Por Fabián Quezada León
Patricia Riggen ya ha tratado un tema “sensible” en su
trabajo anterior; en el que la migración
de una mexicana a Estados Unidos propiciaba que su hijo pequeño intentara la
aventura para ir en busca de su madre. El tema es un hecho que sucede y sigue
sucediendo en el drama que es el gran problema de la migración humana en este
país y en recientes fechas, en el mundo.
Sin embargo Riggen habla del tema de una manera tal en la que lo hace digerible; es un planteamiento a un problema grave en el que cada quien saca sus últimas conclusiones y no un acto de denuncia explicito.
Asimismo dirige esta nueva obra en la que la tragedia se trata de una manera sobria, se da un planteamiento real, se camina sobre las bases de un hecho histórico cuyo final fue el que fue, sin que intervenga el deseo del escritor, ni del director y por ello el discurso es directo, sin exacerbaciones, más que las implícitas en el hecho de que al final del día, no obstante su tragedia, su inusitada y fugaz popularidad y la flagrante injusticia cometida por los propietarios de la mina contra estos hombres, la realidad es la única, ellos debieron de seguir con sus vidas sin que nadie pagara una indemnización ni nada por el estilo por lo que ellos sufrieron.
El proceso interesante y que no se toca en la cinta, es qué
hicieron estos hombres que de la noche a la mañana se convirtieron en el ojo
del huracán mediático alrededor suyo,
cómo regresaron a la vida de rutina tras de esa experiencia.
Sin embargo Riggen habla del tema de una manera tal en la que lo hace digerible; es un planteamiento a un problema grave en el que cada quien saca sus últimas conclusiones y no un acto de denuncia explicito.

Asimismo dirige esta nueva obra en la que la tragedia se trata de una manera sobria, se da un planteamiento real, se camina sobre las bases de un hecho histórico cuyo final fue el que fue, sin que intervenga el deseo del escritor, ni del director y por ello el discurso es directo, sin exacerbaciones, más que las implícitas en el hecho de que al final del día, no obstante su tragedia, su inusitada y fugaz popularidad y la flagrante injusticia cometida por los propietarios de la mina contra estos hombres, la realidad es la única, ellos debieron de seguir con sus vidas sin que nadie pagara una indemnización ni nada por el estilo por lo que ellos sufrieron.

La mano de Riggen nos dirige a captar temas más allá de
la evidente tragedia que vivieron los hombres y se imprime de un sentimiento
positivo para traernos aromas de supervivencia, fe, unidad, y colaboración, donde
subyace la cohesión que da la esperanza de poder vencer la adversidad en una
carrera contra el tiempo y los presagios, eso es algo que se logra
efectivamente y demostrar el como la realidad siempre puede tener al menos
dos caras; la
superficie y las entrañas de todo; como mientras que en la superficie hay todo un
show, dentro de la mina, a la espera de que algo suceda, la vida pierde la dimensión
del transcurso del tiempo y se vuelve un informe presente que no se mueve, donde el desconcierto y la supervivencia se mezclan sin saber si se durará lo
suficiente como para poder encontrar una respuesta. Sesenta y nueve días se
dicen fáciles, pero cuando no se es consciente del transcurso y se vive en la
oscuridad , el calor y la falta de alimento, de seguro parecerán un siglo.



Director:
Patricia Riggen.
Reparto: Antonio
Banderas, Juliette Binoche, Rodrigo Santoro, James Brolin, Lou Diamond Phillips, Kate del Castillo, Mario
Casas, Adriana Barraza, Gabriel Byrne y Juan Pablo Raba.
País: Estados Unidos-Chile-Colombia.
Año: 2015.
Género: Drama
Duración: 127 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de
estreno en México: 27 de Agosto.
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