Por Julia
Elena Melche.
Nicolás e
Isabel tienen miedo a la vida, a entregarse el uno al otro en una relación
sentimental, a abrirse al amor, a nuevos comienzos y oportunidades vivenciales.
Ambos se encuentran en situaciones adversas; ella tiene una depresión muy
profunda debido a la muerte de su hermano y arrastra una pesada carga emocional
con una distanciada madre alcohólica y con tendencias suicidas que no puede
superar la muerte de su hijo, mientras él, lucha con una epilepsia que lo hace
encerrarse en sí mismo.
No obstante
tener carreras exitosas, Nicolás siendo un fotógrafo profesional e Isabel una importante
publirrelacionista, luchan contra sus debilidades, sus sufrimientos, sus
culpas, sus pérdidas, pero a pesar de ellos mismos, terminan enamorándose.
Como en LuTo
(2013), su primer largometraje, la realizadora mexicana Katina Medina Mora
explora de nueva cuenta en las complejas relaciones de pareja. Ahora, mediante
una historia, co-escrita por ella misma, que habla de aprender a vivir, de aceptar las cosas como vengan,
de sanar anímicamente y de exorcizar los demonios internos.
La cineasta comenta
que en su filme como en la vida, “uno elige tomar la buena parte; estar vivo,
despierto, elige levantarse y maravillarse con las cosas lindas de la vida, aún
con dolores, ya sean físicos o emocionales, o bien, elige deprimirse y ser
alguien con barreras que no puede permitirse amar, elige negarse a ciertas
cosas por miedo a salir lastimado, a las decepciones”.
Los
personajes de Sabrás
qué hacer conmigo tienen que
elegir entre vivir a pesar de sus sinsabores
o seguir en su desaliento vivencial. Nicolás e Isabel deciden abrirse a
la vida a través del amor con los altibajos que este conlleva, que es el
discurso mismo de la cinta, pero lo aborda sin los clichés de las típicas
historias románticas. Si bien, es un melodrama sentimental, la directora maneja
de manera sencilla el viaje emocional de acercamiento y de entrega amorosa
entre los protagonistas, recurriendo a un recuento de las situaciones
cotidianas de sus vidas.
Nicolás
encuentra en el buceo una forma de aislarse y de sentirse en paz. Sus
fotografías con gente dormida reflejan su soledad, su desgano por la vida y su
deseo de morir. Cuando Isabel los observa, siente estar viendo a su madre (Rosa
María Bianchi) en sus arrebatos suicidas, un personaje muy bien delineado que
contribuye al magnífico retrato de las difíciles relaciones madre-hija, que en la
historia resultan esenciales para comprender muchas de las razones del
desconsuelo de Isabel.
Con trabajos
en Cantinflas
(Sebastian del Amo, 2014), en Güeros (Ruizpalacios, 2014) y en
series televisivas, Ilse Salas ofrece una actuación decorosa y convincente como
Isabel y el barcelonés Pablo Derqui, actor de series para la televisión española
y de Los
ojos de Julia (Guillem Morales, 2010), se mete en la piel de un tipo
que, no obstante estar enfermo, vive intensamente y más feliz que Isabel, a
quien enseñará a vivir y a sanar sus heridas.
Una historia breve pero intensa sobre darse nuevas oportunidades y vivir profundamente tanto lo bueno como lo
desfavorable en la vida, sobre sacar fuerzas para salir de abismos emocionales
y entregarse a otra persona.
Guión: Emma
Bertrán, Samara Ibrahim y Katina Medina Mora.
Reparto: Ilse
Salas, Pablo Derqui, Rosa María Bianchi, José Ángel Bichir, Mariana Treviño,
Mora Ferriol Avails, Arturo Barba, Poncho Borbolla, Rodrigo Franco, Jacobo
Lieberman, Eduardo Negrete, Gabriel Nuncio, Natalia Plascencia, Alejandro Reza,
Paula Serrano
País: México.
Año: 2015.
Duración: 86
minutos.
Género:
Drama.
Clasificación:
Mayores de15 años.
Fecha de estreno
en México: 27 de mayo de 2016.
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