Truman,
el título original de la película del realizador español Cesc Gay, es el nombre del perro y fiel compañero de su solitario dueño Julián (Ricardo Darín), un reconocido actor
teatral argentino de cincuenta y tantos años que vive en Madrid. Con un cáncer en
fase terminal, decide dejar de luchar y se rehúsa a recibir tratamiento de quimioterapia.
Un día, recibe la visita inesperada de su amigo Tomás (Javier Cámara), quien ha
viajado desde Toronto para pasar unos días con su viejo amigo de la infancia y
al que no veía desde hace muchos años.
Tomás intentará convencerlo de que retome el tratamiento
médico, pues ante la muerte hay que dar la batalla hasta el final. Pero a
Julián lo único que le preocupa antes de partir, es encontrarle un hogar de
confianza a su amada mascota, tarea que no será fácil pues Truman es un mastín entrado en años. Tomás decide
respetar las decisiones de Julián y acompañarlo a buscar un buen dueño para
Truman.
Así, durante cuatro días, los hombres compartirán momentos emotivos y
algunos difíciles, recordarán viejos tiempos, visitarán al hijo adolescente de
Julián que estudia en Ámsterdam y entrevistarán a los posibles adoptantes de
Truman, hasta que llegue el momento de su última despedida.
Truman fue la gran ganadora de los Goya 2015 a Mejor Película,
Dirección, Guión y Actores; Ricardo Darín como mejor interpretación masculina
protagonista y Javier Cámara como secundario, ambos recibieron ex aequo la
Concha de Plata como Mejor Actor en el Festival de San Sebastián 2015. Reconocimientos al sólido trabajo de los dos histriones, destacando sin duda el argentino Darín, en
quien recae el mayor peso dramático y junto con el español Javier Cámara logra
una gran química.
Se trata de un filme que aborda el tema de la muerte de
manera afable y en un tono agridulce. Sus muchos momentos humorísticos con diálogos chispeantes y a
veces sarcásticos, lo alejan del drama lacrimógeno y de la auto conmiseración. El guión,
co-escrito por el propio cineasta, conduce el relato en torno a la despedida de
Julián a la vida, a sus afectos, a sus seres queridos, y lo hace sin
aspavientos.
La llegada de su amigo le servirá de catarsis, para cerrar ciclos,
saldar cuentas y de reconciliación consigo mismo, reposando en la breve convivencia entre los dos hombres,
la parte íntima y emocional de la historia que deja ver una añeja amistad,
distanciada por muchos años pero nunca olvidada.
En esta historia de despedidas y amistades, el perro de
Julián cobra una parte esencial por ser el único amigo que lo ha acompañado en
muchos años de soledad y al que también debe decir adiós. Con gran sensibilidad
e inteligencia, el director aborda el amor y la responsabilidad por las
mascotas, esos seres nobles y afectuosos que llegan a ser un miembro más de la
familia. En una escena, Julián le dice a Tomás al mostrarle una foto de su
perro: "Yo tengo dos hijos, uno de ellos es Truman".
Si bien, Julián
ama a su hijo y siente un enorme cariño por su exesposa, Truman es su mayor preocupación porque es un
ser indefenso y además viejo. Para
quienes conocen estos sentimientos por las mascotas, entienden que la inquietud
de Julián por Truman es su prioridad. De ahí, los requisitos que exige a las
personas que lo quieren adoptar y la
consulta al veterinario para saber la manera en se puede ayudar a un perro a
afrontar la pérdida de su amo.
Se trata de una cinta emotiva, cercana, controlada, del amigo que acude a dar un último adiós, del
hijo que sabe que su padre va a morir pero finge no saberlo, y de un
perrote como alegoría de la amistad, de
la fidelidad y del amor incondicional.
Guion: Cesc Gay y Tomás Aragay.
Reparto: Ricardo Darín, Javier Cámara, Dolores Fonzi, Eduard
Fernández, Àlex Brendemühl y Pedro
Casablanc.
País: España y Argentina.
Año: 2015.
Duración: 108 min.
Género: Tragicomedia.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 8 de abril de 2016.
UNA SONRISA A LA VIDA (TRUMAN) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
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