sábado, 14 de enero de 2012

TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN (WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN): LA MATERNIDAD COMO CARGA CULPOSA Y SUFRIENTE.


Por Tenemos que hablar de Kevin, la actriz británica Tilda Swinton ha ganado numeroso premios en festivales internacionales de cine, ha sido nominada a Mejor Actriz en la próxima entrega de los Globos de Oro y seguramente recibirá una nominación en la misma categoría en los Premios de la Academia.

La protagonista de Orlando, Michael Clayton, Las crónicas de Narnia y Los límites del control consigue sin duda un inmejorable desempeño en su rol de Eva Khatchadourian, una mujer neoyorquina de cuarenta y tantos, casada con el publicista Franklin (John C. Reylly), quien no encuentra la manera de educar y de relacionarse con su hijo Kevin, al que no deseaba tener.

Desde bebé, Kevin fue un niño problemático, no paraba de llorar y se rehusaba a comer. Años más tarde muestra una abierta antipatía y repudio hacia su madre pero se lleva muy bien con su padre, quien piensa que su mujer exagera y que ella es la culpable de los problemas. Sin embargo, Kevin termina convirtiéndose en un adolescente cruel y hostil y antes de cumplir los 16 años en un criminal que le destruye la vida a su madre.

La realizadora y guionista escocesa Lynne Ramsay decidió llevar a la pantalla la controvertida novela homónima bestseller de la escritora y periodista norteamericana Lionel Shriver, donde rompe con el mito de la maternidad feliz. Aunque la directora omite algunos pasajes del texto original, retrata la esencia del mismo; los sentimientos ambivalentes de Eva respecto a su maternidad. No obstante, autora y cineasta no presentan a una madre ni buena ni mala, sino confundida con sus emociones y sentimientos hacia su hijo. Si bien, trata de ser una madre responsable, tolerante, a veces cariñosa y quiere entender a su hijo, en muchos momentos demuestra que Kevin vino a frustrar su vida y lo trata con desprecio y coraje. De ahí que ser madre representa para Eva una carga pesadillesca y llena de culpas.

La cinta está narrada desde la óptica de Eva y en un constante ir y venir en el tiempo, a manera de un rompecabezas revuelto que el espectador tendrá que ir armando para comprender el sentir de la protagonista y entender la historia misma. Se trata de un filme nada convencional ni complaciente que exhibe a una madre alejada totalmente del prototipo de bondad y de abnegación; a una mujer a la que no se le dio el instinto maternal, pero tampoco trata de encontrarlo en su interior.

¿Acaso Kevin es un hijo problema y desagradable por la frialdad de su madre o es un ser nefasto y lleno de maldad por naturaleza? Kevin no solo detesta a su madre, sino desprecia todo a su alrededor y el único que no se da cuenta es el padre, un hombre cree tener la familia ideal y minimiza la conducta de su hijo. Se trata de un padre inconsciente que relega toda la carga de la formación y educación de los hijos a la madre.

Además de la actuación de Swinton, destacan las interpretaciones del pequeño Jasper Newell como Kevin niño y el talentoso y joven actor y cantante estadunidense Ezra Miller en el rol de Kevin adolescente.

En Tenemos que hablar de Kevin se reflejan las características innatas del ser humano y a su vez las experiencias personales, entorno familiar y medio ambiente como factores determinantes en la formación de su carácter y personalidad. Un filme duro, polémico sin duda, y terrible en su desenlace, con altos contenidos de violencia y suspenso. Muy recomendable.

Dirección: Lynne Ramsay.
Reparto: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller, Siobhan Fallon, Ursula Parker y Jasper Newell.
País: Estados Unidos.
Año: 2011.
Género: Drama.
Duración: 112 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 13 de enero de 2012.

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