Por Julia Elena Melche.
Luego de 15 años de ausencia en la pantalla grande, con aquél
éxito taquillero Las delicias del poder, la popular actriz de comedia, cantautora,
bailarina, guionista y cineasta mexicana “La India María”, regresa en una
simpática comedia bajo la dirección de su hijo, el realizador Iván Lipkies, donde
interpreta a una indígena que vive en una humilde vivienda en el campo al lado
de su abuelo (Eduardo Manzano). María se dedica a vender artesanías mexicanas “hechas
en China” y su mayor anhelo es irse a Estados Unidos para lograr el Sueño Americano.
Resulta que el tatarabuelo de María fue nada más ni menos
que el propio Moctezuma (Rafael Inclán), quien se le aparece al abuelo, diciéndole
que debe ir en busca del Espejo Negro de Tezcatlipoca y destruirlo, ya que el
legendario cristal posee poderes mágicos y si cae en las manos equivocadas las
consecuencias serían terribles y podría desatarse una tragedia nacional.
El abuelo le dice a María que debe ir a la montaña a
localizar el objeto mágico, y aunque refunfuñando y de mala gana, María se
lanza a la aventura acompañada por su fiel burro Filemón. En su búsqueda,
conocerá al atractivo arqueólogo español Alonso (Ernesto Pape), con el que se une para enfrentar a quienes buscan apoderarse del
espejo para su beneficio personal; desde un tramposo caza-tesoros que quiere
volverse rico, hasta una ambiciosa gobernadora.
El director de la sátira política Las delicias del poder (99)
y del drama basado en "Otelo" de William Shakespeare, Huapango
(2004), ganador de 5 Diosas de Plata y 1 Ariel por Mejor Guión Adaptado”,
dirige de nuevo a su madre, María Elena Velasco, quien recupera a su querido
personaje que la hizo famosa en el cine popular de los setentas, ochentas y
parte de los noventas; la parlanchina e ingeniosa mujer indígena de enaguas
anchas y coloridas, huaraches, trenzas y de carácter necio y voluntarioso,
aunque noble, honesta, generosa, franca y hasta cándida.
Ahora, la protagonista y realizadora de Ni de aquí... ni de allá
(87), Ni Chana ni Juana (84) y El coyote emplumado (83), vuelve a
su comicidad blanca e ingenua, en situaciones de humor físico, a manera de la
comedia de pastelazo. Muchos gags son tontos y simples, pero en esa torpeza que
raya en lo absurdo y disparatado, reposa su gracia.
La India María sigue conservando la
esencia que la ha distinguido. Si bien ya no es una mozuela, sigue conservando su
espontaneidad y frescura, al igual que el comediante Eduardo Manzano. De ahí que la película cumple con “la única
intención de hacer reír a la gente en acciones de comedia vertiginosas y que
causen esa sensación de relajación en estas fechas con un entorno caótico
social en el país”, comenta María Elena Velasco.
Con mucha acción y aventuras, el filme aporta escenas a lo
western, al cine de narcos y hasta a lo Indiana Jones y Matrix. Habla de la
pérdida de nuestras tradiciones e identidad, donde hay cabida para la reflexión
y la crítica política y social; como la invasión en nuestro país de productos
chinos, los políticos corruptos,
empresarios ambiciosos, el mal uso de los recursos públicos, la emigración, la
discriminación y el abuso de poder.
Se trata del regreso a un cine sencillo nacional que solo
busca el esparcimiento del espectador, quien sin duda, no podrá evitar la
carcajada espontánea con los efectos especiales que resultan de lo más
elementales, no obstante de excelente factura, dirigido por un cineasta que
sabe su oficio.
Dirección: Iván Lipkies.
Guión: Iván Lipkies, Ivette Lipkies, Raúl S. Figueroa y María
Elena Velasco.
Reparto: “La India María”, Eduardo Manzano, Raquel Garza,
Ernesto Pape, Rafael Inclán, Irma Dorantes, Armando Silvestre y el burro “Filemón”.
País: México.
Año: 2013.
Género: Comedia familiar.
Duración: 100 minutos.
Clasificación: Niños y adultos.
Fecha de estreno en México: 9 de octubre de 2014.
LA HIJA DE MOCTEZUMA SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
PARA INFORMACIÓN DE
HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR: www.cinepolis.com.mx
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