
Cathy
Shim (Min Soo Bae)
Keong Sim
(Dae Hyun Bae)
Jordan
Williams (Peter Kingsley)
Camrus
Johnson (Omar)
País: Estados Unidos
Año: 2019
Género: Romance
Duración: 120 minutos
Clasificación: Mayores de 13
Basado en la novela de Nicola Yoon
Guion: Tracy Oliver
Cinematografía: Autumn Durald
Editor: Joe Landauer
Compositor: Herdís Stefánsdóttir
Fecha de estreno en México: 24 de Mayo 2019
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