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La reinvención de un clásico
El compositor mexicano más virtuoso dentro de la música clásica presenta su aportación a ‘Reversiones’, el álbum tributo a Zoé, con una sorprendente interpretación orquestal de “No Me Destruyas”, llevándola a un nivel jamás imaginado de fuerza e inventiva.
En la historia de la música, cuando dos géneros aparentemente opuestos se encuentran, suelen nacer universos llenos de imaginación, terrenos inexplorados de la creatividad que nos conmueven y tocan las fibras más profundas del alma. Y hoy, Juan Pablo Contreras y Zoé nos presentan un nuevo big bang con la versión orquestal de “No Me Destruyas”, tema que forma parte del tributo a Zoé, ‘Reversiones’.
Juan Pablo Contreras, uno de los grandes prodigios
musicales de nuestro país, cuenta en su carrera con hitos tan importantes como
ser el compositor clásico mexicano más joven en ser nominado al Grammy, el
primero en obtener el prestigioso BMI William Schuman Prize y en ostentar el
título de compositor residente en la Orquesta de Cámara de Los Ángeles (LACO
por sus siglas en inglés), además de acumular más de 13 premios
internacionales.
Dado este impresionante palmarés, la participación de Contreras en ‘Reversiones’
era una de las más esperadas por todos los amantes de la música, expectativa
que ha sido no sólo justificada, sino rebasada con creces, gracias a la calidad
de “Noe Me Destruyas” en versión orquestal, hecho inédito en la carrera de Zoé.
La composición arranca con un bellísimo arreglo de cuerdas, percusiones y
metales, cuya fuerza rítmica y equilibrio armónico nos recuerdan a los grandes
tótems de la música clásica mexicana. Luego de la prístina bienvenida, aparece
una flauta transversa que, además de jugar el papel de la “voz,” (re)interpreta
magistralmente los versos clásicos de León Larregui.
Sumados a este instrumento, aparecen los metales, así como la infaltable
sección de cuerdas, quienes entrelazan sus melodías para meternos de lleno a un
terreno onírico-musical, capaz de jugar lo mismo con tonos suaves que con
cierto espíritu épico. Estos elementos (que parecen representar los espíritus
del rock y la música clásica) guían la estructura de la composición hasta
transformarla en una auténtica explosión de emociones justo en la recta final
de la pieza, donde el compositor mexicano juega con el tempo orquestal
para darnos un cierre vertiginoso que deja el alma embelesada.
Así, más que un cover, Juan Pablo Contreras y Zoé han creado una experiencia
sonora única, pues al tomar lo mejor de dos universos, lograron dar vida a una
composición que quedará grabada con letras doradas en el gran libro de la
música de nuestro país.
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