Si en el complicado mundo de las estrellas de Hollywood el estudio necesita de arreglar algo o resolver la vida de alguien dentro del star system, nadie como Eddie Mannix (Brolin). Un brazo autorizado para entrar en acción y hacer “lo que sea necesario”, arreglar problemas; ese es su trabajo.
Así que debe entrar en acción cuando una de sus
estrellas: Baird Whitlock (Clooney) es secuestrado en pleno rodaje de “Salve
César!” una de las superpreoducciones del estudio Capitol Pictures.
Los
secuestradores son un misterioso grupo de “elementos subversivos” liderados por
un insospechado personaje.
Pero bueno, ese no es el único problema que Eddie va a enfrentar este día… Debe lidiar con las gemelas Thessaly y Thora Thacker (Swinton) periodistas de chismes, vigilar que las estrellas “favorecidas” sean “aceptadas” y que los directores no pierdan la cabeza cuando los astros no hilan ni tres palabras de un parlamento. Y el día apenas ha comenzado
Pero bueno, ese no es el único problema que Eddie va a enfrentar este día… Debe lidiar con las gemelas Thessaly y Thora Thacker (Swinton) periodistas de chismes, vigilar que las estrellas “favorecidas” sean “aceptadas” y que los directores no pierdan la cabeza cuando los astros no hilan ni tres palabras de un parlamento. Y el día apenas ha comenzado
Joel y
Ethan Coen se dedican a uno de sus temas favoritos para dar su particular
homenaje a la época de oro del cine, en la más pura esencia Hollywoodense. “Salve
César” es el telón de fondo de una película dentro de una película.
Llena de
todos los estereotipos de la industria fílmica en la manera más vintage que se pueda imaginar, los hilos
de la historia se mueven de forma limpiamente irónica para estructurar la farsa,
sin perder ningún elemento del ambiente de ese Hollywood tan pagado de sí mismo
y que formó la visión de la fastuosidad clásica.
Para llevar
a cabo esto, los Coen llaman a un gran elenco; desde Brolin, Clooney, Johansson, Ehrenreich, hasta Tatum y Swinton.
La historia posee
elementos que la hacen deliciosa para cualquier fan del cine que sepa identificar
a los personajes y los ambientes plenamente Hollywoodenses: el Western, el
musical/romántico, y desde luego el épico; cada uno incluyendo esas extravagancias
de las producciones clásicas, cuando aún no había computadoras que hicieran todo:
extras, coreografías, magníficos escenarios tipo gran cañón…
Y desde luego se arman una
galería con ecos de las figuras icónicas: Wayne, Brando, Crawford, Williams, Grant,
Bogart, Heston, Ball, Rogers, Astaire, Hayworth, Davis… Huston, De Mille,
Cukor, Ford, Wilder, Parsons… McLean, Booth …
La cuestión es que el
pleno disfrute de esto requiere de conocer ese código, si no la efectividad se
va disminuyendo en razón proporcional al desconocimiento, hasta dejar de tener
significado.
Ese es el conflicto que
tiene este Salve César! la película falla
al acercarse al gran público, que en un alto porcentaje puede no comprender y
apreciar las sutilezas de varios momentos de la trama, dado que probablemente
no identificará a los personajes y tendrá lagunas sobre que define a cada
género de ese cine cincuentero.
Por eso y por la
diversificación de tramas en el guión, el impacto final se diluye y algunos
personajes como Swinton y Johansson pasan tan fugazmente que quedan
desdibujados, sin historia.
Cabe hacer mención de la
presencia de Brolin, con ese aire entre mafioso arrepentido y agente secreto,
que hace referencia directa a una de las figuras ocultas más relevantes de esa
época en la meca del cine: Mannix, una especie de publirrelacionista/negociador/y
oficina de quejas ambulante.
Ubicando ese Hollywood que
manejaba con diferentes manos los conflictos entre el escándalo y la moral, la
censura y la espectacularidad, la feroz búsqueda de arrasar con las taquillas
mundiales contra la mentalidad conservadora y anti comunista, proveyendo
historias de cowboys inocentes, bailarines sofisticados y románticos,
aderezándola de sagas religiosas/históricas portentosas… todas bajo la óptica
del “American Way of Life”.
Pero aún en ese mundo de
apariencia perfecta y pantallas de plata, bajo la superficie se trababan toda
clase de bajas pasiones, escándalos sexuales silenciados, excesos por abuso de
sustancias… y la caza de brujas por “ideas radicales contra el sistema”
La misión primordial de
Hollywood era el construir un star system eficiente, poderoso, en el que
directores como Laurence Laurentz (Fiennes), tenían que tragarse el respeto
cuando les imponían a “favoritos” a los cuales prácticamente acababan de bajar
del caballo, para convertirlos en galanes sofisticados como a Hobie Doyle (Ehrenreich).
El encuentro de estos dos es una de las mejores secuencias de la película, junto con la de Frances McDorman (una de las actrices favoritas de los Coen) en la sala de edición.
Otras dos figuras que capturan la
esencia del musical clásico son la de Johansson y la de Tatum, sin embargo y a
pesar de todo esto: de su sincero homenaje, su buena factura y la dedicada
pintura de esa época dentro de la vida de los grandes estudios
cinematográficos, la cinta no logra ser lo suficientemente cómica para la
mayoría. No es un producto para un “gran público” y eso puede afectar
directamente en su resultado en taquilla, porque la mitad de la diversión está
en entender el chiste, el ambiente, los personajes icónicos…
Si se tiene que
explicar, sencillamente pierde la gracia. Sin embargo, si eres un fan irredento
del cine de la época de oro Estadounidense vas a disfrutarla ampliamente.
Dirigida y escrita por Joel Coen, Ethan Coen
Reparto: Josh Brolin, George Clooney,
Alden Ehrenreich, Ralph Fiennes, Jonah Hill, Scarlett Johansson, Frances
McDormand, Tilda Swinton, Channing Tatum, Veronica Osorio, Heather Goldenhersh,
Alison Pill
País: Estados Unidos
Año: 2016
Género: Comedia, Drama, Musical
Duración: 106
MIN.
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