La cuarta
temporada de "Clásicos en Pantalla Grande" de la Cineteca Nacional arranca este
sábado 2 de julio.
Dos extraños amantes de Woody Allen y El último tango en
París de Bernardo Bertolucci son algunos de los filmes
para disfrutar de julio a noviembre de 2016.
En enero
del 2015, la Cineteca Nacional comenzó la exhibición de los Clásicos en
Pantalla Grande con El puente sobre
el Río Kwai (1957) de David Lean. Desde entonces, se han
realizado casi doscientas funciones de Clásicos, muchas de ellas con la sala
repleta y los boletos agotados. La premisa de que un ciclo de esta naturaleza
era capaz de atraer a un amplio público, se cumplió con creces.
El éxito
de estas funciones semanales ha motivado a reestrenar algunos de los títulos
más exitosos y exhibirlos diariamente, a lo largo de un mes. Esta
modalidad comenzó en enero, cuando programamos El séptimo sello (1957) de Ingmar Bergman, y seguimos con Psicosis (1960) de Alfred
Hitchcock, Los siete samuráis
(1954) de Akira Kurosawa, El bebé
de Rosemary (1968) de Polanski y Fresas silvestres (1957) de Bergman. E incluimos De entre los muertos (1958)
de Hitchcock como el complemento ideal del documental Hitchcock-Truffaut
(2015), durante la pasada Muestra Internacional de Cine.
Así pues,
para la segunda mitad del año, la Cineteca Nacional continuará con sus ya
habituales fines de semana de Clásicos. Durante los siguientes seis meses
la oferta será variada como de costumbre, siempre apostando por títulos que
tienen mucho que ofrecer al espectador actual.
De tal
manera que podremos ver Dos extraños amantes (1977) de Woody Allen, El
último tango en París (1972) de
Bernardo Bertolucci y Terciopelo azul (1986) de David Lynch, El
manantial de la doncella (1960)
de Ingmar Bergman y Alemania, año cero (1948) de Roberto Rossellini.
Entre las mexicanas
están Una familia de tantas
(1949) de Alejandro Galindo, Calabacitas tiernas (1949) de Gilberto Martínez Solares y La diosa arrodillada (1947) de Roberto Gavaldón.
El ciclo inicia este sábado 2 de
julio con Un tranvía llamado
deseo, dirigida por Elia Kazan en 1951, con un guión de Tennessee
Williams y Oscar Saul, basado en la obra teatral homónima del primero y
protagonizada por Marlon Brando y Vivien Leigh.
La cinta
gira en torno a la joven Blanche (Vivien
Leigh), quien llega a Nueva Orleans para instalarse en casa de su hermana
Stella y su cuñado, el sórdido obrero Stanley (Marlon Brando). El hombre
empieza a desconfiar de los refinados modales de ella, por lo que decide
descubrir la verdad sobre su vida.
Ganadora de cuatro premios Óscar en 1952, la adaptación fílmica de la exitosa obra teatral de Tennessee Williams a cargo de Elia Kazan permitió encumbrar a Marlon Brando como un ícono en la historia del cine, quien junto a sus compañeros tradujo en escena el llamado "método" promovido por el cineasta desde el Actor's Studio, donde el intérprete debía develar la verdad de su personaje al exprimir sus sentimientos y acciones hasta el límite.
Ganadora de cuatro premios Óscar en 1952, la adaptación fílmica de la exitosa obra teatral de Tennessee Williams a cargo de Elia Kazan permitió encumbrar a Marlon Brando como un ícono en la historia del cine, quien junto a sus compañeros tradujo en escena el llamado "método" promovido por el cineasta desde el Actor's Studio, donde el intérprete debía develar la verdad de su personaje al exprimir sus sentimientos y acciones hasta el límite.
Un Tranvía llamado deseo se exhibe el sábado 2 de julio en la sala 1 a las 20:00 horas y el domingo 3 de julio en la sala 1 a
las 18:00 horas.
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